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Marie Claire agota las negociaciones y ve inevitable el cierre: “Es un destrozo para la comarca”

Los sindicatos exigen una salida justa para los 260 trabajadores de la plantilla mientras se aferran a un plan de mínimos que la dirección de la firma textil descarta al no encontrar inversor

Rótulo de la fábrica de Marie Claire en Vilafranca que indica su año de apertura, 1907, en una imagen del 8 de junio de 2023.
Rótulo de la fábrica de Marie Claire en Vilafranca que indica su año de apertura, 1907, en una imagen del 8 de junio de 2023.Paco Poyato (Europa Press)

“En diciembre hará 37 años que trabajo en Marie Claire. Toda una vida, porque tengo 51. ¿El futuro? Ya lo veremos… pero fácil que no podamos quedarnos en el pueblo, porque será complicado. El cierre de Marie Claire es un destrozo para la comarca”. Cándido Andrés es delegado sindical del comité de empresa por UGT y empleado de la centenaria textil. Su perfil, mayor de 50 años y con una larga trayectoria en el sector, es el que se reproduce en más de la mitad de quienes integran las 260 personas que integran la plantilla de la planta de producción que la empresa de medias y lencería tiene en Vilafranca (Castellón, 2.200 habitantes) y que, todo apunta, cerrará sus puertas el próximo 1 de julio.

Es la única salida después de que este miércoles la dirección de la compañía y el comité de empresa cerraran, sin acuerdo, el proceso de negociaciones para tratar de revertir el destino de la textil tras las tres agónicas semanas. Es el tiempo transcurrido desde que la dirección anunciara su intención de presentar un concurso de acreedores previo a la liquidación de la firma si no lograba una inyección inversora para preservar la marca. La firma ha recibido a lo largo del tiempo ayudas de la Generalitat y créditos a interés cero de fondo públicos por un importe de unos 21 millones de euros, en su mayoría por estar ubicada en la comarca de Els Ports en riesgo de despoblación.

Las expectativas con las que los representantes de los trabajadores afrontaban este decisivo encuentro –”porque no tenemos tiempo material para que las cosas puedan ser de otra manera y porque en la última reunión no nos dieron margen de negociación”, adelantaba Cándido Andrés- no eran halagüeñas, y las peores previsiones se han cumplido.

Así, sin pacto ni en lo que se refiere a las condiciones económicas para una “salida justa” de la plantilla, ni sobre un plan de viabilidad aunque sea de mínimos ante la ausencia de inversión, la compañía va directa al concurso de acreedores. A partir de ahí se procederá a su liquidación y al borrado de los 116 años de trayectoria de la única gran industria que quedaba en las comarcas de Els Ports y el Maestrat.

Aunque las partes mantendrán sendos encuentros más la próxima semana, el acercamiento de posturas es “complicado”, reconocen desde el comité de empresa. Se une que el 30 de junio finaliza el ERE en el que se encuentra un centenar de trabajadores desde principios de año. Ese día debían incorporarse a sus puestos, una opción que en este momento se descarta.

Desde los sindicatos se han aferrado a un plan de mínimos que permitiera aguantar parte del empleo. “Hoy por hoy ese plan de mínimos, aplicado con cierta lógica, podría ser viable”, dicen. Mantendría a 72 trabajadores en la planta de Vilafranca, y a entre 20 y 30 empleados más en oficinas. Personal que se centraría, dice Andrés, “en la producción de un par de productos muy específicos: el de tipo medicinal (medias compresoras) en el que somos exclusivos, y el modelo stop carreras, un tipo de media resistente que está muy valorado”. “Son artículos con mucho valor añadido, tenemos marca e imagen, y con eso creemos que podría ser factible mantenernos”, sostiene Cándido Andrés.

El vuelco electoral en la Generalitat, con el consecuente cambio de interlocutores, tampoco ha remado a favor de las demandas del comité de empresa, que pedía “algo más de tiempo” para poder negociar con los nuevos representantes del gobierno valenciano, que ha inyectado a través del Instituto Valenciano de Finanzas bajo el ejecutivo de Ximo Puig más de 21 millones de euros en un margen de dos años, “pero no nos ha atendido nadie”. No obstante, no tiran la toalla en lo que a hacerse oír ante la administración se refiere. En la asamblea de trabajadores que siguió a la reunión de cierre de negociaciones este miércoles, el mensaje fue unánime: “Vamos a ir a por todas”.

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