Florentino Pérez, sobre un cambio de sede: “No se nos ha pasado por la imaginación”

El presidente de ACS, Florentino Pérez, no se ha limitado esta mañana en la junta de accionistas a hacer el habitual balance anual de la constructora. Una buena parte de la intervención la ha dedicado a explicar, con una recopilación de datos, cómo ha crecido su grupo en la última década y cómo ha remunerado al accionista. El valor de la compañía en Bolsa, de unos 8.700 millones, es significativamente menor que el de, por ejemplo, su competidora Ferrovial, que pesa casi 21.000 millones con una facturación mucho menor, aunque está muy por encima del resto de las compañías de su sector.

Pérez, que ha sido reelegido y que continuará en la presidencia por lo menos hasta que cumpla 80 años, destacó que solo en 2022 el precio de la acción se ha revalorizado un 13,6%, por “la buena evolución operativa del grupo”. Gracias a ello la rentabilidad se ha llevado un 22,1% y el mismo camino llevan los títulos este 2023.

Pero algunos de los accionistas presentes en la sala no quedaron satisfechos. José Antonio del Barrio, en el turno de intervenciones, pidió al consejo más esfuerzos para “levantar el muro del precio de la acción”, que según él está en los 32 euros. ACS se ha gastado este año el 70% de lo que ingresó por la venta de Cobra al grupo Vinci en 2021 en nuevos proyectos, como la concesión de la autopista de peaje SH-288 en Texas, un activo que tiene por delante una larga actividad y del que la compañía espera grandes rendimientos. “Vendimos la actividad industrial porque creemos que invertir ese dinero en nuestra estrategia concesional y la simplificación del grupo es mejor que repartir esos dividendos. Es mejor para obtener nuevos dividendos [en el futuro]. El invertir siempre es bueno, no solo es bueno tener caja. Es más, muchos castigan a las empresas que no tienen ni ideas ni proyectos para el futuro. Nuestra intención es invertir todo lo que podamos y ser más rentables, y repartir más dividendos en el futuro”, detalló el presidente.

Antes había hablado de que la rentabilidad media anual de la acción de ACS en los últimos 10 años ha sido del 10,8%, duplicando la del Ibex, “que alcanza el 4,5% anual hasta el día de ayer”. Analizando un plazo más largo, 25 años, la rentabilidad media anual de la constructora “ha sido del 9,5% incluyendo dividendos”, cuando en ese mismo periodo el indicador de referencia en la Bolsa avanzó, de media, un 3,5% anual, también considerando los dividendos. En los últimos diez años el beneficio de ACS acumulado se cifra en 9.862 millones de euros, “y de ellos, ACS ha distribuido entre sus accionistas, incluyendo dividendos pagados en efectivo y acciones propias, 7.808 millones. Con esos datos mostramos el compromiso que tenemos con ustedes de ofrecerles una rentabilidad atractiva”, destacó, confiando en que en los próximos años se pueda seguir incrementando el premio a los accionistas.

Preguntado por si podrían llegar a valorar un hipotético cambio de sede, como hizo Ferrovial, contestó que no se le ha pasado por la imaginación. “No es que lo critiquemos, es que nosotros ni lo hemos comentado”. El mismo accionista le preguntó por la batalla con Iberdrola por el espionaje del excomisario Villarejo, (Florentino Pérez ha pedido la imputación de la compañía que preside Ignacio Galán por estos hechos en una pelea judicial que dura varios años). “[La batalla] en todo caso la tienen ellos conmigo. En todo caso no quiero prejuzgar este tema porque no está en nuestro programa. Lo mejor es ignorarlo, cada uno es dueño de sus comportamientos y la gente lo conoce y lo sabe”.

Balance de 2022

Sobre los resultados del año anterior, Pérez resumió las principales magnitudes: tras facturar 33.615 millones de euros, el beneficio neto ascendió a 668 millones. “La evolución fue positiva con carácter general en los países donde opera el grupo, particularmente en Estados Unidos y Australia. Nuestros principales mercados siguen estando en países con potencial de crecimiento, marcos políticos estables y estructuras que permiten actuar con certidumbre y con seguridad en las operaciones”. Del total de ventas, el 56% de los ingresos de ACS proviene de Estados Unidos; el 19% de Australia; el 9% de España y el 6% de Canadá, mercados todos ellos “dinámicos y con atractivas oportunidades de crecimiento”. La construcción aportó al beneficio 350 millones de euros, destacó. También fue un año de inversiones. La opa de exclusión de Bolsa de su filial CIMIC consumió recursos de caja por más de 900 millones. La compra de un 16% de Hochtief, les permitió alcanzar el 67% de la propiedad. Aun así, la fuerte generación de caja (1.300 millones) les permitió acometer esas inversiones y aumentar su autocartera. La cartera de contratación de proyectos a futuro se disparó en 39.000 millones de euros, lo que les ha permitido cerrar el año en 69.000 millones.

Por su parte, el consejero delegado, Juan Santamaría, hizo un esbozo de la estrategia futura del grupo, que se basará en varios pilares: “En primer lugar, la continua reducción del perfil de riesgo. En la cartera actual, los proyectos sin riesgo representan más del 70%”, destacó. Santamaría quiere que ACS refuerce sus conocimientos en ingeniería y acompañe ese esfuerzo con el desarrollo de sistemas digitales y de logística. También explicó que se asignarán recursos de capital “para apoyar la simplificación”, de la estructura organizativa, y para profundizar en el área de medio ambiente y sostenibilidad: “Como consecuencia de esa estrategia estamos incrementando el volumen de proyectos en áreas relacionadas con la transición energética y infraestructura digital para el 5G, la nueva movilidad sostenible y el sector de la salud y biofarmacia”.

La junta aprobó todos los puntos del orden del día, incluida la reelección de los consejeros José Luis del Valle, Antonio Botella, Emilio García, Catalina Miñarro, Pedro José López y María Soledad Pérez. La compañía ha nombrado a otras dos consejeras, Lourdes Máiz Carro y Lourdes Fraguas, como independientes. El Informe anual sobre remuneraciones de los consejeros correspondiente al ejercicio 2022 tuvo un apoyo del 97,1% del capital, mientras que la aprobación de la política de remuneraciones de los consejeros para lo que queda de este año y hasta el 2026 fue aprobado por el mismo porcentaje.

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