Galán, tras el acuerdo con López Obrador: “Contamos con todo el apoyo del Gobierno mexicano”

Los accionistas de Iberdrola han dado su visto bueno este viernes, con una media de votos a favor del 98%, la reelección del presidente ejecutivo de la compañía, Ignacio Sánchez Galán (72 años), hasta 2027 y el resto de puntos que figuraban en el orden del día, como la cuenta de resultados del ejercicio 2022. La remuneración de sus consejeros, incluida la del propio presidente —que el año pasado ganó 13 millones de euros— fue el bloque que menos apoyos recabó, aunque estos fueron igualmente mayoritarios: del 96%.

En la sesión, celebrada en Bilbao por un espacio de poco más de una hora y marcada por la ausencia de preguntas sobre algunos temas que marcarán el futuro de la compañía —como la compra de la estadounidense PNM Resources— Sánchez Galán sí se ha referido al reciente acuerdo alcanzado con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para la venta de 13 centrales de gas por 6.000 millones de euros (5.460 millones de euros). “Es un acuerdo beneficioso tanto para los accionistas [de Iberdrola] como para México y los mexicanos, (…) al que hemos llegado tras dos años de diálogo discreto con el presidente. Contamos con todo el apoyo del Gobierno mexicano para desarrollar nuestra labor”, ha enfatizado ante los dueños de la empresa. Tras el pacto, ha dicho Sánchez Galán, Iberdrola dejará de suministrar energía a la Confederación Federal de Electricidad (CFE, la eléctrica pública del país norteamericano) pero mantendrá otras 15 plantas de generación —”fundamentalmente, de generación renovable”— desde las que seguirá sirviendo electricidad a clientes industriales.

En su discurso ante la junta, Sánchez Galán ha anticipado que el beneficio de la empresa superará “ampliamente” los 5.000 millones de euros, un 25% más que en 2022, que ya había sido récord. Este incremento, ha dicho, “permitiría seguir incrementando el dividendo” a los inversores, que este año recibirán 0,49 euros por acción.

La eléctrica, una de las mayores de Europa por valor en Bolsa y que en 2022 se anotó un beneficio neto de 4.339 millones de euros, ha reafirmado sus planes de invertir 47.000 millones de euros en los tres próximos años, “priorizando la solidez financiera y la inversión en zonas con alto rating, como Estados Unidos, la UE, Brasil o Australia”. En España, la inversión en el periodo rondará los 6.000 millones, “más que en años anteriores”, ha remarcado.

El jefe de Iberdrola, además, ha hecho un aparte para recordar que “seguirá invirtiendo” de la mano de tres fondos soberanos: la Qatar Investment Authority (titular de casi el 9% del capital de la española y que ha estado representado en la junta por un miembro de la familia del emir), el noruego Norges Bank (titular de casi el 4% de sus acciones y con el que acaba de cerrar la venta de la mitad de una gran cartera renovable en España) y el singapurense GIC (que no tiene una posición relevante en el capital de la eléctrica, pero al que acaba de vender el 50% de su negocio de redes en Brasil).

En clave global, el presidente de Iberdrola ha vaticinado que la demanda global de electricidad se duplicará en la próxima década, una realidad que obligará a acometer “gigantescas inversiones” en un entorno de “políticas energéticas predecibles y estables”. En este último plano, Sánchez Galán ha afirmado que las “novedades regulatorias” a ambos lados del Atlántico permiten a la compañía “mirar al futuro con optimismo”. En el Viejo Continente, ha dicho, la reforma del mercado eléctrico propuesta por Bruselas “significará más Unión Europea y menos excepciones de Estados miembro”.

Preguntado por el futuro del hidrógeno verde, un nicho prioritario de inversión para eléctricas y fósiles en los últimos años, Sánchez Galán ha calificado esta tecnología de “oportunidad” y de “nuevo mercado para la electricidad” que produce Iberdrola. “Tenemos más de 60 proyectos en desarrollo, y hemos presentado proyectos de 3.000 millones para los fondos europeos. Es una tecnología muy prometedora y será un elemento vital tanto para la descarbonización como para nuestro negocio”. A diferencia de lo que ocurre en otras juntas de accionistas de empresas del Ibex 35, las preguntas de los accionistas fueron leídas por un representante de la dirección y no por los propios titulares de las acciones.

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