Las aerolíneas temen más colas este verano en los aeropuertos por la falta de personal y las huelgas

La incertidumbre que domina el conjunto de la economía no ha minado el optimismo del sector turístico, que prevé batir récords en 2023. Las aerolíneas esperan recuperar este verano el nivel de actividad anterior a la pandemia, con un 3% más de vuelos programados (219 millones), y que el año acabe también por encima de los niveles récord de 2019, según las previsiones de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) presentadas este lunes. Pero la patronal también ha advertido del impacto negativo de las huelgas convocadas en Francia —también hay huelga convocada por los pilotos de Air Europa en España—, además de la posible falta de personal en algunos aeropuertos europeos que el año pasado provocó largas colas en Países Bajos y el Reino Unido.

El año ya empezó con datos de vuelos por encima de los niveles de 2019. “A pesar del momento de crisis económica que vivimos, los datos están demostrando las ganas de los pasajeros de viajar y esperamos que este verano marque ya la recuperación definitiva de un sector que se ha mantenido robusto y capaz de superar las dificultades ocasionadas por la pandemia”, ha señalado el presidente de ALA, Javier Gándara, en una conferencia de prensa en Madrid. No obstante, ha advertido de algunos problemas más en el escenario europeo de cara a este verano que podrían afectar a la temporada alta en España.

La asociación ha advertido que “se prevé un verano congestionado por la alta demanda, la falta de personal en numerosos aeropuertos europeos y las constantes huelgas en Francia, que están provocando cancelaciones, retrasos y preocupantes caídas en la puntualidad”. En los primeros cuatro meses del año, se cuentan hasta 94 días de paro en el control aéreo galo, lo que ha provocado una preocupante caída de la puntualidad, que Eurocontrol (organismo de la UE que supervisa la seguridad aérea) estima en nueve puntos porcentuales, aunque en aeropuertos más dependientes de los sobrevuelos en Francia, como el de Barcelona, pueden llegar hasta los 20 puntos porcentuales de caída.

El impacto ha sido significativo en España, el país sin contar Francia que más cancelaciones está sufriendo por la huelga gala: entre el 1 de marzo y el 9 de abril, el 15% de los vuelos se quedaron en tierra, un 63% más de lo habitual. El 90% no tenían ni como destino ni como origen Francia. ALA ha pedido al Gobierno y a la UE que exijan a Francia que, como sucede en España o en Italia, se protejan con servicios mínimos los sobrevuelos en el espacio aéreo francés en el caso de huelga.

Eurocontrol estima un coste de ocho millones de euros de media al día por cancelaciones y otros seis millones por retrasos para todas las compañías aéreas europeas. En total, 476 millones de euros en sobrecostes por los 34 días de movilizaciones entre el 1 de marzo y el 9 de abril. En España, los pilotos de Air Europa irán a la huelga los días 1, 2, 4 y 5 de mayo.

El efecto de esta huelga ya ha llevado a revisar ligeramente la baja las previsiones: AENA aseguraba en marzo que los vuelos programados para el verano estarían un 4,4% por encima de los niveles de 2019; ahora ese crecimiento se sitúa en el 3%. Pero Gándara ha insistido en que estas revisiones se hacen constantemente y que lo importante es la tendencia que, por ahora, es positiva. “La situación sigue siendo muy incierta”, ha advertido. La falta de personal en los aeropuertos, que el año pasado provocó colas kilométricas en Ámsterdam y Londres, también puede perjudicar la evolución del sector. “Sobre todo nos preocupa el Reino Unido, porque tras el Brexit las dificultades para encontrar mano de obra especializada se han vuelto estructurales”, ha dicho.

En cualquier caso, la recuperación se da por hecha para 2023. Si no se superan los niveles récord de 2019, sí al menos serán similares. Este verano lideran el crecimiento de vuelos programados Canarias (una subida del 7,8% respecto a antes de la pandemia), Baleares (7,4% más) y Andalucía (8,2%). Mientras Madrid cae un 3,1% y Barcelona se hunde un 7,8%. Gándara considera que estás bajadas se deben a un cambio de tendencia en los viajes de negocios, que empezó durante la pandemia y se ha consolidado: se vuelve a viajar más para asistir a congresos y otros actos, pero menos para reuniones internas de empresas.

La mayor caída de Barcelona respecto a Madrid se debe, en su opinión, a que en la capital hay un mayor número de vuelos intercontinentales, y el tráfico ha crecido mucho desde toda América en el último año.

Sobre los precios, no ha querido dar una cifra de cuánto pueden subir este año tras los significativos incrementos registrados en 2022. Según Eurocontrol, la subida real media fue de 10% desde agosto a finales del año pasado. Gándara ha advertido de que las tarifas dependerán, especialmente, de la evolución del precio del combustible.

Precios de los hoteles

El conjunto del sector turístico ha experimentado un incremento de precios en el último año por la subida de los costes y al alta demanda, además de que el sector insiste en que se ha mejorado la oferta y, por lo tanto, resulta más cara. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, publicados este lunes, apuntan a una cierta tendencia a la moderación en el caso de los hoteles: la tasa anual del Índice de Precios Hoteleros se situó en el 10,5% en marzo, 12,2 puntos menos que la registrada en el mismo mes de 2022, y 0,6 puntos menos que la registrada el mes pasado.

Por comunidades autónomas, las mayores subidas de precios hoteleros respecto a marzo de 2022 se dan en Cataluña (18,2%) y Melilla (13,5%). Por su parte, la menor subida se registra en Cantabria, con una tasa de variación anual del 0,3%. La facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada (ADR) fue de 99,3 euros en marzo, lo que supone un aumento del 11,0% respecto al mismo mes de 2022. El ingreso medio diario por habitación disponible (RevPAR), que está condicionado por la ocupación registrada en los establecimientos hoteleros, alcanzó 62,2 euros, con una subida del 23,8%.

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