Netflix dice adiós al alquiler de DVD a domicilio, el negocio con el que nació
La compañía elevará a alta definición su servicio con publicidad, empezando por España y Canadá y permitiendo doble acceso
Netflix ha llegado desde el principio a la mayoría de los países como un servicio de televisión a la carta por internet. Sin embargo, no fue así como nació hace 25 años. En Estados Unidos, antes de la era del streaming, Netflix repartía a domicilio por correo DVD con las series y películas. En realidad, aunque parezca anacrónico, aún lo hace. No será por mucho tiempo. El líder de la televisión de pago por número de clientes ha anunciado que enviará sus últimos DVD el próximo 29 de septiembre, para dejar buen sabor de boca antes de que el servicio sea insostenible.
La novedad de alquilar temporadas completas de series y la tarifa plana caló entre sus clientes. El negocio funcionaba ahora bajo la marca DVD.com y seguía ofreciendo un amplio catálogo con entrega exprés por una mensualidad a partir de 9,99 dólares mensuales. “Desde el principio, a nuestros socios les encantaron las posibilidades de elección y control que ofrecía el entretenimiento directo al consumidor, incluida la variedad y calidad de nuestros títulos y la posibilidad de ver series enteras en atracones. El DVD allanó el camino para el streaming, garantizando que gran parte de lo que empezamos continuará durante mucho tiempo en el futuro”, ha explicado Netflix al presentar los resultados del primer trimestre de 2022.
El servicio de DVD generó 145,7 millones de dólares de ingresos el año pasado, lo que equivale a aproximadamente 1,2 millones de abonados, según los precios medios pagados por los clientes. En su apogeo, el servicio llegó a tener 20 millones de abonados.
Los tiempos van en otra dirección y, en el caso de Netflix, sus planes pasan por ir eliminando los 100 millones de hogares que, según sus estimaciones, usan una contraseña compartida para no pagar. Hacer la vista gorda con esa práctica ha sido un motor de su crecimiento, pues proporcionaba un nivel de entrada muy asequible. Ahora, sin embargo, quiere cerrar esa puerta y a cambio ofrece un servicio de suscripción de más de un hogar con recargo. La ofensiva contra ese uso irregular de la contraseña en diferentes hogares se ha puesto en marcha en cuatro países (España, Portugal, Canadá y Nueva Zelanda) en el primer trimestre y se extenderá a varios más, entre ellos Estados Unidos, en el segundo.
En general, la compañía se ha encontrado en esos países con lo mismo que ocurrió en Latinoamérica, donde empezó a aplicar esa política: un aumento de las cancelaciones a corto plazo. Eso reduce el número de suscripciones, aunque asegura que luego se va recuperando, sea por la vía de cuentas compartidas legales o de nuevos suscriptores. Aun así, Netflix está afinando con sus cambios y ha retrasado la medida en Estados Unidos.
La empresa está inmersa en una dinámica de ensayo y error con esas novedades en su oferta: “Con cada lanzamiento, aprendemos más sobre la mejor manera de introducir estos cambios y sobre lo que más importa a los suscriptores”, dice. Netflix asegura que podría haber hecho un lanzamiento general a finales del primer trimestre, pero ha encontrado oportunidades de mejora en áreas como el uso de Netflix por los abonados en sus viajes, el control de acceso a las cuentas y la gestión de los perfiles y ha preferido introducir esas modificaciones antes de extender el servicio, aunque eso ha supuesto un retraso en los planes iniciales.
“Aunque esto desplazará parte del crecimiento del número de suscriptores y del aumento de ingresos del segundo al tercer trimestre, creemos que redundará en un mejor resultado para nuestros suscriptores y nuestro negocio. A largo plazo, el pago compartido garantizará una mayor base de ingresos a partir de la cual podremos crecer a medida que mejoremos nuestro servicio”, añade.
Netflix logró unos ingresos de 8.162 millones de dólares (algo más de 7.400 millones de euros al cambio actual) en el primer trimestre de este año, un 3,7% más que en el mismo periodo del año anterior. La cifra supone un tímido repunto con respecto al 1,9% de crecimiento del cuarto trimestre. Para el trimestre en curso, el grupo espera facturar 8.2452 millones, un 3,4% más que hace un año.
El beneficio, sin embargo, se mueve a la baja. Entre enero y marzo de este año ganó 1.305 millones de dólares, frente a los 1.597 millones del año anterior, un descenso del 18%. Para el segundo trimestre espera un beneficio de 1.283 millones, un 11% menos que hace un año. Pese a ello, la empresa ha pisado el freno en la producción y las inversiones en contenido y mejorado drásticamente la generación de caja.
Crecen los suscriptores
Lo que ha decepcionado ha sido el aumento de abonados. Netflix sufrió en la primera mitad del año pasado sus dos primeros trimestres de pérdida de suscriptores, antes de ganar 2,4 millones en el tercer trimestre y 7,7 millones en el tercero. En el primer trimestre de este año, pese a la guerra contra el uso ilegal de contraseñas y el lanzamiento de un servicio más barato con publicidad, solo ha sumado 1,75 millones de clientes más, hasta un total de 232,5 millones.
Como con las contraseñas, también aquí Netflix está haciendo retoques en su oferta y va a intentar que el abono con publicidad sea más atractivo. Asegura que las cuentas le salen y que en Estados Unidos la combinación de los ingresos medios en la suscripción con publicidad (contando abono más anuncios) ya superan a los clientes tradicionales. “Este mes actualizaremos las características de nuestro plan con publicidad para incluir calidad de vídeo 1080p frente a 720p empezando hoy por Canadá y España. Creemos que estas mejoras harán que nuestra oferta sea aún más atractiva para un conjunto más amplio de consumidores y reforzará aún más el compromiso de los suscriptores actuales y nuevos del plan con publicidad”, explica la empresa.
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