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La demanda de aceite de oliva se desploma un 30% por la escalada de los precios

El consumo interno baja en los cinco primeros meses de campaña y las exportaciones caen un 20%

Aceite de oliva
Un agricultor recoge aceitunas en un olivar de Cataluña.Westend61 / GETTY IMAGES

La escasa producción de los olivares y la fuerte subida de los precios en origen durante la última campaña —hasta los 5,20 euros el kilo— han provocado una caída media de las ventas de aceite del 30% en el mercado interior y del 20% en las exportaciones. Así lo recogen los datos aportados por el Ministerio de Agricultura sobre los primeros cinco meses de campaña, es decir, entre octubre y febrero. “Si no subieran los precios y la demanda se mantuviera, cuando llegasen los meses de julio o agosto a lo mejor ya no quedaba aceite”, sostiene Rafael Sánchez de Puerta, presidente del sector del aceite de Cooperativas Agroalimentarias de España.

Es la ley del mercado: la oferta se reduce, los precios suben y la demanda final también acaba por resentirse. En toda Europa la dinámica es similar, en el conjunto de la Unión Europea el consumo de aceite baja un 11% y las previsiones son que haya una cosecha “bajo mínimos”, según el informe de mercados agrarios publicado por la Comisión Europea para la primavera de 2023. “A todos nos gustaría cubrir una producción importante y que se recuperara todo el consumo, pero dependemos muchísimo del agua y al final nos vemos con una producción muy baja”, señala Sánchez. Si el año pasado salían al mercado en torno a una media de 140.000 toneladas de aceite al mes, en esta campaña el ritmo de salida desciende hasta alrededor de las 90.000. Pese al incremento de los precios en origen, desde Cooperativas Agroalimentarias destacan que esta situación es perjudicial también para los productores: “¿Para qué quiere el agricultor unos precios muy elevados cuando no tiene cosecha?”, concluye.

En los últimos años, en condiciones de normalidad, las ventas de aceite de oliva en el mercado interior se movían entre las 500.000 y las 550.000 toneladas. En el caso de las exportaciones, han mantenido una línea al alza, hasta estabilizarse en poco más de un millón. Pero con la falta de agua, el encarecimiento de los costes de producción y el ahorro en fertilizantes —que multiplicaron su precio el año pasado— la situación cambia. De una producción de 1,4 millones de toneladas en la campaña 2021-2022 se ha pasado a una que, a estas alturas, ronda las 680.000.

Con la caída del 30% en el consumo, el sector estima que las ventas anuales se reducirían hasta unas 420.000 toneladas para el mercado interior. La contracción de las exportaciones en un 20% dejaría en 800.000 las toneladas comercializadas en el exterior. Desde el sindicato agrario UPA, Cristóbal Cano apunta que en marzo el ritmo de venta en origen fue “aceptable” y que lo que condicionará las toneladas comercializadas será la disponibilidad de producto: “Evidentemente no se van a alcanzar las cifras de comercialización del entorno de 1.600.000 toneladas de las dos últimas campañas, pero no tanto por los precios sino porque no hay disponibilidad”. Cano estima que “como mucho saldrán 1.300.000 toneladas” al final de esta temporada.

Una clienta de un supermercado español elige una botella de aceite de oliva.
Una clienta de un supermercado español elige una botella de aceite de oliva.Getty Images (LightRocket via Getty Images)

Golpe al bolsillo de los consumidores

La inflación se contuvo en marzo hasta el 3,3%, pero los alimentos siguen subiendo de precio. Pese a la rebaja del IVA desde el 10% hasta el 5% en enero, el aceite de oliva aumenta un 32,1% su coste empujado por una caída en la producción. Si comparamos la tercera semana de abril en 2022 y 2023, el precio de la oliva en origen pasa de 333,19 euros por cada 100 kilos a 488,84 euros. En el otro extremo de la cadena de valor, los lineales de aceite de los supermercados se convierten en un dilema para los consumidores.

En un establecimiento de Supercor, en el barrio de Las Ventas (Madrid), los precios van desde 4,95 euros por un litro de aceite de oliva básico de marca blanca, hasta los 16,90 de la variedad virgen extra. En un Mercadona próximo la imagen es similar. Los compradores se detienen, calculan ofertas y la mayoría se decantan por la marca blanca, de 6,05 euros el litro. Uno de los clientes que opta por una marca conocida casi se excusa por la decisión: “Es para la ensalada”, comenta entre risas. Su elección ha sido una botella de 250 mililitros a 2,73 euros.

La campaña actual, que comenzó en octubre de 2022, arrancó con unas existencias de 454.000 toneladas, a las que se suma una cosecha bajo mínimos de 680.000 toneladas y unas importaciones de 200.000. Con estos datos, y contando con una demanda más reducida, las existencias a finales de campaña se situarían en un máximo de 150.000 toneladas producidas, la cifra más baja de los últimos años. Además, este dato complica la campaña de 2023 a 2024, que no contaría con una base suficientemente fuerte para el empalme de cosechas y perpetuaría la tensión en la demanda.

España es el primer productor de la UE y además, el primer comercializador. De ahí que la industria mantenga las importaciones en más de 200.000 toneladas para no perder peso en los mercados exteriores que ya tiene consolidados. En cuanto a la producción nacional, en los últimos años se movía en torno a los 1,4 millones y los 1,5 millones de toneladas. En la campaña 2021-2022 el balance del Gobierno cifra la producción en algo más de 1,4 millones de toneladas. En la campaña actual la producción se situó en febrero en las 680.000 toneladas. Así, la recuperación de la producción queda en manos de las lluvias y la posibilidad de una oferta suficiente dependerá de cuanto retroceda el consumo.

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