El gasto de las familias aumentaría hasta un 0,24% con un contrato indefinido

El Banco de España (BE) ha publicado este lunes un informe en el que señala que el aumento en el número de empleados con contrato indefinido o fijo discontinuo podría redundar en un aumento del gasto de las familias de entre un 0,18% y un 0,24%, lo que equivaldría a un total de entre 1.189 y 1.586 millones de euros. Esto supone que el gasto aumentaría entre 1.846 y 2.462 euros en los hogares cuyo cabeza de familia firmó un contrato indefinido. Para ponderar el impacto de la reforma laboral, la institución que dirige Pablo Hernández de Cos ha realizado una simulación, a partir de la cual concluye que el aumento del número de trabajadores con contrato indefinido —ha escalado hasta los 14.257.000 en el cuarto trimestre de 2022— pudo contribuir al sostenimiento del nivel de gasto durante el año pasado.

Las estimaciones del Banco pivotan sobre un hecho intuitivo: cuando las condiciones laborales de los trabajadores son más estables y garantizan una cierta permanencia de los empleados dentro de la empresa, la percepción de riesgo se atenúa y el gasto de las familias aumenta. Cuando la situación es incierta, la tendencia suele ser la contraria: se destina menos dinero al consumo y se prioriza el ahorro para tener un colchón que ayude en caso de despido o de pérdida del empleo.

Después de la reforma laboral aprobada en Consejo de Ministros en 2021, la tasa de temporalidad se redujo en España, por lo que esta circunstancia debería incidir en un impulso del consumo en aquellos hogares donde sus miembros hayan pasado a tener un contrato estable. Según la EPA, entre el cuarto trimestre de 2021 y el de 2022, el número de individuos con contrato indefinido aumentó de 12.666.000 individuos a 14.257.000. Cuando se consideran hogares en vez de individuos, la cifra es de 7.647.000 en 2022, un 39,8% del total. Según el Banco de España, en estas familias tendrían ahora mayor estabilidad laboral y, por tanto, su porcentaje de gasto sobre la renta sería más amplio.

Este principio de precaución —gastar menos cuanto más incierta es la realidad laboral— se demuestra atendiendo al hecho de que, antes de la última reforma laboral, los hogares cuyo cabeza de familia tenía un contrato temporal o estaba desempleado dedicaban un 9% menos de su renta al gasto que aquellos que tenían un contrato indefinido. De hecho, el informe señala que al pasar de un contrato temporal a uno estable, el aumento de la ratio del gasto sobre la renta es de alrededor de un 20% durante el mismo trimestre en el que se produce el cambio de situación laboral.

Estabilidad de los fijos discontinuos

La polémica sobre si los contratos fijos discontinuos proporcionan suficiente seguridad a los trabajadores también se recoge en el informe como un elemento que puede llevar a desestabilizar el análisis. En este caso, los periodos de inactividad pueden, según advierte la institución financiera, conllevar una menor seguridad en el empleo y, por tanto, contraer el gasto de los hogares.

Pese a esto, en el documento matizan que los empleados con contrato fijo discontinuo habían acumulado a finales de 2022 una media de casi cinco años de antigüedad en su empresa, mientras que los empleados con contrato temporal solo tenían 22 meses de antigüedad media. Estas cifras sugieren, según el supervisor, que los empleados con contratos fijos discontinuos disponen de una mayor estabilidad en el empleo que los que tienen un contrato temporal, en la medida en que acumulan más experiencia en la misma empresa. Pese a ello, el informe concluye advirtiendo que para evaluar el impacto de la confianza de los trabajadores habrá que esperar a tener más datos sobre el comportamiento de la reforma laboral.

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