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Desigualdad en el alquiler: los caseros tienen seis veces menos riesgo de pobreza que los inquilinos

Un estudio del entorno de los sindicatos de inquilinos señala que los hogares arrendadores son 1,8 veces más ricos que los arrendatarios incluso sin percibir rentas

Manifestación de los sindicatos de inquilinos en un barrio de Madrid, el 26 de febrero.
Manifestación de los sindicatos de inquilinos en un barrio de Madrid, el 26 de febrero.Jesús Hellín (Europa Press)
José Luis Aranda

El alquiler es una transacción entre dos partes que, a grandes rasgos, parten de una situación desigual. Ese es el retrato del mercado español que este lunes ha puesto sobre la mesa un estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, una organización próxima a los sindicatos de inquilinos. Los tres autores de la investigación, dos de ellos investigadores en la Universidad de Uppsala (Suecia) y el tercero actualmente en la UNED, concluyen que “el mercado de alquiler transfiere riqueza de los hogares de menor renta a los hogares de mayor renta” y, por eso, “se ha convertido en una de las principales causas de empobrecimiento y de desigualdad entre la población”.

La publicación, que llega en un momento en que la negociación de la futura ley de vivienda se encuentra atorada en el Congreso, parte del análisis de los microdatos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, un enfoque que hace dos años también empleó el sindicato CC OO. En el nuevo trabajo, los investigadores destacan que la mediana de renta de los hogares que perciben ingresos procedentes de alquileres, con 40.293 euros, multiplica por más de dos los 18.457 euros de mediana de los hogares que viven de alquiler. E incluso si se eliminasen las rentas inmobiliarias, los primeros seguirían siendo hogares de mucha mayor renta mediana (33.602 euros) que los segundos. Es decir, 1,8 veces más ricos, por lo que los autores sostienen que “los caseros no dependen de sus rentas para vivir”.

Visto desde el ángulo opuesto, los datos del INE para 2021 muestran que un 6,48% de los hogares perceptores de renta de alquiler se situaban por debajo del umbral de pobreza. Pero ese porcentaje se multiplica casi por seis, hasta el 36,28% en el caso de los inquilinos (para un 21,46% del total de todos los hogares). En ese sentido, la investigación señala que las familias que perciben rentas inmobiliarias y están en riesgo de pobreza) solo representan el 0,6% de todos los hogares. Y con ese dato llegan a la cuestión de qué pasaría si todos los arrendamientos se abaratasen en toda España un 20%. Reduciendo ese porcentaje las rentas inmobiliarias, los autores del informe proyectan que la vulnerabilidad apenas crecería al 0,7%. Y bajando los alquileres un 50%, subiría al 0,9%.

Se trata de un porcentaje “tan residual”, afirma el estudio, que “no puede anteponerse razonablemente a una política que beneficiaría de forma sustancial a una población inquilina que es mucho mayor, mucho más empobrecida, y que no tiene derecho a la vivienda garantizado”. Es decir, que los autores apoyan “una regulación general de los precios de los alquileres” (es decir, límites a los arrendamientos) porque consideran que esto “incrementaría, sin duda, el bienestar social general” al repercutir sobre los inquilinos, que en gran parte se corresponde con el extracto más pobre de la población. Mientras que cuatro de cada diez hogares de arrendatarios tienen rentas inferiores a 15.000 euros anuales, solo un 9,4% de los caseros declaran esa situación. En el extremo apuesto, el de los hogares que ingresan más de 40.000 euros, se enmarcan el 51% de los caseros y solo el 11,5% de los inquilinos.

El estudio, con el objetivo declarado de “ver qué impactos tendría un control de precios” en la economía de los caseros, también intenta desmontar otras afirmaciones comunes que rodean al mercado de alquiler. Una es la de “representar a todos los caseros que poseen múltiples viviendas en alquiler como si fueran un casero particular”, algo que consideran que solo puede decirse de quienes tienen una única vivienda alquilada. “El propio Gobierno y las Administraciones del Estado contribuyen a esta confusión”, lamentan los investigadores, que admiten que no hay datos generales y por eso se basan en los estudios que hizo el Observatorio Metropolitano de Vivienda de Barcelona. Este señaló que solo un 38,7% de las viviendas alquiladas en la capital catalana pertenecían a caseros que no arrendaban otras propiedades y un 10% a caseros que alquilaban dos pisos. Los que alquilaban más de 10 (la definición actual de gran propietario que dio el Gobierno en la legislación especial por la pandemia) representan solo un 2% de los caseros pero poseían cerca de un 30% de las propiedades.

Otra aportación de los investigadores para reflejar la polarización que existe dentro del propio colectivo de caseros clasifica a estos en función de las rentas percibidas. En ese sentido, un 44% de los caseros perciben el 19% del total de rentas (con una renta mensual media de 270 euros), mientras que un 26% de caseros concentran el 56% del total de rentas (con una media de 1.349 euros al mes).

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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