CC OO alerta de que dos millones de inquilinos están en riesgo de exclusión social
Un informe del sindicato señala que cuatro de cada 10 arrendatarios soporta alquileres excesivos para sus ingresos
El mercado de la vivienda en España presenta una composición “profundamente antieconómica” porque “la renta de las familias se consume en buena parte en pagar alquileres excesivos” para acceder “a un bien básico que es la vivienda”. Así lo ha afirmado este miércoles el secretario general de CC OO, Unai Sordo, en la presentación de un informe del sindicato sobre la materia. El estudio, elaborado por el Gabinete Económico Confederal de CC OO a partir de diversas estadísticas (fundamentalmente la Encuesta de condiciones de vida del INE de 2019), alerta de que en España hay más de dos millones de inquilinos en riesgo de exclusión social. Y de un total de casi 7,4 millones de personas que viven en casas de alquiler, un 41% (alrededor de tres millones) pagan una renta excesiva en relación con sus ingresos.
El sindicato pone el foco en la profunda asimetría del mercado de arrendamientos, con inquilinos que fundamentalmente forman parte de los grupos económicamente más desfavorecidos y arrendadores que pertenecen mayoritariamente a los segmentos con mayores ingresos. Mientras un 48% de los hogares que alquilan su vivienda tienen unos ingresos inferiores a 26.000 euros anuales, un 75% de los arrendadores se sitúa por encima de esa cifra. Y un 51% superan unos ingresos de 40.000 euros. “Es evidente que en materia de arrendamientos hay una transferencia de rentas desde la población con menores ingresos hacia la población con altos ingresos”, señala el informe. Esto, ha estimado Sordo, rompe con la imagen que en ocasiones se quiere trasladar de un mercado dominado por pequeños propietarios que necesitan la renta de alquiler para su propia supervivencia porque estos son “una minoría”.
El estudio señala que solo un 9% de los arrendadores está en riesgo de pobreza, mientras que en el caso de los arrendatarios ese porcentaje se eleva al 38%. Desde el punto de vista de la pobreza material severa, entre los primeros solo la sufre un 1%, mientras que en el segundo colectivo alcanza el 12%. El informe también apunta que el peso de los grandes propietarios en el mercado español es creciente, por eso considera “imprescindible mejorar la estadística pública sobre la propiedad del parque de vivienda en España, conocer la estructura de la oferta de vivienda en alquiler y saber el peso e influencia que tienen los grandes propietarios de vivienda”.
Una de las consecuencias de esta asimetría entre arrendadores e inquilinos, han explicado Sordo y el responsable del Gabinete Económico de CC OO, Carlos Marín, al presentar el estudio en Madrid, es la diferente necesidad respecto a que una vivienda se alquile que tienen unos y otros. Los propietarios que están en una situación económica más holgada pueden decidir no alquilar el piso hasta que obtienen la renta que desean. “La vivienda es un mercado limitado donde los propietarios pueden ejercer fácilmente presión sobre los precios e inflar los alquileres. Los demandantes tienen que aceptarlos, al ser la vivienda un bien de primera necesidad. El mercado es tanto más ineficiente cuanto menor es la relevancia que tiene el alquiler cobrado sobre la renta total de los propietarios”, estima el estudio.
Un problema, ha incidido Sordo, todavía más acuciante por un segundo “sesgo” que presenta el mercado de la vivienda en España y que tiene que ver con la edad. En las generaciones más jóvenes el alquiler es la forma de vida más común (casi la mitad de hogares en que la persona de referencia tiene menos de 30 años viven de alquiler a precios de mercado, y un 33% de los hogares entre 30 y 44 años). “Hay generaciones que apenas sobrepasados los 40 años y ya han vivido dos crisis de dimensiones históricas”, ha explicado el dirigente sindical en alusión a la Gran Recesión y la actual crisis del coronavirus. Dichas generaciones, ha añadido, están en una “situación de vulnerabilidad, de pérdida de expectativas” que tiene que ver “con la excesiva utilización de los salarios” para acceder a la vivienda.
Sordo ha evitado pronunciarse sobre el debate en el Gobierno de coalición a propósito de la futura ley de vivienda. “Solo espero que más allá de dimes y diretes se pongan medidas sobre la mesa”, ha dicho. Pero sí ha insistido en las propuestas que su sindicato, junto con UGT, presentaron hace un año y que contemplan límites a los precios de los alquileres. Pero Sordo ha dejado claro que la regulación de los alquileres “no es una dicotomía; no es o poner medidas fiscales o limitar el precio”. En ese sentido, ha abundado, se necesitan “todas las medidas y alguna más”.
Además de poner topes temporales vinculados a los ingresos medios de las familias que viven en una zona tensionada, Sordo apuesta por aprovechar los fondos europeos que quieren destinarse a rehabilitar viviendas para “sacar alquileres al mercado”. El dirigente sindical cree que esas ayudas se podrían condicionar a que los propietarios que las usen incorporen los pisos a un arrendamiento “a precio social”.
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