Planas reprocha a Podemos los “calificativos gruesos” a los supermercados y niega que se estén forrando
Yolanda Díaz se alinea con Podemos y se abre a intervenir los precios de una cesta de alimentos básicos
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha salido este martes en defensa de los supermercados ante los “calificativos gruesos” e “injustos” lanzados contra las empresas. Planas ha rechazado que las cadenas de distribución se estén enriqueciendo con la inflación, como afirman desde Unidas Podemos, socios del PSOE en el Gobierno, y ha insistido en la legitimidad de las compañías a la hora de gestionar sus márgenes. Si los ciudadanos no están de acuerdo con los precios pueden “ir al supermercado de enfrente”, ha recomendado, porque el sector de la distribución es “tremendamente competitivo”. En el otro lado, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha dado un paso más: se abre ahora a recurrir a la Ley de Ordenación del Comercio Minorista para intervenir los precios de una cesta de alimentos básicos, una medida que lleva pidiendo desde septiembre pasado a las compañías de forma voluntaria.
La polémica en torno a la escalada de los precios de los alimentos no remite y sigue poniendo en evidencia las diferencias en el seno del Gobierno sobre cómo afrontar el problema. Desde Podemos se proponen medidas más intervencionistas, como bonificar una lista de productos básicos con un coste de casi 5.000 millones de euros para las arcas públicas o topar el precio de los alimentos, mientras desde el ala socialista se opta por medidas fiscales, como la rebaja del IVA, y ayudas de 200 euros a las familias con rentas menores de 27.000 euros. El Ejecutivo considera que los precios tocaron techo en enero —el IPC de alimentos se situó en el 15,4% anual, frente al 15,7% de diciembre— y descarta tomar más medidas de momento, más allá de pedirles a los integrantes de la cadena alimentaria, desde productores a distribuidores, que reflejen cuanto antes en el precio final las bajadas de costes que, según Planas, empiezan a detectarse.
El cisma se ha vuelto a escenificar este martes. La ministra de Trabajo considera “insuficientes” las medidas puestas sobre la mesa. Díaz se ha aproximado a la propuesta de Podemos de topar los precios, medida que hasta ahora proponía que fuera voluntaria, y ha asegurado que es necesario “favorecer un acuerdo con las grandes distribuidoras en las que facilitemos una cesta de la compra con precios limitados”(antes hablaba de precios “asequibles”). Ha vuelto a recordar el artículo 13 de la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, que ya ha mencionado en varias ocasiones desde que en septiembre presentó su iniciativa. Este artículo recoge una excepción para fijar precios o margen de márgenes de comercialización “cuando se trate de productos de primera necesidad o materias primas estratégicas”. Para Díaz es “una evidencia que los márgenes” de las empresas son “absolutamente superlativos”, aunque no ha dado datos, y ha calificado el mercado como “oligopolio” porque “cinco empresas tienen más del 50%”.
Preguntado en una entrevista en Onda Cero acerca de si cree que las empresas de alimentación se están forrando en este contexto, el ministro ha sido tajante: “Yo creo que no. El margen empresarial no solo es normal, sino que es necesario. Si queremos crear empleo y tener una sociedad que crezca es necesario la existencia de empresas que funcionen”, ha expresado. El sector asegura que sus márgenes son muy ajustados (entre el 1% y el 3% de las ventas).
Uno de los portavoces de Podemos, Pablo Fernández, acusó el lunes a los supermercados de ser “saqueadores”, “especuladores” y “representantes de un capitalismo salvaje”, mientras reprochó al ministro que se reuniera con ellos para analizar los precios. Planas ha indicado que ni a él ni al sector de la distribución le han gustado estas declaraciones que, además, en su opinión, no reflejan la situación real del sector. “Uno puede defender sus posiciones políticas de una forma clara y legítima, pero de ahí a utilizar calificativos gruesos que no coinciden con la realidad, no estoy de acuerdo”, ha afirmado. El lunes por la noche, en una entrevista en TVE, Planas recomendó a las familias y los ciudadanos “ir al supermercado de enfrente” si no están de acuerdo con los precios porque el sector de la distribución es “tremendamente competitivo” en España y “probablemente” se ofertará el mismo producto a un “precio inferior” porque “no hay concertación”.
Respecto a estas medidas, Planas ha reafirmado su convencimiento de que “tiene escaso recorrido práctico” y “el único país que la ha establecido, Argentina, tiene una inflación del 95%”, por lo que no le parece “un modelo a seguir por un país de la Unión Europea (UE) como es España”. En Europa, el Gobierno húngaro introdujo una limitación de precios “y salió muy mal”, ha dicho. Tampoco cree que ahora sea momento de ampliar la rebaja del IVA a la carne o el pescado.
Mientras, Bildu, Más País y Compromís, socios parlamentarios habituales del Gobierno, han pedido que se intervenga el mercado para garantizar precios asequibles. El líder de Más País, Íñigo Errejón, considera un “brindis al sol” pedir a las distribuidoras “que no se forren tanto”, informa Europa Press. “No funciona”, ha dicho. En cambio, ha abogado por intervenir el mercado de fijación de precios, algo que con la electricidad “funcionó”. El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha tildado de “absolutamente decepcionante” el resultado de la reunión y ha hecho hincapié en que “las buenas palabras, los deseos y las peticiones ya sabemos dónde acaban”. Su propuesta: “Limitar los beneficios o que las cadenas contribuyan limitando beneficios o con impuestos”.
Pese a las críticas a la que está siendo sometida en los últimos meses por las subidas de precios, la distribución presume de ser un sector competitivo, al menos comparado con otros países vecinos. Los datos de la consultora Kantar sitúan a una empresa como líder con diferencia, Mercadona, que tiene una cuota de mercado del 25,4%, seguida por Carrefour (9,8%), Lidl (5,9%), Dia (4,6%), Eroski (4,1%), Consum (3,2%) y Alcampo (3,3%). Es decir, ocho empresas concentran el 56% de las ventas, el resto se reparte entre pequeñas firmas, muchas de ellas marcas regionales. La configuración del mercado es similar a la del Reino Unido. En Francia, las cinco mayores empresas controlan de forma conjunta el 78% y, en Portugal, más del 50% está en manos de solo dos empresas: Sonae (Continente) y Jerónimo Martins (con la enseña Pingo Doce).
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