Las ayudas públicas permitieron redistribuir más la renta de los hogares durante el estallido de la pandemia
El 80% de las familias recibieron más de lo que aportaron a las arcas del Estado
El año 2020 fue el de las respuestas drásticas. La crisis sanitaria exigió medidas duras, la más extremas de las cuales fueron los confinamientos y toques de queda decretados por los gobiernos de media Europa hasta completar el proceso de vacunación masiva. La intervención del Gobierno se extendió también a la economía para evitar la mortalidad de empresas y puestos de trabajo. Pues bien, las medidas fiscales adoptadas por el Ejecutivo permitieron reducir ese año en un 38% la desigualdad en la distribución de rentas de los hogares españoles, según un informe publicado este lunes por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). El estudio añade, además, que el 80% de los hogares se beneficiaron de esa actuación del Gobierno, puesto que recibieron más de lo que pagaron en impuestos.
El informe del think tank —firmado por los profesores e investigadores Julio López Laborda, Carmen Marín y Jorge Onrubia— respalda una tendencia observada en otros países, en particular en Estados Unidos. Según el World Inequality Lab, en ese país las tasas de empleo se desplomaron durante el año de la pandemia. Sin embargo, eso no significó un aumento de la pobreza, sino justo lo contrario. La explicación está en el aumento de las ayudas de las Administraciones. Y en el caso de España, los ERTE tienen mucho que ver con ese fenómeno.
El informe recoge que la renta de las familias —incluyendo los planes de pensiones privados y las indemnizaciones por despido— cayó un 8,5% en 2020 a causa del batacazo económico. Sin embargo, la actuación del Estado logró amortiguar esa caída a través de la acción de las transferencias económicas y de las prestaciones en sanidad y educación. Eso hizo que finalmente la renta bruta (que tiene en cuenta la actuación del sector público) cediera solo la mitad, un 4%.
En ese apartado destacaron sobre todo las prestaciones de desempleo, que ganaron protagonismo frente a las pensiones. Estas siguieron teniendo un protagonismo muy alto, pero las segundas tuvieron mayor relevancia, según el estudio, por los nuevos ERTE, que impidieron la destrucción masiva de puestos de trabajo durante la pandemia. También se incrementaron las prestaciones vinculadas a la sanidad (creció un 11%) y la educación (lo hizo un 4%).
La mayor actuación del Estado se tradujo en un efecto redistributivo casi inmediato. De acuerdo con el informe, “la intervención pública en forma de impuestos, prestaciones monetarias y en especie ha reducido en un 38% la desigualdad en la distribución de la renta de mercado de los hogares residentes en España en 2020, por encima del 33,5% alcanzado en 2019″. De esa cantidad, las prestaciones monetarias (desempleo, pensiones) son responsables de un 70% de esa reducción, los impuestos, de un 8,5%, y las prestaciones en especie (sanidad, educación), del 21,5% restante. “El efecto redistributivo alcanzado por el sistema fiscal en 2020 es el más elevado de los últimos cuatro años, para los que disponemos de resultados comparables”, agrega el documento.
El informe indica que en 2020 también se pagaron menos impuestos, en línea con la reducción de la renta bruta de los hogares. Solo la cúspide de la pirámide vio incrementada su factura fiscal, según el informe, que añade que el 80% de los hogares, los que tienen menor renta bruta, fueron “beneficiarios netos de la intervención pública en 2020″, ya que perciben “un subsidio efectivo neto” (es decir, una diferencia positiva entre prestaciones e impuestos). Y a su vez, esta es decreciente según se va avanzando en quintiles, de modo que las ayudas llegaron sobre todo a los hogares más vulnerables.
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