La inflación diluye las rebajas de enero: muchos anuncios de descuentos, pero menos gangas
Los comercios prevén que la subida de costes limite las ofertas en la campaña que comienza esta semana, pero confían en que las ventas superen a las de 2021
La campaña de rebajas de enero, que tradicionalmente comienza el día 7, arranca este año de manera desigual, con algunas cadenas aplicando descuentos desde hace ya algunos días, y se verá marcada por el impacto de la inflación. El alza de los costes, sobre todo por la factura energética y el encarecimiento de las materias primas, ha reducido los márgenes y se prevé que limite las bajadas de precios tan pronunciadas como en otras temporadas, según fuentes del sector. El comercio confía, sin embargo, en que haya un buen ritmo de ventas tras registrar durante el conjunto del invierno, época clave para el negocio, mejores resultados de lo esperado.
Hace años que las rebajas de enero ya no son como las de antes. La típica foto de decenas de consumidores agolpados en las puertas de unos grandes almacenes esperando a que abrieran sus puertas tras el día de Reyes ya son difíciles de ver. Desde que se modificó la Ley de Ordenación del Comercio Minorista en 2012 —marcaba dos periodos de rebajas anuales con unas condiciones mucho más estrictas que ahora—, las tiendas tienen libertad en términos generales para decidir cuándo hacen rebajas, descuentos y liquidación de productos, lo que ha provocado que estas cada vez vayan más desacompasadas, tanto en las tiendas físicas como la venta online. Para atrapar las verdaderas gangas hay que esperar a febrero, cuando las rebajas se convierten en liquidación, y las etiquetas llevan al menos dos precios tachados. Eso sí, las tallas son las que son, y seguramente el jersey o el abrigo que deslumbró al cliente en diciembre ya no esté entre los artículos a precio de derribo, apuntan las mismas fuentes.
Los descuentos, como las luces de navidad, se adelantan cada vez más. Cadenas como Mango, H&M y Tendam (Cortefiel, Pedro del Hierro, Springfield, Women’s Secret, Fifty y Hoss Intropia), entre otros comercios, colocaron los carteles de rebajas en sus escaparates hace días. Esto presiona también al pequeño comercio, que en ocasiones también adelanta la campaña unos días, a costa de un margen que en su caso suele ser más complicado de recuperar. Mientras, otras grandes compañías como Inditex (propietario de Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius y Oysho, entre otras) y El Corte Inglés (también Sfera) reservan los descuentos generalizados para el 7 de enero.
La inflación marcará esta campaña. Por una parte, las rebajas resultan más atractivas para los consumidores, cuyo poder adquisitivo se está viendo mermado tras meses de subidas de la energía, los alimentos y las hipotecas. Por otra parte, también han subido los costes para los comercios y los márgenes son más estrechos. “Es una combinación complicada: la gente pide más rebajas, pero muchas tiendas no pueden hacer promociones agresivas, porque los comerciantes ven cómo suben sus costes”, explica Eduardo Zamácola, presidente de Acotex, patronal del sector textil. Hay descuentos, pero todo apunta a que por lo general van a ser moderados.
Productos gancho
Las previsiones de la Confederación Española de Comercio (CEC) son similares. Su presidente, Rafael Torres, recuerda que la campaña del Black Friday, a finales de noviembre, “ya fue descafeinada porque los márgenes se han visto mermados por los costes”. “No se vieron grandes descuentos, de media fueron inferiores a otros años”, afirma. “Este enero vamos a ver productos gancho, con anuncios en los escaparates de rebajas de hasta el 50% en el precio, pero muchas veces limitadas a una selección de productos”, advierte.
Las rebajas, añade Torres, no son lo que eran: “No tienen la importancia que tenían, muchos comercios adelantan los descuentos y el consumo se reparte más durante el año; la gente ya no se espera como antes a las rebajas para realizar determinadas compras”. Además, antes duraban un par de meses y ahora se espera que la actividad, aunque sigan los descuentos hasta febrero, se concentre en dos o tres fines de semana. El hecho de que haya precios rebajados en más ocasiones ha hecho que el público, en general, haya modificado sus hábitos de compra y ya no tenga tanta urgencia por hacerse con determinado producto.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) prevé un significativo incremento de las ventas en el caso de la ropa y el calzado, especialmente entre las economías domésticas vulnerables que hayan retrasado las compras como consecuencia de la inflación. Este ha sido el caso del 29% de los hogares, según una encuesta realizada por la OCU recientemente. Otra encuesta, efectuada por la Asociación Española de Consumidores (Asescon) entre 1.000 personas, indica que el gasto por consumidor en estas rebajas será de media de 135 euros. El 67% afirma que comprará en este periodo.
La campaña de rebajas, aunque no sea tan importante como años atrás, tendrá también efecto en el empleo e incluso este año volverá a generar más contratos que en la temporada pasada, según las empresas de recursos humanos Randstad y Adecco. La primera prevé un incremento del 2,1%, hasta los 163.000 empleos creados; y la segunda, del 5,6%, hasta los 125.000.
Las rebajas marcan el final de una campaña navideña que, según el sector, ha ido mejor de lo que se esperaba. “No vamos a llegar a los niveles de 2019, porque hay menor capacidad de compra y todo está más caro, pero este año nos ha sorprendido y creemos que va a ser mejor que el año pasado, que se vio afectado por la variante ómicron del coronavirus”, afirma Torres. “Veremos qué impacto ha tenido la inflación, porque la facturación crece, pero veremos si se han vendido más unidades”, añade.
Fin del ahorro
Desde el sector textil, Eduardo Zamácola también habla de una temporada de invierno “relativamente positiva”, aunque considera que el ahorro acumulado durante la pandemia, que ha impulsado hasta ahora el consumo, se está agotando: “Hay mucha incertidumbre económica, y la gente prefiere gastar en ocio y viajar”. También destaca que parte de las compras de invierno se adelantaron al Black Friday, y se vendieron con descuentos.
En cualquier caso, las rebajas de enero son una oportunidad para adquirir a un precio más barato productos necesarios. Al menos en teoría. La OCU detectó en el pasado Black Friday que un 99% de los descuentos en comercios online para este tipo de productos no eran tales, ya que el precio de referencia no era el más bajo en los 30 días precedentes. Por ello, aconseja que se sigan los precios con cuidado para decidir si vale la pena la compra.
En la Confederación Española del Comercio coinciden en la dificultad que existe para determinar los descuentos en algunos casos y reclaman que se vuelva a cierta regulación. “Es más fácil ahora engañar al consumidor, porque los precios deberían marcarse sobre el precio más bajo, pero algún comercio lo hace sobre el más alto, mientras otras empresas hacen colecciones de bajo coste adrede para vender en rebajas”, explica. Antes de 2012, la ley obligaba, por ejemplo, a mostrar qué rebaja se hacía sobre el precio marcado dos meses atrás como mínimo.
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