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Madrid, Valencia y Zaragoza: las tres únicas grandes ciudades que no ahorran en el alumbrado navideño

La mayoría de las 17 urbes españolas de más de 250.000 habitantes aprueban medidas de ahorro energético. Barcelona, Sevilla y Málaga calculan que reducirán en torno a un tercio la energía consumida respecto a la Navidad de 2021

Alumbrado navideño
Encendido de las luces de Navidad en Vigo, el 19 de noviembre.Salvador Sas (EFE)

En septiembre, la vicepresidenta Teresa Ribera pidió a los ayuntamientos “soluciones creativas al adorno de Navidad” para ahorrar energía. El Gobierno lanzaba ese requerimiento sin imponer cifras; “un papel muy antipático”, según reconoció la también ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Más de dos meses después, son varias las grandes ciudades españolas las que han hecho caso omiso al Ejecutivo y al sentido común. Y, entre las que sí, unas cuantas arrastran los pies.

Tres de las cinco ciudades más pobladas de España aseguran a EL PAÍS que no reducirán su consumo energético en luces navideñas respecto al año pasado, a pesar de la crisis energética que sacude el continente y las repetidas llamadas al ahorro de la Comisión Europea. Son Madrid, Valencia y Zaragoza. Sin embargo, estos tres grandes municipios constituyen una excepción si se amplía el foco a todos los municipios de más de 250.000 habitantes: junto con Palma, se erigen en las únicas de entre esas 17 ciudades (que concentran un 24% de la población) que no aplican medidas de ahorro en el alumbrado navideño.

Málaga es la que anticipa una mayor contracción del consumo, de un 33% respecto al año pasado. La ciudad andaluza, que se caracteriza por uno de los montajes navideños más ostentosos en los últimos años —un auténtico imán turístico en estas fechas—, enciende este año sus luces dos horas menos al día que en 2021. Otra ciudad que ha hecho de las luces navideñas una marca personal es Vigo, donde también se recorta el horario de iluminación: una hora menos de encendido de las 11 millones de bombillas led de la ciudad gallega, que servirá para ahorrar, según la estimación del Ayuntamiento, un 14% respecto a un año atrás.

La segunda ciudad más poblada de España (Barcelona) y la cuarta (Sevilla) también recortan en torno a un tercio del consumo. “En vez del 25 de noviembre, encendemos el 5 de diciembre y, además, retrasamos una hora en días laborables. Y la empresa adjudicataria de la iluminación navideña ha incrementado la eficiencia energética”, explica un portavoz del consistorio andaluz. Son medidas parecidas a las de la capital catalana y a las del resto de municipios que sí están haciendo sus deberes. Ninguno indica que vaya a reducir la extensión del montaje de luces navideñas, lo que implicaría que ciertos barrios o calles se queden sin estos adornos a cinco meses de las elecciones municipales. Los recortes pasan por otras medidas: menos tiempo de encendido, menos días y más eficiencia por la mejora de las luces led.

La tasa de ahorro más pequeña de entre las detalladas es la de Gijón, que espera dejar de gastar un 7% encendiendo media hora menos. Varios municipios, sin embargo, aplican medidas más ambiciosas que las de la urbe asturiana, como Bilbao (que enciende una semana más tarde y recorta una hora al día) o L’Hospitalet de Llobregat (que recorta una hora de lunes a viernes y dos en fin de semana), aunque ambas prefieren no detallar qué ahorro estiman gracias a sus medidas. El Ayuntamiento de Córdoba es el único entre los municipios más poblados de España que no ha contestado a las preguntas de este periódico, pero medio locales indican que la potencia contratada es un 12% inferior al año pasado.

Así, Madrid, Valencia, Zaragoza y Palma quedan como las únicas grandes ciudades que no aplicarán medidas de ahorro respecto al año pasado. A finales de septiembre, la concejala responsable del área en la capital de España, Paloma García, explicó a EL PAÍS que estaban pendientes de reunirse con los comerciantes, pero que era “muy probable” que las medidas de ahorro pasasen por una reducción del tiempo de encendido. Finalmente, el consistorio elige no ahorrar.

Desde el Ayuntamiento de Valencia explican que la ciudad “ha hecho los deberes en los últimos siete años con un Plan de Eficiencia Energética serio que ha permitido mejorar el alumbrado de la ciudad, reducir el consumo energético en un 35% y bajar un 50% el coste de la factura energética”. Por ello, fuentes del consistorio aseguran: “Ninguna de las necesidades urgentes que pueden tener ciudades que no hayan llevado a cabo un plan de eficiencia energética como el nuestro”. Un portavoz del consistorio zaragozano, por su parte, califica de “mínimo” el coste energético de las luces led navideñas y cree que “no se producen ahorros significativos reduciendo el tiempo de encendido”. Fuentes del Ayuntamiento de Palma explican, por su parte, que ya han hecho “los deberes” en eficiencia energética, que todas las luces navideñas son led y que se apagan mucho antes que la mayoría de ciudades: a las diez de la noche.

Encendido de las luces de Navidad en Palma.
Encendido de las luces de Navidad en Palma.Isaac Buj (Europa Press)

Alejandro Sánchez de Miguel, investigador de la Universidad de Exeter y uno de los expertos más importantes en contaminación lumínica, no solo cree que el ahorro en consumo es importante: “También hay que tener en cuenta”, dice, “que las tarifas se han multiplicado”. “Muchos Ayuntamientos presumen de que van a conseguir parte del ahorro porque todo el montaje es led. Que sí, que son geniales, pero si hay cientos de miles siguen consumiendo una barbaridad. Y también hay que tener en cuenta que su fabricación genera mucho CO₂″, añade.

Respecto a la contaminación lumínica, Sánchez de Miguel destaca las inconveniencias que estos tendidos provocan a algunos vecinos. Pone el ejemplo de Vigo, donde un grupo de residentes ha solicitado una reunión con el alcalde. “La contaminación de las luces navideñas es mayor en los pueblos que en las ciudades, ya que los edificios altos la bloquean y las casas bajas no”. El investigador denuncia que la ley en vigor sobre contaminación lumínica ya fija límites que los ayuntamientos no respetan ni en Navidad ni el resto del año porque “básicamente, nadie vigila”. El académico, no obstante, cree que el combate a favor del ahorro energético tiene mayores enemigos que las luces navideñas: “No digo que no haya que tener en cuenta el gasto en luces de Navidad, pero hay otros muchos ámbitos que gastan mucho más. Un ejemplo son los campos de fútbol, que consumen mucho más y nadie les dice nada”.

De vuelta a Vigo, en conversación con este periódico hace dos meses, el alcalde Abel Caballero recurrió al consumo del estadio del Celta, Balaídos, para defender las luces navideñas: “Su consumo normal en el mes de enero, entre dos y tres partidos y dos entrenamientos, es el equivalente a toda la Navidad en la ciudad”. El resto de responsables municipales insisten en el mismo mensaje, rebajando la importancia del montaje navideño en el objetivo de ahorro. Lo que no quiere decir que compartan opinión sobre la amplitud que deben tener estos tendidos de luces de colores.

Menos luz en la Navidad alemana

Alemania empieza a abrir sus famosos mercadillos navideños asumiendo que este año serán un poco menos brillantes, pero casi igual de vistosos y coloridos pese a la guerra en Ucrania. La llamada al ahorro de energía ha calado en las ciudades, que o bien reducen el número de horas de la iluminación o impulsan la instalación de lámparas led, más eficientes. Nadie quiere renunciar al esplendor navideño y a las tradicionales calles comerciales iluminadas, pero sí se han sacrificado atracciones complementarias, como las pistas de hielo. Así lo ha hecho Duisburgo, por ejemplo. En ciudades como Weimar se han pasado al hielo sintético, que no necesita electricidad para mantenerse frío.


La negativa del Senado (ayuntamiento) de Berlín a cofinanciar las luces en plena crisis energética hizo peligrar el encendido del célebre bulevar Kurfürstendamm. Finalmente, los comerciantes consiguieron los patrocinios y donaciones necesarios y esta semana se ha inaugurado en horario reducido de las seis de la tarde [en Berlín se hace de noche a las cuatro] hasta las diez, una hora antes de lo habitual.


La sobriedad energética se impone en los mercados pese a que están exentos de cumplir la normativa general que impide iluminar por razones estéticas edificios públicos, monumentos o carteles publicitarios. En Stuttgart las luces verdes de los árboles de Navidad brillan este año 240 horas en lugar de las 450 del año pasado. Quienes sustituyeron hace tiempo las luces antiguas por led, como los muy turísticos mercados de Múnich, respiran ahora aliviados. Es el caso también de la capital de Austria, Viena, que con 17 mercados navideños atrae cada año a decenas de miles de visitantes. Tras un 2020 sin mercado y un 2021 con edición reducida, el encendido de su abeto de Navidad de 28 metros ha sido todo un acontecimiento. Lo decoran 1.600 luces, por supuesto led.

Con información de Elena G. Sevillano y Juan Navarro.

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