Diana Morant: “La mejor manera para defender la democracia es impulsando la ciencia y la innovación”

La coyuntura adversa añade incertidumbre sobre el futuro. La pandemia antes, la guerra en Ucrania después con el agravamiento de la crisis energética y el alza de la inflación se añaden a los retos mayúsculos que ya estaban en el horizonte, como el cambio climático, la suficiencia alimentaria, la desigualdad o las derivas autoritarias que siguen produciéndose en muchos países. “La mejor manera para defender la democracia es impulsando la ciencia y la innovación”, ha afirmado este jueves la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, durante el Foro Tendencias 2023, un espacio de debate organizado por EL PAÍS y Harmon y patrocinado por Abanca, Abertis, EY, Iberdrola, Telefónica y Tendam. “Nuestra misión trascendental y gran responsabilidad es defender la ciencia como la auténtica protección para una sociedad próspera, libre y justa”, ha añadido la ministra, al recordar cómo la pandemia ha resaltado la importancia de la soberanía tecnológica.

“Nuestro desafío real es acelerar y ganar la carrera científica y tecnológica que ha de estar acompañada y definida por nuestros valores democráticos, porque es precisamente en este ambiente de libertad, diversidad y creatividad donde radica nuestra verdadera potencia”, ha agregado Morant. La ministra ha subrayado la necesidad de sinergias entre Administración y empresas que vayan más allá de la clásica colaboración público-privada. “Estamos adoptando el nuevo paradigma de Estado emprendedor a nuestro país. Es un Estado que gana y pierde con sus empresas, generando juntos valor y justicia social. Invertir en ciencia es invertir también en la libertad de nuestro país, en nuestra soberanía tecnológica, que no es otra cosa que nuestra capacidad autónoma para proteger nuestra economía y nuestra sociedad”.

La intervención de Morant ha sido precedida por el discurso de inauguración de Carmen Basagoiti, presidenta de la consultora Harmon, y de la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, quien ha reflexionado sobre el papel de los medios de comunicación en esta época de “acelerón de la historia”: “Creo que no debemos ser adivinos, pero sí podemos ayudar a nuestras audiencias a anticipar lo que está por venir con información basada en la realidad, porque tenemos que contribuir a restituir el consenso sobre la realidad que se ha roto en buena parte de nuestra sociedad”.

A este ejercicio de anticipar el futuro se han sumado a continuación el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri, y su homólogo en Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle. Los dos directivos han tratado uno de los temas más candentes de la coyuntura económica global: la transición ecológica y la suficiencia energética, objetivos que se han complicado con el estallido de la guerra en Ucrania y el corte del suministro ruso.

En este contexto, ambos han coincidido en que España se encuentra en una situación privilegiada, al tener más colchón que sus vecinos por su gran capacidad renovable y regasificadora. El potencial para el futuro es igual de grande. “España tiene la gran oportunidad de ser el primer productor verde de Europa”, ha señalado Aizpiri en una mesa redonda titulada España como líder para alcanzar la independencia energética de Europa y moderada por el periodista de EL PAÍS Ignacio Fariza.

El reto energético

El consejero delegado de Enagás ha recordado que el almacenamiento subterráneo de gas sigue en un “extraordinario” nivel de llenado, del 96,8% en España y del 94,8% en Europa. “En España tenemos el 44% de toda la capacidad de almacenamiento de GNL [gas natural licuado] en Europa y el 33% de la capacidad de regasificación, de modo que la infraestructura española es clave para dar tranquilidad a Europa en este inicio del invierno”, en el que no prevé ningún “grave problema” de seguridad en el suministro. “Si a través del chantaje del gas, el propósito de Rusia era poner a Europa de rodillas este invierno, ni lo está consiguiendo ni lo va a conseguir”, ha constatado.

Aizpiri ha afirmado que la solución al reto de la transición es una firme apuesta por las tecnologías que aporten a la descarbonización, con la electrificación y el hidrógeno renovable en primer plano. Europa quiere que este último recurso alcance los 20 millones de toneladas en 2030. “Calculamos que fácilmente el 10% de esa cantidad se puede producir en España”, ha asegurado. “Pero requiere que sea un esfuerzo compartido por el Gobierno y los operadores”. En ese sentido, ha recordado que el 9 de diciembre se presentarán los detalles del nuevo proyecto de conexión Barmar que unirá Barcelona con Marsella, por la cual socios europeos como Alemania han demostrado gran interés. “Creo que estamos haciendo los deberes y podemos ver el futuro, incluso el año que viene, con más esperanza que hace seis meses”, ha contestado sobre la posibilidad de que el invierno de 2023 se complique aún más que este.

Mario Ruiz-Tagle, consejero delegado de Iberdrola España, se ha mostrado más prudente. “Cuidado con convertir soluciones coyunturales en estructurales. Tenemos que mirar con mucho cuidado el seguir dependiendo de los combustibles fósiles. El gas es necesario para dar estabilidad al sistema, no para superar la crisis”, ha alertado. “El clima nos está dando señales: que no llueva no es solo un problema para la energía, sino para la producción de alimentos”.

Aunque ha valorado los programas de la UE en materia de transición, ha criticado la escasa fluidez de la estructura burocrática y la poca ambición de los incentivos si se compara con países como EE UU. “Eso significa perder una gran oportunidad histórica. Hay que reaccionar rápido”, ha dicho. Sobre el impuesto a las energéticas que se está tramitando en el Congreso, y que afectará a los ingresos de las grandes empresas del sector, ha avisado que puede limitar la inversión y ha pedido que se adapte al esquema diseñado por Bruselas, enfocado a los beneficios extraordinarios.