Subir tipos a la carrera
La crisis de inflación ya es permanente y cuánto más se tarde en enfriar las expectativas de inflación, mayor será el coste de hacerlo en el futuro
El Banco de Inglaterra decidió subir los tipos 50 puntos básicos este jueves, la mayor subida en 27 años. Antes hizo lo mismo la Reserva Federal en EE UU, que subió 75 puntos, y antes del BCE, que los aumentó también 50 puntos. ¿Qué está pasando? Es necesario remontarse a 2008 para entender la situación actual. Desde el año 2000 hasta 2007, los bancos centrales dieron por vencida a la inflación. Periodo que los economistas denominamos la Gran Moderación, ya que los precios de los bienes aumentaban próximos al 2%, las economías crecían y había pleno empleo.
Pero todo se hacía a crédito con un crecimiento de la deuda mundial y una inflación de precios de los activos que generó una gran burbuja financiera. Para evitar otra Gran Depresión, con buen criterio, los bancos centrales evitaron el colapso del sistema financiero internacional. Todo funcionó correctamente, ya que no paraban de aumentar sus compras de deuda y el dinero en circulación y la inflación seguía estable.
Pero la pandemia lo trastocó todo. Para evitar otra depresión económica mundial volvieron a inundar el sistema de dinero y financiaron todo el aumento de los déficits y la deuda pública que provocaron los confinamientos forzosos en 2020. La vacuna acabó con los confinamientos, la recuperación de la economía mundial fue más intensa de lo que la oferta podía atender y la inflación renació. Primero en el coste de los contenedores de transporte, luego los precios de las materias primas, de los bienes industriales y ahora los salarios y los márgenes empresariales.
Los bancos centrales tardaron mucho en reaccionar, confinando que el problema fuera transitorio, temerosos de no provocar una crisis financiera por retirar muy rápidamente sus programas de compras de deuda. Pero al llegar a los salarios, la crisis de inflación ya es permanente y cuánto más se tarde en enfriar las expectativas de inflación, mayor será el coste de hacerlo en el futuro, en términos de más desempleo y riesgo de inestabilidad financiera y una depresión económica como la de 2008.
La Reserva Federal (Fed), con la tasa de paro próxima al 3,5%, está decidida a frenar cuanto antes la economía y la inflación. El BCE y el Banco de Inglaterra, con sus divisas en mínimos históricos, debilitándose y aumentando la inflación de los bienes importados, se ven obligados a seguir a la Fed. Desde que suben los tipos hasta que se notan sus efectos sobre el consumo y la inversión pasan meses. Los precios de la mayoría de materias primas ya están próximos a niveles de hace un año, anticipando recesión, pero el consumo y los salarios siguen creciendo. El mayor problema es pasarte de frenada y provocar una recesión más intensa de lo necesario. Y el otro problema, sobre todo en los países europeos con elevadas deudas públicas, es cómo financiar esas deudas en los próximos años sin las compras del banco central. En España queremos gastarnos 17.000 millones en la subida de las pensiones, pero ya no hay crédito. Veremos.
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