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Formación, un gran activo empresarial

El aprendizaje continuo y actualizado beneficia a ambas partes en una relación laboral y permite mantener la actividad para quien lo desee

Jose Luis Escrivá, Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en el foro 'El trabajo del futuro, el futuro del trabajo', organizado por EL PAÍS Retina, impulsado por Santander y Telefónica, y patrocinado por Google, Accenture y ServiceNow.
Jose Luis Escrivá, Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en el foro 'El trabajo del futuro, el futuro del trabajo', organizado por EL PAÍS Retina, impulsado por Santander y Telefónica, y patrocinado por Google, Accenture y ServiceNow.Santi Burgos

España es uno de los países europeos donde las empresas menos invierten en la formación de sus trabajadores”, afirmó José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, durante su participación en el foro El trabajo del futuro, el futuro del trabajo, organizado por EL PAÍS Retina, impulsado por Santander y Telefónica, y patrocinado por Google, Accenture y ServiceNow. Un fenómeno relacionado con los altos niveles de precariedad, vinculada a su vez a la alta rotación presente en el mercado laboral, donde la variable de ajuste en periodos de crisis es el despido. “En las empresas se generan incentivos insuficientes, tanto del lado del empleador como del trabajador, para formarse, porque cuando la probabilidad de seguir en la compañía no es muy alta, pues para qué formase”, resaltó el representante del Gobierno. De cara a paliar dicha precariedad, la contratación indefinida que se ha puesto en marcha con la nueva reforma laboral llega como agua de mayo al mercado de trabajo. “La reforma para evitar la altísima rotación de los trabajadores está funcionando muy bien y va a ayudar a mejorar la formación de los trabajadores dentro de las empresas”, recalcó.

“Con la reforma se ha roto algún tabú”, añadió Escrivá. Según el ministro, la empresa es mucho más consciente de que la formación empresarial es vital, que se pueden recibir fondos públicos, y que es una vía para aprovechar el capital humano. “Con los ERTE, por ejemplo en el sector de las agencias de viaje, lo que se está haciendo es aprovechar este periodo para que haya formación”, indicó.

Escrivá se refirió a otra de las de las singularidades del mercado español, el “talento sénior”. España se encuentra a la cola de empleabilidad en personas mayores de 55 años entre los países de la OCDE. “Somos el segundo país de Europa con la tasa de actividad más baja a partir de 55 años en adelante”, recordó el ministro.

Jubilarse más tarde

“Si hay personas que quieren trabajar más, el mercado laboral es amplio y complejo, vamos a darle un incentivo”, subrayó Escrivá. En ese sentido, el Gobierno ha impulsado la jubilación voluntaria demorada. Dicha figura ofrece a los trabajadores la posibilidad de que, una vez cumplida la edad ordinaria de jubilación, prolonguen su vida laboral, accediendo a una serie de beneficios económicos en su futura pensión. O bien, la posibilidad de recibir dicha bonificación en un pago único al momento de jubilarse, que variará según el importe de su pensión. “Me daban una cifra de una persona que ha demorado su permanencia en el mercado de trabajo, y ahora se va a llevar una cantidad de 200.000 euros. Es un caso extremo, pero se puede llegar a esos límites”, añadió el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

En España, la media a la que se retiran la mayoría de las personas es de 64 años y medio. “De alguna forma lo que hacemos es que, si el trabajador se demora [en jubilarse] está ayudando a la sostenibilidad del sistema de pensiones, compartimos ese ahorro”.

Para las empresas estos perfiles sénior son una fuente de talento, que necesita, eso sí, nuevas competencias ante la ola digital, de ahí la importancia de apostar por la formación. Por ejemplo, en banco Santander el 20% de los puestos que tienen a día de hoy van a dejar de existir, según Alexandra Brandao, directora global de Recursos Humanos de la firma financiera. “Un 65% va a necesitar algún upskilling [formación en nuevas habilidades], los trabajadores tendrán que añadir competencias para que puedan seguir haciendo su trabajo”, abundó.

La falta de cualificación y perfiles está llevando a una lucha entre las empresas. “Estamos compitiendo por el mismo tipo de talento, independientemente del tipo de actividad”, dijo Brandao. Las compañías pueden salir al mercado a buscar a las personas ya formadas o tiene la opción de apostar por su mismo personal. En este último caso, el reskilling (adquisición de nuevas competencias para poder pivotar de un puesto a otro) juega un papel fundamental.

“Hay que ofrecerles a los trabajadores la oportunidad de aprender”, resaltó Marta Machicot, directora global de Recursos Humanos de Telefónica. Porque en esta era, cada vez más digital, lo que se ha puesto de manifiesto, principalmente desde las áreas de recursos humanos (ahora llamadas “personas”), es que la clave no está en la tecnología, sino en los trabajadores, aseguró Machicot. “Durante el confinamiento las personas nos atrevimos a utilizar la tecnología en nuestro ámbito personal y profesional y eso hizo que avanzáramos más rápido”, puntualizó.

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