Endesa reduce su beneficio un 31% en el primer trimestre por la ausencia de extraordinarios

Endesa se anotó un beneficio neto de 338 millones de euros en un primer trimestre de 2022 “extremadamente volátil” en el sector eléctrico, un 31% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, según ha informado este lunes la compañía. Aunque esa caída tiene que ver, en gran medida, con la ausencia de extraordinarios —el año pasado, la energética se anotó 188 millones gracias a una sentencia judicial favorable vinculada con los derechos de emisión de CO₂—, las ganancias han quedado por debajo de las expectativas de los analistas. Pese a todo, la empresa dirigida por José Bogas mantiene que cumplirá sus objetivos financieros para el conjunto de 2022, que pasan por lograr un beneficio neto de 1.800 millones.

Una vez descontados los beneficios atípicos cosechados el año pasado, el resultado ordinario de Endesa crece un 14% respecto al primer trimestre de 2021. Y el beneficio bruto de explotación (Ebitda) sube un 10%. Los ingresos, por su parte, ascendieron a 7.596 millones, casi un 60% más. Con todo, la filial de la italiana Enel subraya que —dado que vende más energía de la que genera— los precios altos, lejos de impactar positivamente en su cuenta de resultados, la lastran. La acogida de los resultados en el mercado fue negativa, con una caída del 1,3% en Bolsa.

El endeudamiento neto de Endesa creció un 17% entre enero y marzo respecto al mismo periodo del año anterior, hasta superar los 10.300 millones de euros. La compañía achaca este aumento a la cobertura de un flujo de caja negativo de casi 480 millones y al pago de inversiones y dividendos (casi 530 millones más).

En lo puramente operativo, la empresa pone énfasis en la evolución positiva de su actividad comercial en el segmento de particulares, donde registró un aumento del 13% en la cartera de clientes del mercado libre —una tendencia generalizada en todo el sector: más de 1,2 millones de clientes dejaron el mercado regulado, mucho más expuesto a la volatilidad de precios en el corto plazo, para pasarse al libre, en el que las condiciones se pactan de antemano con la empresa suministradora—. A finales de marzo, Endesa contaba con 6,4 millones de clientes con tarifas de mercado libre, notablemente más rentables que los primeros.

La demanda de electricidad de los clientes domésticos e industriales de Endesa, sin embargo, cayó un 1,7% en el primer trimestre de 2022, por una mezcla de precios más altos —aunque todavía de forma tímida, la destrucción de demanda ya ha entrado en escena— y temperaturas más suaves que en el mismo periodo del año anterior.

El tope al gas “no soluciona el problema real”, pero sí lo mitiga

El Gobierno aprobará este viernes, en un Consejo de Ministros extraordinario, un límite extraordinario sobre el precio del gas que alimenta las centrales de ciclo combinado y de cogeneración con el que busca rebajar casi a la mitad la factura de la luz para los hogares y las empresas que cuentan con una tarifa del mercado regulado, las que más han sufrido el estallido de precios de los últimos meses. Preguntado por esta cuestión en la conferencia de analistas posterior a la presentación de resultados, Bogas ha subrayado que, aunque “no resuelve el problema real” y discrepa de herramientas que no sean aplicables a todos los países de la Unión Europea, sí contribuirá a reducir la presión sobre la factura de la luz de ese colectivo. El impacto sobre la cuenta de resultados, ha dicho, será “limitado”.

El primer ejecutivo de la eléctrica española cree “difícil contemplar las consecuencias” de esta medida antes de que entre en vigor, pero cree que el precio por megavatio hora (MWh) en el mercado regulado bajará hasta el entorno de los 140 o 150 euros, notablemente por debajo de los más de 200 euros actuales y cerca de la mitad de los 283 de media en marzo, el mes más caro desde que hay registros, pero lejos también de los niveles de hace un año, antes de que el gas natural se disparase hasta cotas desconocidas.