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La UE se abre por primera vez a una revisión del mercado eléctrico

La agencia de reguladores europeos cree que el sistema actual “no está diseñado para situaciones de emergencia”, pero pide “mucha prudencia” para abordar posibles retoques

Guillermo Abril
Energia electrica
Una torre eléctrica de alta tensión en Madrid.Sergio Pérez (EFE)

Movida por el zarpazo desbocado de los precios de la energía, y con una guerra en Ucrania que ya ha provocado la desconexión del gas ruso de dos Estados miembros, la UE se abre por primera vez a una revisión del mercado eléctrico. El sistema “no está diseñado para una situación de emergencia” como la que vive el bloque comunitario en la actualidad, reconoce un informe de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) publicado este viernes. Pero, a la vez, pide acometer los posibles retoques con mucha cautela. “Las intervenciones en el funcionamiento del mercado deberían ser consideradas con prudencia”, expresa el informe en el que se evalúan algunas “medidas estructurales” que podrían ayuda a aliviar “futuros períodos de altos precios sostenidos de la energía”.

Entre los mecanismos propuestos por ACER se encuentra la inclusión de una “válvula temporal de escape”, que supondría colocar un tope máximo a los precios en momentos en los que se disparen de forma “inusualmente rápida” (un mecanismo que ya existe en Texas y Australia, y esbozado también por España entre las diferentes propuestas que ha lanzado a Bruselas desde el verano pasado), o las coberturas de riesgo para determinados grupos de consumidores especialmente vulnerables cuando la factura supere un determinado umbral durante un largo periodo de tiempo.

El análisis de los reguladores europeos también entra a valorar los diferentes mecanismos de urgencia para intervenir el mercado “a corto plazo”, que fueron propuestos por Bruselas a principios de marzo, como tasar los llamados “beneficios caídos del cielo” o imponer un tope en los precios al combustible usado por las plantas de generación eléctrica: este último es precisamente la herramienta ideada por Portugal y España para desacoplar el zarpazo del gas de la inflación en la factura de la luz, que esta semana ha recibido un visto bueno provisional de la Comisión Europea, a falta de limar los flecos finales.

El informe de ACER, en cualquier caso, rompe una lanza a favor del diseño actual del mercado, hasta el punto de que en ocasiones el texto parece haber sido redactado por dos cerebros distintos, uno técnico e institucional y otro más político, consciente del espíritu de los tiempos. El sistema actual “no es el culpable de la crisis”, valoran los reguladores europeos. “Al contrario”, añade, “las normas del mercado vigentes han contribuido en cierta medida a mitigar la crisis actual, evitando así los cortes de electricidad o incluso los apagones en algunos sectores”. Y concluye: “El actual diseño del mercado mayorista de la electricidad garantiza un suministro de electricidad eficiente y seguro en condiciones de mercado relativamente ‘normales’. Por lo tanto, la evaluación de la ACER es que vale la pena mantener el diseño actual del mercado”.

El riesgo de una política intervencionista

A pesar de que se abre a la incorporación de medidas extraordinarias de emergencia, ACER alerta también de que “cuanto más intervencionista sea el mecanismo, mayor es el potencial de distorsionar el mercado”, lo cual podría poner en peligro la integración y la competitividad del mercado energético europeo y lastrar los beneficios acumulados para los usuarios hasta ahora, que valora en 34.000 millones de euros en la última década.

La revisión a fondo del sistema fue encargada por el Ejecutivo comunitario el pasado mes de octubre, a raíz de la batalla política provocada por un alza de precios de la energía que España, al frente de una entente de países afectados, había logrado colocar en la agenda comunitaria. Pero en los embates iniciales las instituciones comunitarias mostraron un rechazo frontal a cualquier reforma o intervención. En un informe preliminar, publicado en noviembre, los reguladores se cerraron en banda a cualquier cambio, consideraron contraproducente las propuestas españolas de modificar el sistema de formación de precios e incluso veían peligroso para la estabilidad del mercado permitir que, de manera excepcional, cada país pudiera optar por un sistema propio. Aquel informe valoraba el alza de precios como una tormenta pasajera.

Hoy, sin embargo, el informe definitivo reconoce que la inflación energética se ha convertido en un ciclón vertiginoso e impredecible: “La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha agudizado la crisis, lo que ha dado lugar a unos precios del gas y de la electricidad sin precedentes que han afectado gravemente a los consumidores, los proveedores minoristas y los participantes en el mercado”, asevera. Y reconoce que el sistema, tal y como ha sido concebido, no está preparado para hacer frente a situaciones extraordinarias como la actual.

Uno de los puntos del informe llama a “prepararse para futuros precios elevados de la energía en tiempos de paz” y reclama “ser muy prudente con respecto a la intervención en el mercado mayorista en tiempos de guerra”. A lo que añade: “La necesidad de intervenir en el funcionamiento del mercado debe considerarse con prudencia y cuidado en situaciones de extrema presión y, si se lleva a cabo, lo ideal sería tratar de abordar las causas de raíz del problema (actualmente los precios del gas)”.

Las palabras de los reguladores muestran, por tanto, un giro de criterio, al compás también de una Bruselas más abierta a los cambios desde principios de este año. La Comisión Europea deberá ahora tener en cuenta este informe de cara a la presentación de llamado Repower EU, un plan de acción con el que el Ejecutivo comunitario pretende hacer frente a la crisis energética. La propuesta, que Bruselas tiene previsto poner sobre la mesa el 18 de mayo, atacará distintos frentes y uno de ellos es la revisión del sistema eléctrico, a la que se comprometieron los Veintisiete en el último Consejo Europeo celebrado en marzo, el mismo en el que España y Portugal lograron ser reconocidos como excepción ibérica, dando pie a que presentaran una propuesta para intervenir el mercado del gas con el visto bueno de las instituciones europeas.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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