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Gentiloni, sobre la reforma de las reglas fiscales por la guerra de Ucrania: “La propuesta de España y Países Bajos va en la buena dirección”

La iniciativa conjunta de Madrid y La Haya, habitualmente en posiciones encontradas, sorprende en Bruselas

Manuel V. Gómez
Eurogrupo
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, charla con el comisario de Economía (izquierda), Paolo Gentiloni, y el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe.JULIEN WARNAND (EFE)

La propuesta para reformar las reglas fiscales que han presentado España y Países Bajos este lunes al Eurogrupo ha sido muy bien recibida. A la Comisión Europea le gusta lo que dice el documento. “Va en la buena dirección”, ha apuntado este lunes el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, al acabar la reunión del Eurogrupo, en el que están representados todos los ministros de Finanzas de la zona euro. El italiano también ha reconocido que la iniciativa le ha causado cierta sorpresa —grata— por la identidad de los redactores: “Dos países que suelen estar en posiciones diferentes [en temas económicas]”.

Ya hace casi medio año que la Comisión Europea reabrió oficialmente el debate para reformar las reglas fiscales. Las posiciones estaban definidas incluso antes. Este verano, Países Bajos y otros países, de los llamados frugales, partidarios de la austeridad, ya habían enviado una carta a la Comisión marcando sus límites en el debate. Por su parte, los países del Sur, más ahogados por su abultada deuda, habían mostrado su preferencia por una mayor tolerancia con el gasto público para no ahogar el crecimiento. Y en medio de este debate se ha abierto una guerra en Europa que amenaza con dar al traste con la recuperación de la crisis del coronavirus.

La iniciativa de Madrid y La Haya rompe los marcos habituales en Bruselas de estas discusiones, como dice Gentiloni, lo que explica en parte sus elogios. “De un gran valor”. “Importante contribución”. Son algunos de los calificativos empleados por el italiano, quien cuando se le ha señalado los flecos que quedan abiertos en el documento de página y media, adelantado por EL PAÍS, lo ha justificado diciendo que es un “papel que señala principios”.

Algunos de los puntos que se tocan en el texto están enunciados en varios de los documentos realizados por otros organismos, como el diseño de sendas personalizadas de reducción de deuda, lo que da idea de que ya hasta Países Bajos parece olvidarse de una de las normas del Pacto de Estabilidad más duras: la rebaja del pasivo hasta el equivalente al 60% del PIB a ritmo de un veinteavo al año para los países que excedan ese tope, lo que puede ahogar la economía de Grecia, Italia, Portugal, España o Francia. Esto estaba apuntado en una propuesta de la Autoridad Fiscal Europea. También se atisba, sin mucha concreción, un mejor tratamiento para el gasto público que se destine a la transición ecológica y digital. Sin embargo, queda mucho más claro, ese plan de consolidación fiscal se hace a cambio de reformas estructurales, una demanda de los frugales.

También el presidente del Eurogrupo, el ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, ha destacado los aspectos positivos de la iniciativa hispano-neerlandesa, si bien, ha preferido centrarse en los deberes que le pone a él. A saber: los puntos del documento que urgen a avanzar en la Unión Bancaria y la Unión del Mercado de Capitales.

Antes de que Donohoe y Gentiloni hablaran, el documento ha sido presentado por las ministras de Economía de España, Nadia Calviño, y Países Bajos, Sigrid Kaag, en una rueda de prensa conjunta. También ellas eran conscientes de que su iniciativa sorprendía por las habituales posiciones encontradas de Madrid y La Haya. “No hay que poner estereotipos”, ha subrayado la política noreuropea. Por su parte, la española ha destacado que el principal objetivo es “buscar el consenso como respuesta a la pandemia y la guerra”.

Precisamente la guerra es la que ha ensombrecido las perspectivas económicas a corto plazo. No tanto como para abocar a Europa a una recesión, según descartaba Gentiloni al acabar la reunión del Eurogrupo. Sin embargo, sí que ha trastocado los planes de la Comisión para desactivar en 2023 la cláusula de escape que permite suspender las reglas fiscales y aliviar la situación económica con gasto público. El comisario de Economía no dice abiertamente que vaya a prolongarse la situación otro año. “Veremos la evolución”, ha despejado. Más explícita ha sido la holandesa Kaag, quien sí que se ha mostrado muy comprensiva con que la cláusula siga activada el próximo ejercicio.

Bruselas no teme efectos de segunda ronda en la inflación

Tras la guerra de Ucrania y la crisis energética, la mayor preocupación del Ejecutivo comunitario es la evolución de los precios. La inflación se ha situado en niveles desconocidos desde la creación del euro, tras elevarse hasta el 7,5% en marzo. El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, explicó que la cifra oculta una divergencia significativa dentro de los socios del euro. “Cuatro Estados están experimentando una inflación de dos dígitos, mientras que en un par sigue siendo más moderada”, dijo. “Los precios de la energía siguen siendo el factor clave de la inflación, alcanzando casi el 45% el mes pasado”, precisó el italiano, que quiso quitar hierro al asunto. “Permítanme recordar que en enero de 2021, la inflación energética estaba en territorio negativo”, indicó sin atisbo de frivolidad, ya que reconoció que “la inflación se está volviendo más generalizada”. No obstante, apuntó que “es importante subrayar que las expectativas de inflación se mantienen ancladas y que por el momento no vemos efectos de segunda vuelta”.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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