El Ibex cae un 0,99% tras otra jornada de nerviosismo en la que llegó a perder más de un 5%
París y Milán bajan un 1%; Fráncfort, un 2%, mientras que Wall Street abre con pérdidas
El conflicto en Ucrania sigue sacudiendo a los mercados financieros, que se enfrentan a la tercera semana de guerra con una total incertidumbre. Tras comenzar la sesión con fuertes pérdidas —hasta más de un 5%—, los parqués europeos han recortado las caídas y se han llegado a dar la vuelta con la vista de los inversores puesta en una nueva posibilidad de que se abran negociaciones, aunque al final han perdido casi un 1%.
Entre giros al alza y a la baja, el Ibex ha cerrado la jornada del lunes con una caída del 0,99%. Un recorrido similar han tenido los otros parqués europeos, que a lo largo de la sesión han corregido el rumbo y han frenado sus descensos. París y Milán han despedido la jornada con pérdidas en torno al 1%; Londres, con un 0,5%; y Fráncfort se lleva el peor golpe, con una bajada del 2%. Dentro del selectivo español, los valores más castigados son los turísticos —el conflicto puede suponer un nuevo freno a la movilidad— y los bancos, por la exclusión de algunas entidades financieras rusas del sistema SWIFT y la posibilidad de que el BCE pueda demorar el endurecimiento de su política monetaria. Concretamente, Sabadell, BBVA, IAG y Aena se hunden alrededor del 6%. En el lado contrario se sitúan Solaria y Siemens Gamesa, que avanzan más de un 8%, impulsados por la crisis energética. Desde el comienzo de la guerra, las renovables se han postulado como las ganadoras, al representar una alternativa ventajosa ante el encarecimiento del petróleo y del gas natural. La compañía Deoleo, líder mundial en la producción de aceite de oliva, se ha disparado un 20% por el fuerte aumento de la demanda, debido a la escasez de las importaciones de aceite de girasol de Ucrania. Al cierre de los mercados europeos, Wall Street cotizaba en rojo: el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq cedían más del 1%.
Las Bolsas europeas han comenzado la semana en caída libre ante las informaciones de posibles negociaciones entre los aliados occidentales de un embargo al petróleo ruso. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, aseguró este domingo que Washington estudia con Europa la posibilidad de prohibir la importación de crudo de Rusia. Una medida que privaría al Kremlin de una importante fuente de ingresos, pero también dañaría a la economía mundial al disparar los precios ya descontrolados de la energía. Sin embargo, la previsión de que el embargo venga solo de EE UU ha rebajado la tensión en los parqués. “Es previsible que en el actual contexto bélico la volatilidad se mantenga elevada, con subidas y retrocesos en función de cómo evolucione el conflicto y las tensiones entre Rusia y Occidente”, ha señalado Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4.
Ante la perspectiva de una prohibición de suministro del crudo ruso, el petróleo Brent, de referencia en Europa, ha llegado a rozar los 140 dólares el barril, nivel desconocido desde la crisis financiera de 2008. Aunque, a lo largo de la jornada, ha bajado hasta los 124,6 dólares. Los precios del gas natural en Europa también han subido con fuerza en el mercado holandés, hasta los 335 euros por megavatio hora. Las exportaciones de gas de Rusia, que representan alrededor de un tercio de la demanda de Europa, actualmente no están cubiertas por las sanciones. Los envíos se mantienen estables, aunque los inversores siguen nerviosos por el miedo a cualquier interrupción potencial. “El entrecruzamiento de oleoductos desde Rusia a Ucrania es solo un indicativo de cuán enredada y dependiente se ha vuelto gran parte de Europa de la energía rusa, y eso no es algo que se pueda revertir rápidamente. Se está descontando una perspectiva de crecimiento europeo mucho más sombría”, ha apuntado Sean Callow, analista del banco australiano Westpac en declaraciones recogidas por Reuters.
El recrudecimiento de la ofensiva rusa ha disparado la volatilidad en el mercado de las divisas. El euro sigue depreciándose frente a la moneda estadounidense y se cambia este lunes algo por encima de 1,08 dólares. Además, el euro ha perdido también la paridad con el franco suizo por primera vez en siete años. Ante la apreciación de la moneda suiza como consecuencia de la búsqueda de valores refugio por parte de los inversores, el Banco Nacional de Suiza ha anunciado su disposición a intervenir en el mercado para frenar su subida.
En este contexto, las Bolsas asiáticas también han caído, en su caso, con más fuerza. El Nikkei de Tokio ha cerrado con pérdidas del 2,94%, mientras que el parqué de Hong Kong se ha hundido casi un 4%. En este mercado, a las tensiones geopolíticas y económicas derivadas del ataque ruso a Ucrania se suma la situación del coronavirus, que en los últimos días ha alcanzado cifras récord de contagio. Las autoridades de la antigua colonia británica, que ante nuevos brotes ha apostado por una estrategia cero covid, baraja la posibilidad de imponer nuevas medidas restrictivas para bajar los casos y reducir la presión hospitalaria.
Las duras sanciones occidentales a Rusia han hecho caer el rublo a mínimos —con la Bolsa de Moscú cerrada desde hace una semana—, mientras los precios de las exportaciones del país, como los metales preciosos, el petróleo y el gas, se han disparado en un momento en el que la economía mundial ya estaba lidiando con presiones inflacionarias. Los inversores siguen evaluando el impacto del abandono de muchas empresas occidentales del mercado ruso: este fin de semana Inditex ha interrumpido temporalmente la actividad en sus 502 tiendas en Rusia, mientras Netflix y TikTok han suspendido todos sus servicios en la región.
Bancos centrales en el punto de mira
Ante una inflación que se muestra cada vez más fuerte, los inversores no apartan la vista de los próximos pasos de los bancos centrales, que se enfrentan al desafío de endurecer su política monetaria sin amenazar el crecimiento económico. El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, señaló la semana pasada que propondrá una subida de tipos de interés de 25 puntos básicos, y no de 50, como se esperaba a principios de año. Una maniobra que refleja la incertidumbre ante las posibles consecuencias económicas del ataque ruso a Ucrania.
Pero todos los ojos están puestos también en Fráncfort: el Banco Central Europeo se reunirá el jueves, y la presidenta Christine Lagarde dará a conocer si el actual conflicto modificará los planes de retirada de estímulos e incrementos de tipos de interés de la principal autoridad monetaria europea. “La papeleta que afronta el BCE se nos antoja muy complicada, ya que además deberá presentar su nuevo cuadro macro para la región, nuevas estimaciones en las que sin duda revisará al alza sus expectativas de inflación y a la baja las de crecimiento. Al mismo tiempo, intentará mostrar a los mercados que no ha perdido el control de la situación y que todavía tiene margen de maniobra para impedir que la recuperación económica se venga abajo”, advierten los analistas de Link Securities.
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