La UE aísla a los principales bancos rusos con la desconexión de la plataforma de pagos SWIFT
Bruselas no desenchufará del sistema al primer y al tercer banco ruso, para evitar que afecte al pago de las importaciones de gas y petróleo de Rusia
La UE ha ordenado este miércoles desconectar siete entidades bancarias de Rusia de la plataforma internacional de pagos interbancarios SWIFT, como represalia a la invasión militar de Ucrania orquestada por Moscú. El cortocircuito financiero, considerado uno de los últimos recursos sancionadores por su potencia de golpe y el posible efecto rebote sobre los Veintisiete, tardó en fraguarse debido a la reticencia de varios socios comunitarios, entre ellos Alemania. El zarpazo del bloque comunitario será teledirigido y, por el momento, de alcance limitado: afectará al 25% del sector bancario ruso. Pero las sanciones financieras se acumulan y ya afectan al 80% de la banca de este país.
Los bancos golpeados son Bank Otkritie, Novikombank, Promsvyazbank, Bank Rossiya, Sovcombank, Vnesheconombank (VEB) y VTB Bank, todos vinculados de forma directa o indirecta con el apoyo a la guerra en Ucrania, según la Comisión Europea. Bruselas buscaba azotar también los gigantes Sberbank y Gazprombank, respectivamente primera y tercera entidad del país, pero finalmente ha decidido no hacerlo para salvaguardar la posibilidad de mantener los pagos europeos dedicados a la importación de gas y petróleo ruso, que se gestionan principalmente a través de estas dos entidades.
La UE, que ha coordinado la medida con el resto de socios del G-7, estudiaba desconexiones quirúrgicas y selectivas, para no afectar a los pagos del combustible importado, pero la plataforma SWIFT no permite técnicamente esta opción, según asegura una alta fuente comunitaria. “Básicamente, hemos tenido que dejar a Sberbank y Gazprombank fuera por eso”, asevera esta fuente, que añade que ambas entidades, en cualquier caso, ya están incluidas en rondas sancionadoras previas, y que la potencia de la represalia del SWIFT se suma a toda la tracción acumulada por la UE hasta la fecha.
Las penas financieras impuestas por parte de la UE contra Rusia desde 2014 —cuando se anexionó ilegalmente Crimea— y recrudecidas en la última semana hasta límites nunca vistos —tras la invasión militar de Ucrania ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin— afectan ya al 80% del sector de la banca rusa, y Bruselas no descarta la posibilidad de seguir apretando el torniquete económico, ampliando el alcance de la desconexión del SWIFT o en otros terrenos.
“A la velocidad de la luz, la UE ha adoptado tres oleadas de fuertes sanciones contra el sistema financiero de Rusia, sus industrias de alta tecnología y su élite corrupta. Se trata del mayor paquete de sanciones de la historia de nuestra Unión”, ha destacado este miércoles en un comunicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “La decisión de hoy de desconectar a los principales bancos rusos de la red SWIFT enviará otra señal muy clara a Putin y al Kremlin”.
Las siete entidades seleccionadas serán desenchufadas de forma gradual del sistema, en un plazo de 10 días, para dar tiempo a SWIFT y a otros operadores a realizar los ajustes necesarios. La medida implica que estos bancos no podrán usar el citado sistema internacional de pagos cuya cuota mundial asciende al 50% de las transacciones globales y de la que forman parte unas 11.000 organizaciones financieras de más de 200 países. La creación del sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecomunication o sociedad para las comunicaciones interbancarias y financieras mundiales) se remonta a 1973 y la plataforma es controlada por una sociedad cuya sede se encuentra en Bélgica, y que será la encargada de ejecutar técnicamente la regulación europea aprobada este miércoles que conlleva la expulsión del sistema.
La UE confía en que cualquier movimiento interbancario que las entidades rusas pretendan realizar a partir de ahora se volverá en la práctica una cuestión tan incómoda, gravosa y arriesgada en términos de seguridad, que convierta a estas entidades en algo parecido a parias financieros. El movimiento supone además un serio revés interno en Rusia, ya que la plataforma SWIFT es usada también para el 70% de las transacciones dentro del país. Bruselas es consciente de que los bancos sancionados podrían comenzar a usar otras plataformas de pago interbancario, como la alternativa puesta en marcha por China, pero entiende que esta tendencia tardaría un tiempo en fraguarse, por lo que el impacto a corto plazo se mantendría.
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