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Ibercaja retrasa su salida a Bolsa por la “elevada volatilidad” de los mercados de capitales

El consejo de administración del banco acuerda esperar a que haya una situación de mayor normalidad antes de continuar con su oferta pública

Álvaro Sánchez
Vista de la sede de Ibercaja Banco, en Zaragoza.
Vista de la sede de Ibercaja Banco, en Zaragoza.Javier Cebollada (EFE)

Ibercaja Banco ha decidido retrasar el proceso de salida a Bolsa debido a las condiciones de mercado, según ha informado este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Tan solo dos semanas después de anunciar su estreno en los parqués, el consejo de administración ha acordado esperar a que los mercados vuelvan a una situación de mayor normalidad antes de continuar con su oferta pública inicial de acciones ordinarias, a la vista de la “alta volatilidad que se está registrando en los mercados de capitales internacionales en los últimos días, derivada de la situación de elevada tensión geopolítica mundial”.

El órgano de dirección de la entidad, especialmente presente en las comunidades autónomas de Aragón y La Rioja, y en las provincias de Guadalajara, Burgos y Badajoz, ha precisado que proseguirá los preparativos de la operación con la formulación de las cuentas anuales cerradas a 31 de diciembre de 2021, que se va a llevar a cabo en las próximas semanas. Ibercaja Banco no ha citado expresamente el conflicto en Ucrania, aunque ha señalado que la elevada tensión geopolítica mundial ha elevado “muy considerablemente” la volatilidad en los mercados de capitales globales. En su opinión, ha sido “determinante” también para que se hayan paralizado otras operaciones similares en Europa en los últimos días, como es el caso de la compañía tecnológica holandesa We Transfer o la farmacéutica alemana Cheplapharm.

Fuentes próximas a la operación explican que el ratio VIX de volatilidad se ha situado en torno al 30%, por encima de su media histórica del 20%, y en un nivel en el que los bancos de inversión recomiendan no hacer ampliaciones de capital ni salidas a Bolsa, lo cual ha precipitado que Ibercaja prefiera esperar un momento adecuado ante el riesgo de que los inversores a largo plazo no participen y sean los fondos de inversión más oportunistas los que se sumen a la operación. El banco aún no había publicado su folleto ni fijado una horquilla de precios. Tampoco había abierto el libro de órdenes, en el que se hacen pujas formales a un determinado precio.

Fuentes de la banca de inversión señalan que la decisión es un mal síntoma. “Casi siempre que se alude a alta volatilidad es para enmascarar que no hay demanda”, explican. Victoria Torre, analista de Self Trade, sostiene que “las últimas valoraciones que se planteaban para Ibercaja, de entre 1.100 y 1.200 millones, están lejos de las estimaciones efectuadas por los analistas, y de las que se atribuyeron a la entidad en otros momentos. Y por debajo de otras entidades comparables, como Unicaja. A pesar de ello, parece que los inversores no han acogido la salida a Bolsa con el entusiasmo que se esperaba”.

La marcha atrás supone aplazar la salida al mercado a abril, junio u octubre, la última ventana antes de que acabe el año y expire el plazo del Banco de España para que cumpla con la Ley de Fundaciones Bancarias. Las dos primeras fechas son las más probables, dado que si optara por retrasarla hasta el último momento, las dificultades serían mayores, porque el banco perdería poder de negociación frente a los inversores, al estar obligado a acudir al mercado. En los últimos días, los directivos de Ibercaja han mantenido reuniones con fondos de inversión para hablar de cuestiones como la rentabilidad y otras cifras del banco. Es lo que se llama la fase de investor education, en la que está prohibido hablar de posibles precios de salida a Bolsa, y los analistas de los bancos asesores distribuyen informes sobre las fortalezas y debilidades de la entidad entre los potenciales inversores.

La oferta pública inicial de acciones ordinarias del banco, el noveno en España por activos, arrancó formalmente el pasado 20 de enero a través de la publicación del documento Intention to Float (ITF). Ese día, Ibercaja Banco anunció su intención de salir a Bolsa mediante una oferta pública inicial de venta de acciones ordinarias a inversores cualificados. En concreto, la operación, ahora retrasada, consiste en una oferta de venta secundaria de acciones existentes por parte del accionista mayoritario del banco, la Fundación Ibercaja, que posee el 88,04% de las acciones. El 11,96% restante de las acciones se encuentra en manos de la Fundación Círculo de Burgos, la Fundación Inmaculada de Aragón y la Fundación Caja Badajoz.

A través de la oferta, la Fundación Ibercaja pretende reducir su participación por debajo del 50% para cumplir con la Ley de Fundaciones Bancarias. No obstante, aunque la participación sea inferior al 50% después de la oferta, la Fundación Ibercaja prevé retener el control. En concreto, una vez completada la oferta y asumiendo que la opción de sobreasignación sea ejercitada en su totalidad, la Fundación Ibercaja poseerá un 46,09% del capital.

La Fundación Ibercaja destinará parte de los ingresos obtenidos en la oferta a la constitución de un fondo de reserva en la Fundación para potenciales necesidades de recapitalización del banco, en caso de que sea necesario, en los términos establecidos por la Ley de Fundaciones Bancarias.

Cuando Ibercaja salga a Bolsa se convertiría en el séptimo banco español en saltar al parqué, donde ya están el Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell y Bankinter en el Ibex 35 y Unicaja Banco en el mercado continuo.

Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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