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El INE revisa seis décimas al alza el crecimiento del PIB del tercer trimestre, hasta el 2,6%

El tirón del consumo privado y el mayor gasto de las Administraciones explican la mejora

Calles centricas llenas por las compras de Navidad.
Calles centricas llenas por las compras de Navidad.JUAN BARBOSA
Antonio Maqueda

El Instituto Nacional de Estadística ha revisado al alza el PIB. En el tercer trimestre la economía creció un 2,6% trimestral en lugar del 2% que se publicó en el avance de finales de octubre. Estas seis décimas más obedecen sobre todo al mejor comportamiento del consumo de los hogares. En el segundo trimestre, que debió haber sido el de los buenos datos de la reapertura y que decepcionó cuando el INE lo corrigió a la baja, también se mejora pero muy levemente: del 1,1% hasta un 1,2% trimestral. En cambio, se empeora una décima la caída registrada en el primer trimestre del año, ahora del -0,7%, cuando Filomena y las restricciones tras la Navidad por la covid interrumpieron la recuperación. Con esta mejora en la contabilidad nacional, la economía se encuentra un 5,9% por debajo de los niveles prepandemia frente al 6,6% que le faltaba antes de esta revisión.

Aunque a un ritmo menor del esperado, la actividad ha ido hasta el tercer trimestre de menos a más. Y esto se debe, según el ministerio de Economía, a las medidas desplegadas para proteger el empleo y el tejido productivo. Suponiendo que en el cuarto trimestre el crecimiento sea del 2,2% que proyecta BBVA Research, la economía crecería un 5% anual. Con el 1,6% para el cuarto que calcula el Banco de España, se terminaría en el 4,9%. Es decir, que se llegue al 5% de crecimiento en el año dependerá en gran medida de lo que suceda en estas semanas con las restricciones por la nueva ola de covid. “Si el PIB acaba creciendo un 5% en 2021, ya solo faltaría un 3,8% para recobrar los niveles prepandemia del cuarto trimestre del 2019″, señala Rafael Doménech, economista del BBVA.

El INE cuenta ya con todos los datos del trimestre. Ha incorporado información de las Administraciones y del sector exterior. Y tiene cifras más completas del consumo privado, que ha sido el elemento que más se ha mejorado con una corrección fortísima: las compras de los hogares han aumentado un robusto 1% trimestral frente al desplome del 0,5% que se adelantó en octubre. Los nuevos datos han recogido las estadísticas de ventas de la Agencia Tributaria y casan más con la reapertura de la actividad y el fuerte turismo interior que se vivió entre julio y septiembre.

También se eleva el consumo de las Administraciones, de un 0,1% trimestral a un 0,5%. Las exportaciones engordan un 7,1% en el trimestre, y las importaciones, un 2,2%. Mientras que la inversión en bienes de equipo prosigue con un buen ritmo, la de la construcción retrocede coincidiendo con el periodo estival y los retrasos en los suministros. Por sectores, la rama de comercio, transporte y hostelería lidera los avances disparándose un 11% entre julio y septiembre. Pese a los cuellos de botella, la industria aguanta con un robusto 2%. El instituto estadístico recuerda las grandes dificultades que ha experimentado para recoger la información en interpretarla con los fortísimos vaivenes que ha provocado la pandemia.

Se trata de la segunda revisión de entidad que realiza el INE este año. Ya corrigió con fuerza a la baja el PIB del segundo trimestre, lo que provocó una marejada política en el Gobierno y llevó a las principales casas de análisis a revisar a la baja sus pronósticos.

A pesar de la mejora del crecimiento en el tercer trimestre, las previsiones oficiales del Gobierno están lejos de alcanzarse para este año. El Ejecutivo estima que la economía española avanzará un 6,5% este año y un 7% el próximo. Sin embargo, organismos como el Banco de España, el FMI o la OCDE han rebajado el optimismo del Ejecutivo. Sin tener en cuenta esta última revisión, ponen el crecimiento anual en el entorno del 4,5% para 2021 y el 5,5% para 2022. Aunque suponen tasas muy robustas, dejan a España todavía a la cola de la recuperación en Europa. Países como Francia ya han restablecido las cotas de producción anteriores al coronavirus.

En tasas interanuales, la economía registró una expansión del 3,4%, siete décimas más que la estimación inicial. La contribución de la demanda nacional al crecimiento fue de 2,5 puntos y la de la demanda externa, de 0,9. El consumo de los hogares crece un 2,7% interanual. La inversión, un 1,3%, con una gran aportación de los bienes de equipo, del 6,3%. Las exportaciones de bienes y servicios se dispararon un 14,8% y las importaciones, un 12,2%.


Miembros del Gobierno han cuestionado los datos del INE porque tanto la afiliación como los ingresos fiscales han recuperado los niveles prepandemia. En cambio, el PIB todavía se encuentra bastante por debajo. El problema radica básicamente en que España ha tenido este año por la pandemia en torno a 40 millones menos de turistas que han gastado un 76% menos en un sector que suponía en torno a un 12% del PIB. Además, las ventas de coches, que pesan mucho en el consumo de los hogares, están estancadas por los cuellos de botella. Y la inflación, que se sitúa ya en el 2,9% de media anual, está restando poder de compra a las familias y márgenes a las empresas. Todo ello explica una parte del retraso para restablecer las cotas de PIB prepandemia. Por otra parte, el gasto de los fondos europeos se está retrasando y no está teniendo el impacto esperado.

Hay además algunas razones que podrían explicar una parte de la divergencia entre PIB y afiliación, como el afloramiento de trabajadores de la economía sumergida que no recibieron ayudas con la pandemia y que ahora pueden estar exigiendo estar en A. Los ERTE, que cuentan como afiliados pero que no producen y que además han podido facilitar una anticipación del empleo antes de que se produzcan las ventas —de hecho, el Banco de España ha detectado en sus encuestas a empresas que estas han recuperado más trabajadores que facturación—. Puede también estar desempeñando un papel el incremento de las personas que tienen más de un empleo, algo que se aprecia en la EPA y que no se contabiliza en la afiliación porque se están dando datos de puestos y no personas. O el efecto que puede tener en los niveles de ocupación no estar descontando los funcionarios que se jubilan porque estaban en Muface y no en la Seguridad Social.

Respecto a la brecha con los ingresos fiscales, el mayor uso de las tarjetas y las ventas por internet deben haber aflorado más recaudación. Y la inflación registrada, sobre todo en la parte final del año, aumenta más los ingresos. Aun así, la divergencia entre los datos del INE y los registrados de ingresos y empleo sigue siendo elevada. Y es posible que haya habido problemas de medición. El INE y la Agencia Tributaria han mantenido reuniones técnicas para analizar los resultados. Los datos de ventas de la Agencia están yendo mejor y su incorporación puede haber explicado bastante de la revisión al alza. De hecho, las ventas diarias de empresas que ya tiene la Agencia de principios de diciembre están en torno a un 20% por encima de las de antes de la pandemia.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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