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La inflación en EE UU alcanza en noviembre el 6,8%, su máximo en casi 40 años

La congestión en las cadenas de suministro y la crisis energética disparan el precio de bienes y servicios en plena temporada de compras

María Antonia Sánchez-Vallejo
Una gasolinera en Alexandria (Virginia), el 23 de noviembre.
Una gasolinera en Alexandria (Virginia), el 23 de noviembre.ANDREW CABALLERO-REYNOLDS (AFP)

Una semana después de que la Reserva Federal despojase a la inflación del calificativo de transitoria, los datos del Índice de Precios al Consumo (IPC) hechos públicos este viernes confirman que la inflación en EE UU ha adquirido carácter persistente, al menos a corto plazo. Los precios de los coches usados, las rentas y alquileres, la factura del mobiliario o la alimentación han seguido al alza en noviembre hasta alcanzar un incremento del 6,8% interanual, sensiblemente superior al 6,2% registrado en octubre y una décima por encima de lo previsto por los analistas de Reuters y Bloomberg (6,7%). El IPC de noviembre ha vuelto pues a batir récords negativos: es la más elevada desde 1982, cuando el republicano Ronald Reagan era presidente. No obstante, Wall Street ha abierto hoy en verde, ya que el mercado esperaba datos peores (por encima del 7%).

La inflación se ha acelerado a medida que la crisis en la cadena de suministros y una demanda pujante han atizado las subidas de precios. El recalentamiento de la economía complica los planes de recuperación económica del presidente Joe Biden, que prevé sacar adelante en navidades su programa de gasto social en el Congreso, e introduce una presión añadida en la Reserva Federal, que en la reunión de la semana próxima puede plantearse acelerar la reducción de la compra de bonos. Máxime cuando el mercado laboral volvió a mostrar signos de fortaleza: las demandas de desempleo cayeron a niveles jamás vistos desde 1969.

La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía, subió un 0,5% en noviembre, lo que coincide con el pronóstico promedio. En términos interanuales, el llamado IPC básico alcanzó el mes pasado el 4,9% después de aumentar un 4,6% en octubre.

En la medición por meses, el incremento de noviembre fue de un 0,8%, una leve mejora respecto del 0,9% observado en octubre. Aunque la medida interanual señala una inflación muy alta, la desaceleración mes a mes sugiere que la inflación podría haber alcanzado su punto máximo este otoño, según el análisis del portal Business Insider. La Casa Blanca ha subrayado que la evaluación de la actividad económica en las semanas posteriores a la recopilación de los datos de noviembre “muestra que el aumento de precios y costes se está desacelerando, aunque no tan rápido como nos gustaría”. El mismo argumento tranquilizador al que la Administración de Biden recurrió en octubre.

Los datos de la Oficina de Estadísticas de Trabajo publicados este viernes demuestran la incidencia de la crisis de la cadena de suministro en las facturas que pagan las empresas y los consumidores en todo el país. Los cuellos de botella en los puertos y la escasez de bienes se aliviaron un poco en noviembre, pero siguieron presentando una tensión importante para la recuperación. El inicio del gasto de la temporada navideña y el Viernes Negro —la jornada comercial por antonomasia del año— redoblaron la intensidad de la demanda, frente a una oferta aún limitada.

Otro factor determinante para explicar el incremento de los precios es la crisis energética. En noviembre también se registró un pico en los precios del gas en EE UU, antes de moderarse en diciembre. El promedio nacional alcanzó los 3,43 dólares por galón (3,7 litros) a principios del mes pasado, aunque desde entonces ha bajado ligeramente, hasta los 3,35. Una tendencia bajista prolongada podría arrastrar la inflación general a niveles más bajos, a la espera de confirmarse si la variante ómicron de la covid-19 frena o no la demanda de viajes.

La liberación de 50 millones de barriles de petróleo de las reservas energéticas de EE UU, anunciada por el presidente Biden, tiene como objetivo precisamente abaratar al consumidor el precio de la energía, tanto la de automoción como la de uso doméstico.

Ana Otalvaro, responsable de cartera de AXA IM, considera que “si bien la inflación superó las expectativas del mercado, la magnitud de la sorpresa fue menor que durante la primavera o después del verano. Los economistas esperan que se modere en el primer trimestre de 2022, pero que se mantenga en niveles elevados a lo largo del año, lo que justifica una normalización de la política monetaria. La principal preocupación de la Fed ha sido evitar un error de política monetaria si redujera demasiado rápido la compra de activos, y ahora se enfrenta a una situación en la que la inflación es en realidad más persistente de lo esperado”.

Sobre la reacción de alivio de los mercados, Silvia Dall’Angelo, de la gestora de fondos Federated Hermes, interpreta este comportamiento por “el temor a que la inflación pudiera alcanzar o superar el 7%, con números redondos que suelen generar umbrales psicológicamente más amenazadores”. La economista también subraya la presión sobre la Fed “para anunciar un ritmo más rápido de reducción [de compra de bonos] en la reunión de la próxima semana, a menos que ocurran algunos desarrollos negativos derivados de la nueva variante ómicron”.

Dado que la inflación pone en peligro los planes de gasto público de Biden y enturbia las esperanzas electorales de los demócratas en las elecciones de medio mandato de 2022, los datos del viernes sugieren que al partido se le complica el horizonte inmediato y a medio plazo. Una inflación al rojo vivo da argumentos a los republicanos para vincular el gasto masivo previsto por la Administración de Biden con el aumento de los precios. La Casa Blanca, al contrario, ha señalado que es precisamente ahora cuando más se necesita invertir en gasto social. “El desafío de los precios subraya la importancia de que el Congreso actúe sin demora para aprobar mi plan Build Back Better, que reduce la cantidad que pagan las familias por atención médica, medicamentos o cuidado infantil”, ha dicho Biden tras conocerse los datos.

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