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La creación de Unicaja Banco levanta ampollas en Andalucía por el temor a perder el control de la entidad

El duro conflicto laboral se une a la crítica política por el futuro de la sede y porque el mando ha pasado a un directivo de Liberbank, recién absorbida

Plan estrategico Unicaja Banco
Manuel Azuaga, presidente de Unicaja, y Manuel Menéndez, consejero delegado, el 30 de julio de 2021, día de la creación del nuevo banco.Daniel Pérez

Tras cerrar la fusión de Unicaja Banco, el quinto banco más grande de España por volumen de activos, en solo una semana se le han abierto tres frentes polémicos: la primera huelga de la historia de la entidad, seguida por el 90% de los empleados como protesta ante un ERE que afectará a 1.513 personas (el 15,6% de la plantilla); las dudas sobre si se trasladará la sede desde Málaga a Madrid; y, unido a este último asunto, un cuestionamiento del gran poder adquirido por Manuel Menéndez, consejero delegado procedente de Liberbank.

El tercer punto es el que puede explicar todo lo demás. Hace un año, cuando faltaba un mes para que los consejos de Unicaja y Liberbank aprobaran la fusión, se filtró el esquema de mando del futuro banco, que ha costado tres años de negociación. Los planes apuntaban a una presidencia ejecutiva con fuertes poderes en manos de Manuel Azuaga, 74 años (con más de 30 años de antigüedad en Unicaja), y un consejero delegado, Manuel Menéndez, 61 años, procedente de Liberbank. Sin embargo, aprobadas las escrituras de fusión el 30 de julio, el poder de la nueva entidad ha quedado más escorado hacia el ejecutivo que procede del banco asturiano que aporta el 40% de los activos.

En Málaga, sede de Unicaja, no se olvidan de que Liberbank, además de ser el miembro más pequeño del nuevo banco, ha sufrido pérdidas en dos ocasiones (en 2017 y en junio de 2021, ya en proceso de fusión) por los activos inmobiliarios y las prejubilaciones. La negociación de fusión estuvo jalonada de dudas y desconfianzas de Unicaja sobre las verdaderas provisiones que necesitaba Liberbank, puestas de manifiesto tras una inspección del Banco Central Europeo (BCE).

Un refuerzo de mil millones a Liberbank

Tras la integración, Unicaja ha decidido reforzar las provisiones de Liberbank con casi mil millones adicionales aprovechando el fondo de comercio negativo (la diferencia entre lo que pagó por la entidad y su valor en libros). Además, Liberbank protagonizó en 2017 una crisis bursátil, tras la caída del Popular, que salvó gracias a que se prohibieron las ventas a corto de sus acciones, tras soportar caídas de más del 20%.

En mayo de 2019 ambas entidades rompieron el primer intento de fusión. Los dos argumentos esgrimidos fueron que no se pusieron de acuerdo en la valoración de los bancos, con lo que la Fundación Unicaja bajaba del 30% de participación en el capital y se quedaba sin fuertes ventajas fiscales, y que Menéndez no obtenía el gran poder que exigía. Año y medio después sí cerraron el acuerdo: los dos escollos se salvaron.

Braulio Medel, 74 años, presidente de la Fundación Unicaja, logró ser el accionista mayoritario del nuevo banco con el 30,24% del capital, y Menéndez consejero delegado plenipotenciario. Se acordó que al cumplir Azuaga 75 años sería sustituido por un presidente no ejecutivo de Unicaja y el consejero delegado, con todos los poderes, será quien elija el consejo de administración. No obstante, todos creen que Menéndez se mantendrá en el cargo.

Algunos apuestan por la baza que podrían tener, si llegaran las dudas: Manuel González Cid, exdirector financiero del BBVA, asesor senior del fondo Cerberus y consejero coordinador de Unicaja, lo que le convierte en virtual número tres de la entidad. De una manera o de otra, este atípico reparto de poder no se ha entendido ni dentro ni fuera de la entidad.

Según el esquema del banco, el dirigente asturiano, que ha declinado hacer comentarios a este diario sobre la situación, controla cinco de las ocho áreas más relevantes entre las que están planificación estratégica, todo el negocio comercial, relaciones con los inversores, dirección general de finanzas y riesgos. El secretario general electo del PSOE Málaga, apoyo tradicional de Medel, y portavoz en el Ayuntamiento de la ciudad, Daniel Pérez, manifestó hace días que, tras la fusión de Unicaja con Liberbank, “parece ser” que la entidad absorbida “asumiría una serie de direcciones generales y una capacidad de decisión mayor de la que le correspondería”.

La duda de todos los partidos

En los últimos días, Unicaja ha logrado algo casi inédito: que casi todos los partidos se unan para criticar su política laboral, tras presentar el ERE considerado el más severo de la banca, así como las dudas sobre el futuro de la sede y el cuestionamiento de la pérdida de poder de los directivos de Málaga. Esta entidad es el gran banco andaluz y el único de la región tras el crack inmobiliario que se llevó por delante a la sevillana Cajasol, que acabó absorbida por CaixaBank.

Además de la reacción socialista, Noelia Losada, concejala de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga, se sumó a las críticas en un Twitter: “Es clave que malagueños y andaluces sigamos teniendo la sede social de un banco en nuestra tierra. Pero me temo que empiezan a externalizar servicios y Málaga perderá peso, con lo que eso conlleva económicamente y en prestación de servicios. La fusión deja entrever que Unicaja no está haciendo valer su posición de fuerza”.

Incluso se ha creado una plataforma ciudadana en Málaga con el lema “SalvemosUnicaja” con el objetivo de garantizar la vinculación territorial del banco a la ciudad, evitar su”desmantelamiento”, reforzar su vertiente social y favorecer la salida de Medel. Uno de sus impulsores es el profesor de Derecho de la Universidad de Málaga, exportavoz del grupo municipal de IU y antiguo patrono de la Fundación Unicaja, Pedro Moreno Brenes. En su opinión, Medel ha entregado Unicaja a los dirigentes de Liberbank y recuerda que ya intentó vender el banco andaluz al Santander en 2017 “para garantizarse un puesto en el consejo de administración de uno de los grandes”, indica el manifiesto.

Todos los partidos y algunos empresarios (que no han querido manifestar públicamente su preocupación en este artículo) pidieron la intervención de la Junta de Andalucía, que se había mantenido en silencio. El viernes pasado, su presidente, Juan Manuel Moreno, lanzó el aviso: “El Gobierno andaluz está en desacuerdo” con la posible salida de la sede social de Unicaja Banco de Málaga, dijo, y añadió que será “contundentemente beligerante”, utilizando “todos los instrumentos” a su alcance para que no se produzca. “No quiero ni oír hablar de esa situación, porque me parecería una traición a lo que se acordó en el proceso de fusión”, señaló.

“Especulación absolutamente gratuita”

Sonaron todas las alarmas en Unicaja, que sufre las consecuencias del hermetismo en su política de comunicación, y llegó el comunicado del principal accionista, la Fundación dirigida por Medel. Sobre el polémico ERE, apuntó que estaba “convencida de que finalmente se alcanzará un acuerdo”. Y añadió que “carece de la más mínima base la especulación, absolutamente gratuita, de que la sede social de Unicaja Banco podría cambiar de lugar. La ubicación de la sede en Málaga está firmemente recogida en el proyecto de fusión y en los Estatutos de Unicaja Banco”.

Fuentes oficiales de Unicaja corroboran la vinculación del banco con Andalucía y añaden que “como ya ocurría antes de la operación, la entidad puede mantener servicios centrales en distintas ubicaciones”. Otro elemento clave es si Azuaga ha perdido parte del respaldo de Medel, con el que tuvo divergencias estratégicas. En Unicaja afirman que la relación “ha sido y sigue siendo estrecha, fluida y de máxima colaboración en el plano institucional con la Fundación”, y recuerdan que Azuaga ha pilotado “con éxito” la salida a Bolsa del banco en 2017 y la integración con Caja España Duero en 2018.

Aunque los resultados económicos de Unicaja son positivos, con 156 millones ganados hasta septiembre, un 41% más, la consecuencia de este ruido en las plantas nobles del banco siempre se traduce en parálisis en el complejo proceso de integración operativa y de equipos, el paso más complejo de una fusión. Eloy Casas, que trabaja en Ronda, apunta que cada vez hay más externalizaciones a otras empresas “y la mayoría de los jefes son de Liberbank. Unicaja está perdiendo”. Desde la plantilla de Liberbank no creen que Madrid u Oviedo vayan a absorber los servicios centrales de Málaga, “que son muy grandes, aunque sí se podría trasladar alguna división en la nosotros estamos más avanzados. De momento, la integración va muy despacio, mucho más que la fusión de CaixaBank, con responsables duplicados en algunas áreas y otros que no saben qué labor tienen exactamente”.

Retrasos en la integración

Este tema, que preocupa y se sigue muy de cerca en el Banco de España, se ve de manera distinta en Unicaja. “No podemos hablar de retrasos. El proceso de fusión se ha desarrollado a buen ritmo durante este año, según calendario. En el tercer trimestre, se ha iniciado el proceso de integración operativa, comercial y tecnológica, en el que se está trabajando intensamente de forma fluida, bajo la coordinación permanente del comité de integración. El organigrama es plenamente operativo con directivos provenientes de las dos entidades compartiendo tareas y trabajando conjuntamente como un único equipo”.

Otra gran cuestión es cómo es la sintonía entre Azuaga y Menéndez. “Fruto de la fusión, se estableció una buena relación entre el presidente y el consejero delegado actual, que se ha mantenido e incrementado, colaborando desde sus competencias y teniendo en cuenta que el reparto de funciones según los estándares de buen gobierno del sector” afirman en Unicaja.

Sin embargo, desde los sindicados no se ve de la misma manera. José María Martínez, secretario general de Servicios de CC OO, mayoritario en el sector, afirma: “Llama la atención que el ejecutivo que menos aporta sea el principal gestor después de su poco brillante labor en Liberbank, en donde su política laboral ha sido un desastre con múltiples denuncias. Todo apunta a que el apoyo de la Fundación en el consejo explica la relevancia de Menéndez en el banco”.

Las luchas de poder no gustan a los supervisores y, en este caso, observan con recelo el gran poder de la Fundación, que retrotrae a los convulsos tiempos de las antiguas cajas de ahorros que quieren olvidar.

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