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Los pisos recuperan parte del terreno perdido en la pandemia frente a los unifamiliares

En el tercer trimestre supusieron ocho de cada diez compras de vivienda, según los registradores; los expertos creen que no volverán a los porcentajes precovid

José Luis Aranda
Escaparate de una inmobiliaria de Madrid, el pasado septiembre.
Escaparate de una inmobiliaria de Madrid, el pasado septiembre.ZIPI (EFE)

La vivienda unifamiliar ya no cotiza al alza en el mercado inmobiliario. Erigida en estrella emergente del sector como consecuencia de la pandemia y los meses de confinamiento, la cuota de ventas de este tipo de inmuebles ha declinado conforme avanzaba 2021. Datos de los registradores muestran que los pisos en entornos urbanos han comenzado a recuperar el terreno que cedieron, aunque no todo. Los expertos del sector creen que posiblemente nunca lo hagan. Y apuntan a la nueva normalidad y a las limitaciones de mercado de los adosados y chalés como causas de este nuevo vaivén.

“Ha habido un movimiento péndulo, como siempre que hay algo que nos altera”, describe Lola Alcover, secretaria general de los colegios de agentes inmobiliarios. Esa oscilación es justamente lo que expresan los datos adelantados a EL PAÍS por Registradores de España. El colegio profesional recoge todas las compraventas de vivienda que llegan a sus despachos y apunta que, en el tercer trimestre de este año, un 80% de las operaciones fueron sobre pisos en bloques, frente a un 20% de unifamiliares. Son los mismos porcentajes que ya se dieron entre abril y junio, lo que supone que las casas ganan peso respecto a la situación prepandémica (eran un 18% en el primer trimestre de 2020), pero están perdiendo fuelle respecto al ritmo de ventas que marcaron a finales de 2020 (un 23% en el cuarto trimestre).

José Miguel Tabarés, vicedecano de los registradores, considera que el motivo es doble. Por un lado, los unifamiliares tienen “un problema de oferta” que hacía “difícil seguir con esos porcentajes de ventas porque tampoco hay esos porcentajes de producto”. La segunda razón tiene más que ver con la pandemia y la percepción de quienes buscan una vivienda. “Igual ya no es tan determinante como a mediados de 2020 tener una terraza o un jardín y eso también influye”, apunta.

Alcover abunda en que “el factor psicológico es determinante al tomar cualquier tipo de decisión”. “Mucha gente en un primer momento de pandemia se vio afectada por una situación de miedo y de no querer vivir cerca de núcleos muy poblados; ahora eso se ha diluido un poco y parece que volvemos a cierta normalidad”, añade. Pero explica que, más allá de los temores, el virus también sirvió para que muchos compradores se replanteasen su modo de vida y se imaginasen viviendo en otro lugar. ¿Habrá entonces más compradores de unifamiliares que antes de la pandemia? “Con todos los compañeros que lo he hablado coincididos en eso”, afirma.

País Vasco (95%), La Rioja (86%) y Madrid (86%) fueron las tres comunidades donde los pisos en bloque representaron una mayor porción de las ventas del tercer trimestre. En el lado opuesto se situaron Castilla-La Mancha (62%), Extremadura (69%) y Castilla y León (76%). Pero esos porcentajes expresan más las peculiaridades del mercado en cada zona que los cambios de hábito de los compradores. Con respecto a un año atrás, Aragón es donde más cuota ganan los unifamiliares y Cantabria donde más retroceden.

Vuelta a las capitales

Otra manera de medir el mismo fenómeno es comparando las compras en las capitales provinciales con respecto a las del resto de municipios de la provincia. Y el movimiento oscilatorio se hace de nuevo evidente. En las seis ciudades españolas con más de medio millón de habitantes, las operaciones en su núcleo urbano comenzaron a perder peso con el inicio de la pandemia. Y, siguiendo un patrón común, todas esas localidades marcaron el suelo de esta tendencia en el cuarto trimestre de 2020. Desde entonces han comenzado a recuperar protagonismo, pero en distinto grado: mientras que en Zaragoza el porcentaje que representan las compraventas dentro de su término municipal es superior al de antes de la pandemia, en Madrid o Sevilla permanece cuatro puntos porcentuales por debajo. Entre medias, en Barcelona el dato es idéntico y en Valencia y Málaga está muy próximo (a un punto porcentual).

Para Miguel Ángel Fernández, director de una oficina inmobiliaria de Engel&Völkers en el barrio de Salamanca de la capital, no cabe duda de que “se ha vuelto a recuperar el mercado de comprador del centro de Madrid”. Fernández, cuya zona de ventas abarca una de las áreas más acomodadas de España, asegura que la demanda ha crecido, alimentando el perfil de inversores que reforman y venden viviendas. La presión por encontrar estos inmuebles llega “hasta el punto de que, por falta de oferta terminada, muchas compras se hacen con la obra por acabar”. El agente inmobiliario sostiene que al acabar este año las cifras en su oficina “serán superiores a las de 2019″. Y Tabarés, de los registradores, apuntala que este retorno de compradores a la ciudad no es un espejismo propio de los distritos más pudientes de Madrid. “La tendencia es muy uniforme en casi todas las capitales de provincia”, concluye.

Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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