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Bruselas frena la propuesta española sobre los precios de la electricidad

La medida ha sido acogida con frialdad durante el encuentro de ministros de Energía de la UE, pero es vista con buenos ojos por Francia, Grecia y Hungría

Guillermo Abril
Energy in Spain
Una mujer pone la lavadora.Aitor Sol

Tras el contrataque de España, llega la gélida respuesta de los Veintisiete. El Consejo extraordinario de ministros de Energía ha acogido este martes con frialdad la propuesta del Gobierno, que había reclamado a Bruselas que le dé libertad para poder fijar sus propios precios de la electricidad al margen del sistema europeo ante la extraordinaria situación provocada por el zarpazo del gas.

“No está claro” que la novedosa alternativa planteada por España sea “mejor que el diseño actual del mercado de la electricidad”, ha asegurado la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, en una comparecencia tras el encuentro en Luxemburgo en la que ha alertado también de los “riesgos”, como posibles problemas de competitividad, seguridad, previsibilidad y de casación de oferta y demanda si un país se distancia del actual sistema de la UE, que ha defendido en todo momento. Argumentos, ha dicho, que también suscriben “los Estados miembros que apoyan firmemente el diseño actual del mercado de la electricidad”. Entre ellos se encuentran nueve países, capitaneados por Alemania, Austria, Países Bajos y Finlandia, que han llegado a Luxemburgo con un muro frente a las posiciones reformistas que ha reclamado España en los últimos meses. “No podemos apoyar ninguna medida que entre en conflicto con el mercado interior del gas y la electricidad, como por ejemplo una reforma ad hoc del mercado mayorista de la electricidad”, escribieron en una misiva publicada este lunes.

España hizo circular a también última hora de este lunes un documento oficioso en el que fijaba una contundente posición para hacer frente a la crisis de precios energéticos. “En situaciones excepcionales, debe permitirse a los Estados miembros adaptar la formación del precio de la electricidad a sus situaciones específicas”, asegura el texto, adelantado por EL PAÍS.

La propuesta española coloca sobre la mesa una herramienta novedosa para “desvincular” el efecto del elevado valor del gas sobre el precio final de la energía, rompiendo de forma “extraordinaria” con el mecanismo de precios que rige actualmente en la UE. El objetivo es que España —y los países que quisieran adherirse a la propuesta— pudiera beneficiarse en la factura final del menor coste de las energías limpias.

“Queremos que sea una reforma a nivel europeo ante circunstancias extraordinarias”, ha matizado Sara Aagesen, secretaria de Estado de Energía, en una comparecencia a la salida del encuentro de ministros en Luxemburgo. Aagesen ha precisado que no se trata de una medida para que España se desvincule de forma unilateral del mercado eléctrico europeo. “No tiene mucho sentido que obremos de manera aislada”. “Pedimos flexibilidades”, ha añadido, insistiendo en se trata de una reforma “trascendental” y “temporal” que debería darse en el contexto europeo. Fuentes del Gobierno subrayan que no se trata de una propuesta “estructural” sino de una petición “ante este momento extraordinario”.

La secretaria de Estado española ha explicado que la propuesta española ha tenido una respuesta “positiva” de países como Francia, Grecia y Hungría. “Han dicho que tienen que verlo con detalle [...] pero entienden que es necesario abordar y analizar esta reforma de mercado”, ya que están sufriendo “distorsiones” similares.

Emmanuelle Wargon, secretaria de Estado francesa para la Transición Ecológica, ha asegurado que existe “necesidad de revisar el mecanismo de funcionamiento” del mercado de la electricidad. El objetivo sería estudiar el vínculo actual entre el precio final del consumidor y el precio marginal de las energías fósiles. “Tenemos necesidad de un sistema en el que la señal de precios sea favorable cuando un país logra descarbonizar el mix energético”, ha dicho Wargon.

La comisaria Simson ha explicado que el Ejecutivo comunitario, tal y como ha venido haciendo hasta ahora con las distintas propuestas españolas, analizará la nueva medida. Según la estonia, los distintos Estados miembro están sintiendo la crisis de forma distinta en función de las “distintas opciones de facturación” que han adoptado internamente. “Si la fuerte volatilidad es una fuente de problemas en este momento, los contratos a más largo plazo para los consumidores pueden equilibrar el impacto”, ha dicho Simson, que a continuación ha puesto en duda las mejoras que podrían derivarse de crear un “mercado paralelo” y ha alertado también de sus “riesgos”, antes de regresar de nuevo a un almuerzo a puerta cerrada con los ministros para discutir otras medidas para frenar la escalada de precios, como el aprovisionamiento conjunto del gas y la creación de reservas estratégicas.

Fuentes de la Comisión consultadas durante el Consejo ponen sobre la mesa, en cambio, otras soluciones que podría seguir España, como incrementar la interconexión energética con el resto del continente a través de Francia (algo en lo que el Ejecutivo estaría dispuesto a ayudar) e incrementar la estabilidad de los precios a través de la firma de un mayor número de contratos a largo plazo.

Con la iniciativa, el Gobierno español pretendía romper con el actual mecanismo de fijación de precios marginalista, que rige en toda la UE, en el que la energía más cara que entra en el sistema marca el precio de todo el resto de fuentes. El sistema ha disparado las tarifas de la electricidad como consecuencia del encarecimiento a escala global del precio del gas, con independencia de que en varios países, entre ellos España, la producción de renovables permitiría ofrecer al consumidor una energía más barata.

La propuesta revela que España ha perdido la paciencia frente a la lenta reacción de la Comisión Europea ante la escalada de los precios de la electricidad. Y que trataba, ante la pasividad de Bruselas en el corto plazo, de que al menos se le concediera flexibilidad ante la actual crisis energética.

La secretaria de Estado de Energía española ha subrayado a la entrada del encuentro de ministros en Luxemburgo los motivos para desvincular el precio del gas del de la energía. “Estamos viendo cómo un porcentaje muy pequeño del marginalismo [el gas representa menos del 20% del mix energético] está ofreciendo a España precios altísimos del mercado mayorista”. Aagesen ha indicado que, a pesar de la apuesta española por el incremento de las renovables, el actual sistema no permite que los consumidores se beneficien del menor coste de estas tecnologías. “Nuestra idea es convencerles con hechos”, ha dicho antes de la cita, con la intención de que más países se unieran a la propuesta.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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