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La empresa que da color al quirófano

Robinhat, que facturó cerca de tres millones de euros en 2020, fabrica y vende gorros estampados para sanitarios

Gorros estampados que la empresa Robinhart fabrica para el personal sanitario.
Gorros estampados que la empresa Robinhart fabrica para el personal sanitario.

Casi por casualidad. Así nació en 2014 Robinhat, una empresa que fabrica y vende gorros de quirófano con diferentes estampados para personal sanitario, con los que buscan aportar color y humanizar el entorno hospitalario. De un detalle que Javier Garrido, uno de los fundadores, quiso tener con sus clientes mientras trabajaba en la industria farmacéutica derivó esta compañía que hoy factura cerca de tres millones de euros y cuyos productos llegan a casi 20 países.

“Tenía mucha relación con cirujanos, con personal de enfermería… A través de un contacto que hacía sus gorros, se me ocurrió decirle que me hiciese unos cuantos para regalar y agradecer el trato que me daban”, cuenta Garrido por teléfono. Al repartirlos, se encontró con una respuesta entusiasta. “Fue tal éxito… Al final me los pagaron y encima me pidieron más”.

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Con los cerca de 50 euros que le dieron por aquellos primeros gorros, se fue a otro hospital. En la sala de espera en la que aguardaba oyó a una pareja de mediana edad que hablaba de las dificultades que tenían para desplazarse al centro. “Llevaban un mes de tratamiento, yendo y viniendo, y no sabían cómo podían volver a casa porque no tenían ni dinero, ni gasolina… Me levanté y les dije que les daba los 50 euros. Y a partir de ahí ya no pude dormir”, señala el cofundador y consejero delegado.

Ayuda social

En aquella experiencia, este barcelonés de 41 años encontró no solo una idea de negocio, sino la posibilidad de ayudar a los demás a través de él. En Robinhat contribuyen con parte de la facturación a programas de diferentes organizaciones, pequeñas y grandes, aunque no tienen un porcentaje fijo: “Llevamos colaboraciones con quien nos lo pide”, apunta. Hasta el momento, suman más de 50.

Tras probar el producto en 2014 y ver que tenía muy buena acogida, en 2015 decidieron apostarlo todo a sus gorros y constituir una sociedad limitada. “Desde el inicio tuvimos esa gasolina que se necesita para alimentar la ilusión. Casi nunca tuvimos un no”, rememora Garrido. Para ponerla en marcha echaron mano, sobre todo, de recursos propios. “Nuestra decisión siempre ha sido no ir a pedir dinero. Ha habido momentos que nos ha ido económicamente mejor, otros peor, hemos tenido que sacrificar cosas, pero está valiendo la pena”.

Durante cinco años, el gorro fue el protagonista del catálogo, pero la crisis sanitaria de la covid-19 hizo que girasen el timón. “Nos pidieron ayuda unos cirujanos, hace ya un año y algo, porque no tenían mascarillas. Que, por favor, a ver si podíamos coserlas con la tela que teníamos”, cuenta Garrido. Como vieron que otros profesionales también se lo solicitaban, decidieron parar la producción habitual y dedicarse a su elaboración.

“Llamamos a la radio y nos ofrecimos. Empezamos a recibir peticiones para que enviásemos mascarillas y llegamos a todos los hospitales que nos lo pidieron”, relata Garrido. “Acabamos con 25.000 voluntarios cosiendo por todo el territorio y hemos entregado más de tres millones de mascarillas gratis”. Tras el reparto gratuito, volvieron a la actividad comercial, cambiaron voluntarios por un refuerzo de la plantilla y sacaron la línea de cubrebocas al mercado, una rama de negocio temporal.

En la actualidad el equipo está compuesto por 11 trabajadores directos y casi 100 indirectos entre talleres locales, proveedores de tejido, impresión, etcétera. “Estamos sacando nuevo producto para asegurar los puestos de trabajo que hemos generado”, apunta Garrido. En este sentido, trabajan en una línea de pijamas y otra de calcetines con cierto grado de compresión. Además, han desarrollado un gorro que permite grabar las operaciones gracias a una cámara incorporada y tejido inteligente y para cuya producción buscan un socio industrial.

La compañía gana dinero a pesar de que 2020 fue un año excepcional. Garrido señala que la facturación prevista para 2021 es similar a la del año anterior. Entre sus objetivos está seguir potenciando la marca, aumentar las ventas en los países en los que ya están presentes, como Estados Unidos, Japón y Alemania, y abrirse a nuevos territorios, como Colombia y Brasil.


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