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La burbuja del coche de 007

El calentón en Bolsa de Aston Martin no está justificado ni por las ventas ni por su situación financiera

James Bond, interpretado por Sean Connery.
James Bond, interpretado por Sean Connery.Michael Ochs Archives (Getty Images)

Quienes hayan invertido en Aston Martin posiblemente estén preparando una fuga como las de James Bond. Las acciones del fabricante de los coches de 007 han subido en torno al 72% desde el último rescate por el multimillonario Lawrence Stroll. Así y todo, el elevado apalancamiento y los pobres resultados no justifican su valoración actual. El año pasado estuvo lleno de acción para Stroll desde que se convirtió en el presidente ejecutivo en abril de 2020. Además de conseguir tres ampliaciones de capital por un total de 813 millones de libras esterlinas (943 millones de euros), contrató al exejecutivo de Mercedes Tobias Moers como consejero delegado, y cerró un trato para utilizar la tecnología de vehículos eléctricos de Daimler a cambio de ceder una participación del 20%. La recuperación de las ventas, impulsadas por el primer SUV del grupo, redujo las pérdidas de explotación. Aun así, la esperanza de lograr resultados en el corto plazo se queda en eso: en una esperanza.

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Stroll quiere duplicar con creces las ventas del año pasado, hasta los 10.000 vehículos de aquí a 2025, lo cual generaría un resultado bruto de explotación de 500 millones de libras. Incluso si se alcanzara ese objetivo, es posible que Aston Martin obtenga apenas 79 millones de libras en ingresos netos ese año, después de restar 280 millones de libras de depreciación y amortización probables e intereses, y aplicando un tipo impositivo del 21%. Pero las acciones valen ahora mismo 28 veces esa cifra. Ferrari, que es mejor marca y ya es altamente rentable, está valorada en un múltiplo igualmente generoso, pero por los resultados previstos en 2023, dos años antes.

No hay que descartar otra ampliación de capital. Incluso con una recuperación de las ventas, Aston Martin el año que viene estaría cerca de incumplir sus compromisos de endeudamiento. Una venta de la empresa sería una buena salida. El valor de la marca podría verse impulsado por la creación de un equipo de fórmula 1, y podría resultar atractivo para Daimler, que quiere aumentar sus ventas entre la clientela más pudiente. El grupo chino Zhejiang Geely, que ya es propietario de Lotus, podría querer probar suerte con otro icono británico venido a menos. A pesar del caché de Aston Martin, su situación financiera significa que una salida airosa probablemente ocurra solo en el cine.

PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews.

Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS


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