Un relevo por explicar
En el anuncio de sustitución de Fernando Abril-Martorell como presidente de Indra no se mencionó la causa, lo que permite conjeturar
El Gobierno ha decido sustituir a Fernando Abril-Martorell en la presidencia de la compañía Indra. Puede legítimamente proponerlo porque es el principal accionista de la empresa, con un 18% de las acciones, y porque cuenta con dos consejeros dominicales en su consejo de administración, que es el que, en definitiva, deberá proceder al cese, si bien la última palabra la tendrá la junta general cuando esta se celebre.
En el anuncio del relevo no se mencionó la causa de la propuesta, lo que permite conjeturar que al no haber una razón objetiva evidente tal vez pueda existir alguna otra causa de difícil explicación. De entre las posibles no hay que excluir la más probable, es decir, el ejercicio puro y simple del poder. El perfil del nuevo presidente propuesto por el Gobierno, sin desmerecer su currículo técnico, prima la cercanía ideológica sobre la experiencia en la gestión.
El relevo de Fernando Abril-Martorell no ha caído bien ni en los accionistas (la acción cayó un 8% al conocerse la noticia) ni en el personal de la empresa, que manifestó su inquietud por los problemas de estabilidad que pueden presentarse. Y eso a pesar de que no hace mucho que se cerraron unas largas y difíciles negociaciones en torno a una propuesta de regulación de empleo.
A la espera de alguna explicación, todo son suposiciones. Pero hay algunos hechos que hablan por sí mismos y a los que conviene atenerse hasta que se aclaren los motivos de la decisión. Fernando Abril-Martorell accedió a la presidencia de Indra en 2015, en un momento en el que la empresa atravesaba una situación difícil como resultado, en parte, de problemas de gestión. Y en parte, del hecho de tratarse de una compañía que era el resultado de una aglomeración de pequeñas y medianas empresas difíciles de integrar en una sola unidad.
En los seis años de gestión de Fernando Abril-Martorell, Indra se ha convertido en una empresa líder mundial en el desarrollo de soluciones propias en mercados como los de defensa y seguridad, transporte o tráfico aéreo. El número de empleados ha pasado de 34.000 a más de 50.000 al tiempo que su facturación ha crecido hasta superar los 3.000 millones de euros. Ha sido la labor de un gran presidente y del equipo que ha sido capaz de aglutinar y dirigir.
Indra es una empresa estratégica para España por su vinculación con la defensa de nuestro país y por su presencia técnica en los procesos electorales. Esta situación especial requiere necesariamente por parte de su presidente y de las autoridades de tutela actuar con sentido de Estado. El mantenimiento de una cuenta de resultados saneada debe hacerse compatible en todo momento con los intereses de la defensa nacional, lo cual no siempre es tarea fácil.
Fernando Abril-Martorell ha sido capaz de conciliar ejemplarmente ambos puntos de vista a lo largo de su brillante trayectoria al frente de Indra. Tanto él como el resto de los españoles se merecen alguna explicación motivada del proceso abierto de su sucesión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.