Las organizaciones de autónomos piden acelerar la entrada en vigor de las nuevas cotizaciones
El Gobierno prevé un periodo de adaptación de nueve años para ajustar las aportaciones a los ingresos reales, pero las asociaciones señalan que es demasiado tiempo para que quienes menos ganan vean rebajada su cuota
La negociación que están llevando a cabo Gobierno y agentes sociales para establecer un nuevo marco de cotizaciones fundamentado en los ingresos reales del colectivo de autónomos vive agitada desde que, la semana pasada, el Ejecutivo dio a conocer los detalles de un nuevo sistema de 13 tramos. Los reproches de los representantes de los trabajadores autónomos abarcan todos los ángulos que conforman la propuesta: desde la progresividad de las cuotas sobre la base de los rendimientos, hasta el plazo de nueve años que se contempla para implementar la medida por completo. Es esta segunda pata la que concentra más críticas, debido a que aquellos autoempleados con menores rendimientos tardarían mucho tiempo en notar un alivio en sus cotizaciones.
Desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) envidan a todo el paquete presentado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, cuyo objetivo principal es que los autónomos con menores ingresos (inferiores a 3.000 anuales) pagarán una cuota de 90 euros; mientras que aquellos con los volúmenes más elevados tendrán que desembolsar 1.220 euros. Estas cifras, sin embargo, no serían las que entrarían en vigor en 2023, cuando se espera que la medida aprobada en 2022 empiece a producir sus efectos ―ahí los tramos irían desde los 200 euros hasta los 400 euros―, sino que habría que esperar nueve años para alcanzar este reparto final. “Estamos más lejos que nunca de conseguir el acuerdo”, asegura Lorenzo Amor, presidente de ATA.
Desde esta organización han elaborado un cálculo para cada uno de los 13 tramos de cotización presentados, estableciendo para cada uno de los valores la cuota anual que debería pagar cada uno de los autónomos. A esta cantidad le suman, además, la parte correspondiente que deberán entregar de IRPF, de la que resulta un total que, en algunos casos, supera a la cantidad que ingresarán una vez descontados en sus cuentas. “La propuesta del Gobierno de actualizar cotizaciones a rendimientos es trabajar en muchos casos para el Estado y no para nosotros”, asegura Amor. “Sumando lo que tienen que aportar los autónomos en IRPF y cotizaciones, hay autónomos que superarán el 50%”, añade.
El titular de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha asegurado este martes que el nuevo modelo de cotizaciones por ingresos reales tendría un gran impacto, precisamente entre aquellos autónomos con menos ingresos, lo que “liberaría a dos de cada tres”. En una entrevista en la cadena Cope, Escrivá también ha refutado la regla de tres establecida por ATA en la formulación de su acusación, asegurando que “las cotizaciones sociales no son impuestos” y que se cotiza para tener pensión. “De toda la renta, el 50% por una vía o por otra, va a sufragar todos los servicios públicos. Los autónomos no contribuyen más que los asalariados cuando se suman impuestos y cotizaciones”, ha añadido el ministro.
Por esta línea transitan otras organizaciones que representan a los más de tres millones de autónomos que existen en España. María José Landaburu, secretaria general de la unión de autónomos Uatae, apuesta por una reforma de calado. “Una vez que ha quedado claro por todas las partes que hay que cambiar el sistema, tenemos que decidir cómo hacerlo. Nosotros siempre dijimos que sería una modificación en profundidad y que debería hacerse en el tiempo”, apunta. “El problema que vemos está en los nueve años de transición. Puede que este plazo sea ajustado para aquellos a los que les toque pagar más, que no van a superar al 25% del colectivo. El problema está en los demás, que para notar un impacto de esta medida en sus cuentas van a tener que esperar todo este tiempo”, opina Landaburu. “Las velocidades de estos dos grupos no pueden ir a la vez. Hay que encontrar un punto de equilibrio”.
Otros retos pendientes
En cuanto a la distribución de los ingresos en 13 tramos, desde Uatae no se encuentran en desacuerdo con esta cifra. “¿Podrían ser cuatro, seis, 11? Pues sí, pero no es un problema. Cuantos más tramos haya, más te acercas a tu posición real”, incide su secretaria general. Sin embargo, es en otro aspecto en el que enfoca una necesidad mayor de cambio. “Hay que mejorar el tema de las prestaciones. Tenemos retos pendientes como la prestación por cese de actividad [que concluirá el próximo 31 de mayo y cuya prórroga aún no ha sido acordada] que no pueden seguir así. Démosle un repaso a todas estas coberturas en términos de protección y pongámoslo sobre la mesa”, incide Landaburu.
En la reformulación temporal del nuevo sistema se encuadran también las quejas de otra de las organizaciones de autónomos, UPTA. Su presidente, Eduardo Abad, comenta: “Estamos absolutamente en desacuerdo con los pilares que se han puesto sobre la mesa para los primeros tramos, y que son los de aquellos autónomos que están con rendimientos netos económicos anuales por debajo del salario mínimo. No estamos de acuerdo con el decalaje que se va a hacer. Es el momento de salvar a los autónomos con rentas más bajas”, reclama. “Este sistema tiene que suponer un alivio para los autónomos que están pasando por una situación tremendamente adversa”.
El siguiente encuentro entre Gobierno y agentes sociales aún no tiene fecha programada, a pesar de que este miércoles todos ellos se encontrarán de nuevo para debatir acerca de la prórroga de las prestaciones para este colectivo como consecuencia de la crisis de la covid-19.
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