Un Tinder laboral
La consultora Ethikos 3.0 promueve una gestión de personal basada en la afinidad por valores y la conexión emocional
Con la idea en mente de que otro mundo laboral es posible, en 2015 Anna Gascón, psicóloga, y Germán Cuenca, licenciado en Relaciones Laborales, pusieron en marcha Ethikos 3.0. “Hay cosas más importantes que haber estudiado en Berkeley” afirma Cuenca. “Humanizar los recursos humanos estimula que las personas sean más felices, que se amolden mejor a la organización, interactúen mejor, lleguen más lejos y, por supuesto, sean más productivas”.
Antes de interiorizar este idílico mensaje, Cuenca pasó por la dirección de distintos departamentos de recursos humanos (el último en la multinacional AkzoNobel). “Estamos muy anclados en un modelo empresarial del siglo pasado en el que priman la jerarquía, la agresividad y la competitividad, pero la sociedad está pidiendo un cambio. Las empresas que conectan emocionalmente con sus trabajadores son más fuertes”, añade.
Ambos emprendedores confiesan que al principio, cuando planteaban este tipo de cosas, la gente les miraba raro, pero se han abierto un hueco. En su cartera de clientes figuran empresas como Ikea, Grupo Planeta, Danone, CaixaBank, El Pozo o Inditex, entre otras. Ethikos 3.0 facturó 300.000 el año pasado (sin beneficios, pero sin pérdidas) y, si la ronda de financiación que planean en los próximos meses sale bien, calculan que pueden cerrar 2021 con dos millones de euros en ventas. Empezaron ellos dos desde un sótano que tenía Cuenca, con 3.000 euros de fondos propios. Ahora son nueve empleados, 27 colaboradores externos y trabajan en Holanda, EE UU, Inglaterra y Dubái, además de en España.
Según Adecco, en España hay unos índices de rotación (personal que sale de la empresa en un año) del 20′5% y, para Germán Cuenca, “la gente que se suele ir es la buena”. Por eso, para retener el talento interno y atraer el externo, Ethikos, junto con la Universidad de Barcelona, ideó el ‘Values Square Methodology’, una metodología que trata de conectar personas (más que empleados) y empresas con valores afines. “Hemos conseguido reducir la tasa de rotación en un 20% porque la gente se siente más comprometida y con mayor conexión emocional con la empresa”, añade Ana Gascón.
Ethikos 3.0 tiene tres ejes por los que circula su modelo de negocio: la selección de personal (cobran a la empresa entre un 10 y un 16% del salario bruto anual del trabajador); la comercialización de su know-how a otras empresas (entre 2.000 y 30.000 euros, según el tamaño de la empresa); y las consultorías sobre transformación cultural para que las relaciones laborales sean, en todo caso, relaciones humanas (en ámbito laboral). “El objetivo es que cuando mi hija el día de mañana vaya a una entrevista la traten como a una persona”, se sincera Cuenca. La promoción del proyecto pasa por hacer “mucha pedagogía, webinars, talleres, invitar a jefes de recursos humanos… Dar a conocer y hacer entender el servicio. El boca a boca está haciendo el resto. Toda la gente que ha empezado a trabajar con nosotros, sigue con nosotros”, destaca Gascón.
Ethikos 3.0 pertenece al movimiento global Bcorp, que fomenta el nuevo paradigma del impacto empresarial positivo. Ofrecen charlas las que hablan de cosas tan sorprendentes como el amor en las organizaciones, la importancia de comunicarse desde la empatía e “incluso desde la vulnerabilidad”, o la necesidad de una nueva cultura colaborativa entre empresas. “En España, la mayoría de empresas son pymes o micropymes. Si colaboraran más les iría mejor, impactarían más y tendrían más beneficios”, expresan.
Cuando empezó la pandemia, además de qué podían hacer como empresa, pensaron cómo podían ayudar en la situación. “Vimos que iba a haber muchos despidos, gente desorientada. Hablamos con la administración pública para ver si podíamos hacer algo conjunto, pero ni caso”, se lamenta Gascón. Entonces crearon “No te dejo atrás”: unos laboratorios de empleo con 30 personas en paro en los que proporcionan soporte emocional y estrategias para superar procesos de selección, para buscar formación alternativa y para sortear el “edadismo” (descarte de personas mayores de 45 años). “Una participante incluso nos dijo: ‘Gracias por hacerme sentir persona’. Cualquiera que tenga un problema de desempleo que nos escriba que le atenderemos gratis. Somos como el SEPE, pero nosotros cogemos el teléfono”, sonríe la emprendedora social.
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