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La avaricia rompe el saco de HNA

El conglomerado chino, que fue accionista significativo de NH Hoteles, bordea la bancarrota a consecuencia de una expansión global demasiado ambiciosa

Sede del grupo HNA en Pekín.
Sede del grupo HNA en Pekín.Li He/VCG/Getty Images (getty)

“No hay mayor desastre que la avaricia”, dicen que dijo Lao-Tse. El sabio oriental, cuya dudosa existencia se remonta al siglo IV antes de Cristo, bien podría haberse referido a HNA Group. Este conglomerado, en su día uno de los más prósperos de China, bordea ahora la bancarrota, incapaz de hacer frente a una deuda superior a los 700.000 millones de yuanes (90.000 millones de euros) consecuencia de su ambiciosa expansión global durante la década pasada que lo llevó a poseer porcentajes significativos en gigantes como Deutsche Bank o Hilton. Un embate del que se retiró sin más frutos que agujeros, los cuales han revelado una trama de malas prácticas en el seno del grupo.

El esplendor de HNA pertenece a otro tiempo. Una breve etapa en la que, desde 2010, las grandes sociedades del gigante asiático se aventuraron lejos de sus fronteras dispuestas a incrementar su alcance financiero, ofensiva propulsada a base de deuda que pronto se volvería asfixiante. Es el caso, por ejemplo, de Anbang, CEFC o Dalian Wanda. Esta última compraría y luego vendería —entre muchas otras cosas— una parte del Atlético de Madrid, como atestigua el patronímico que todavía acompaña al Metropolitano.

HNA también puso pie en España, con una participación del 26% en la cadena hotelera NH, la cual más tarde pasaría al grupo tailandés Minor a cambio de 424 millones de euros. La lista de empresas internacionales en las que desembarcó incluye afamados nombres como Radisson, Virgin Australia, TAP Air Portugal e Ingram Micro —la mayor adquisición de una empresa tecnológica estadounidense por un actor chino—. Pero con 2017 llegó el repliegue.

El Gobierno chino, alarmado ante el endeudamiento creciente, obligó a pisar el freno. En julio de este año, HNA ostentaba el puesto 170º de la lista Fortune, que recoge a las 500 mayores empresas del mundo, con ingresos por valor de 53.000 millones de dólares (44.000 millones de euros) y activos por 1,2 billones de yuanes (150.000 millones de euros) repartidos en más de 2.300 empresas. El conglomerado había tocado techo.

A partir de entonces, comenzó a pagar por sus errores de cálcu­lo. De acuerdo al último informe financiero publicado, el cual cubría la primera mitad de 2019, el grupo había contraído una deuda de 706.000 millones de yuanes (91.000 millones de euros), lo que elevaba su ratio de endeudamiento a la preocu­pante cota de 72,06%. Actualmente, HNA debe 27.500 millones de dólares (23.000 millones de euros) en bonos pendientes y otros 20.000 millones de dólares (16.700 millones de euros) en préstamos, según datos compilados por la firma de análisis Dealogic. La situación podría ser, incluso, aún más apurada, dado que habría recurrido también a otras herramientas financieras, como la emisión de obligaciones a corto plazo, que dificultan una evaluación exhaustiva de sus cuentas.

Los acreedores de HNA ya han solicitado la apertura del concurso de acreedores, tal y como reconocía la propia entidad a través de un comunicado emitido la semana pasada tras recibir la notificación de un tribunal de Hainan, provincia en la que está radicada. De acuerdo a la regulación china, toda empresa insolvente cuenta con un periodo de hasta nueve meses para llegar a un acuerdo con los demandantes. En el documento, el grupo se comprometía a seguir las instrucciones de las autoridades y avanzar en la reestructuración de su deuda para “proteger los derechos legales de sus acreedores” y “asegurar el funcionamiento de su actividad”.

Las circunstancias también han jugado contra HNA. El conglomerado eligió el peor momento para abandonar la diversificación que constituía la raíz de sus problemas y regresar a sus orígenes. La semilla de HNA está en Hainan Airlines, la cuarta mayor compañía aérea de Asia —las tres precedentes también son chinas— y posee 13 más. Esta industria, no obstante, se ha visto reducida a mínimos a consecuencia del estallido de la pandemia y se estima que tardará años en recuperar niveles previos.

El Gobierno provincial de Hainan acudió en su auxilio en febrero del año pasado, poniendo en marcha un equipo de trabajo destinado a asegurar la supervivencia de la firma. Su primera medida fue discutir un plan de reestructuración de deuda, el cual podría incluir el pago en acciones a acreedores —el primero de ellos es el banco estatal China Development Bank— así como la intervención de nuevos inversores estratégicos. Según se filtró a medios locales, su propósito pasaba por liquidar activos hasta lograr un crecimiento estable y satisfacer todas sus obligaciones en un plazo de entre cinco y ocho años.

Esta operación podría suponer que los principales accionistas vean reducido su poder. Según los datos ofrecidos por HNA en julio de 2017, dos organizaciones benéficas se reparten la mayoría de sus títulos. Hainan Cihang Charity Foundation, con sede en Estados Unidos, posee un 29,5%; mientras que una segunda fundación de nombre similar y base en Hainan controla otro 22,75%. Los primeros accionistas individuales son los cofundadores del grupo, el difunto Wang Jian —quien falleció en 2018 a consecuencia de un accidente en Francia— y Chen Feng, con un 14,98% cada uno.

Intervención

Este último era el máximo responsable de la empresa, pero la intervención de las autoridades ha acabado por derribarle. La semana pasada, HNA informó de un proceso de renovación en su cúpula, por medio del cual Chen fue apartado del comité del partido en el grupo, un órgano con poderes equivalentes al de la junta directiva. Su reemplazo fue Gu Gang, quien lidera el equipo de trabajo gubernamental, lo que ha despertado el rumor de que la Administración habría tomado el control del conglomerado. Poco después de su nombramiento, Gu hizo llegar una carta a los empleados —a la que tuvo acceso la agencia Reuters— en la que afirmaba que “solo a través de la bancarrota y la reestructuración podemos renacer”.

La fiscalización del Gobierno también ha contribuido a destapar malas prácticas. Tres unidades de HNA —Hainan Airlines Holding, HNA Infrastructure Investment Group y CCOOP— revelaron la semana pasada que hasta 61.500 millones de yuanes (7.900 millones de euros) habrían sido desfalcados por parte de sus accionistas. Las identidades de los culpables no han sido reveladas todavía, pero se espera que las autoridades emprendan medidas legales. Al destaparse el escándalo las acciones de las tres empresas cayeron casi un 10% en las Bolsas de Shanghái y Shenzhen, el máximo diario permitido. HNA se enfrenta a un final tan dramático como ambicioso fue su comienzo: el acervo popular, por antiguo que sea, no suele equivocarse.

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