La verdadera brecha territorial

La investigación desarrollada por los profesores Eduardo Bandrés y Vanessa Azón de la Universidad de Zaragoza para Funcas, La despoblación de la España interior, es una aportación sustancial para valorar la verdadera brecha territorial que ha sufrido España en los últimos 70 años. El trabajo pone al descubierto que los verdaderos perdedores del desarrollismo de las últimas décadas, que fue tan beneficioso para el conjunto del país, han sido las 23 provincias que forman lo que los autores denominan la España despoblada.

En estas provincias el peso relativo de la población y del empleo en el conjunto nacional durante este periodo ha caído casi a la mitad y su economía ha sufrido una pérdida de crecimiento anual de casi un punto porcentual de Producto Interior Bruto (PIB).

El trabajo ofrece una visión mucho más precisa de las disparidades territoriales reales que la clásica de las desigualdades entre comunidades autónomas fuertemente politizada. Esta nueva perspectiva es muy oportuna por las decisiones que está tomando Europa sobre esta materia. Revela la importancia de las administraciones locales y de la Unión Europea para remediar las injustificables diferencias de las condiciones de vida de los ciudadanos de los distintos territorios. El 22,2% de europeos que vive en zonas rurales está en riesgo de pobreza y exclusión social. Este porcentaje es inferior en las ciudades (20,3%) y en los pueblos (18%).

Por primera vez Europa se ha fijado como una prioridad el desafío del envejecimiento y la despoblación nombrando una comisaria con rango de vicepresidenta, Dubravka Suica, para la cartera de Democracia y Demografía. El histórico Consejo Europeo del pasado julio que aprobó el fondo de rescate acordó también apoyar a las regiones que han registrado una pérdida de habitantes superior al 1% anual y las que tienen una densidad de población inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Es el caso de Soria, Teruel, Cuenca, Palencia y Zamora. Suica se ha comprometido a que todas las zonas rurales tengan banda ancha para 2025.

El reciente estudio The demographic landscape of EU Territories (El panorama demográfico de los territorios de la UE) para el Parlamento Europeo destaca “la necesidad de políticas que afecten al nivel local donde también son más importantes para los ciudadanos de la UE, porque es aquí donde las decisiones pueden tener un impacto más directo en sus condiciones de vida”.

Desde el Tratado de Maastricht (1993), la UE tiene como propósito “crear una unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa”. Cuando se examina este objetivo se considera la evolución del crecimiento de la economía por habitante entre los distintos Estados. Los resultados son desalentadores. La última crisis ha ampliado la brecha entre los ciudadanos. Entre 2006 y 2019, el PIB per cápita en Alemania ha crecido un 41%, muy superior al 23,7% de Francia y mucho más que el 16,8% de España y el 11,4% de Italia. Una política europea dirigida directamente a las regiones despobladas es más necesaria que nunca para alcanzar el compromiso europeo.