La pandemia agranda la brecha entre las pensiones de autónomos y asalariados

El impacto que el coronavirus está provocando en el colectivo de trabajadores autónomos no solo se circunscribe a los descensos en la facturación que una gran parte de ellos está padeciendo durante los 10 meses de pandemia ―un millón declaró haber tenido pérdidas de hasta 30.000 euros en el anterior ejercicio―, sino que esta situación provoca un problema a largo plazo que también compromete su situación: la rebaja de las pensiones. La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) denuncia que la brecha que se está abriendo entre este colectivo y el de los asalariados se está agrandando como consecuencia del virus: mientras que la pensión media de los trabajadores por cuenta ajena fue durante el mes de enero de 2021 de 1.129 euros, la de los autónomos alcanzó tan solo los 709 euros mensuales, un 37,2% menos. Estas diferencias se deben a que los autónomos suelen cotizar menos a lo largo de su vida profesional, ya sea porque no han podido pagar cuotas más altas o porque han elegido pagar la cuota mínima de la Seguridad Social. En cualquier caso, el sistema no incentiva a los autónomos a cotizar hasta los últimos años de su carrera.

“Es imprescindible promover un sistema adicional al que ya tenemos. El modelo de cotización en función de los ingresos reales no será suficiente, debemos activar un método de incentivos fiscales para motivar que los trabajadores autónomos realicen aportaciones voluntarias en sus bases de cotización a la finalización del ejercicio fiscal, pudiendo de esta forma complementar sus aportaciones al RETA y mejorando sustancialmente las futuras pensiones”, asegura Eduardo Abad, presidente de UPTA.

En cuanto a la variación en el cómputo de las pensiones y a su crecimiento anual, UPTA también alerta de las notables diferencias que se están generando entre ambos grupos de trabajadores. De los 3.256.740 afiliados medios que totalizó el Régimen de Autónomos (RETA) en diciembre de 2020 (14.668 menos que el mes anterior), 1.312.280 percibirán una pensión de 788 euros, 42 euros mayor que la del año pasado. Si se compara con los datos de los asalariados, los que tienen la prestación más alta cobrarán 1.328 euros, lo que supone un incremento de 540 euros. Es decir, ambos crecen pero a un ritmo muy diferente.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, ha apuntado a través de su cuenta de Twitter que solo el 52% de los autónomos cotiza por la base mínima de 944 euros al mes, “y no el 85%”, como asegura el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Desde la patronal de los autónomos añaden aproximadamente un tercio de los autónomos (1,2 millones), cotizan por una base que oscila entre los 1.000 y los 1.800 euros; 126.030 cuentan con bases de entre 1.800 y 2.400 euros; 184.964 entre 2.400 y 3.600; y 44.773 entre 3.600 y 4.070. “En los últimos 13 años el mensaje de que es beneficioso para los autónomos cotizar más para tener mejores prestaciones, ha calado dentro del colectivo de trabajadores por cuenta propia”, remarca ATA. Además, advierte también de que la base media de cotización ha pasado de los 907 euros al mes hace más de 10 años, a los 1.178 euros al mes en 2020.

Aportaciones complementarias

UPTA insta al Ministerio de Inclusión y Seguridad Social a realizar una alteración en el campo de la estimación de las pensiones para los autónomos, alegando que más del 25% de los trabajadores consultados por el organismo estarían dispuestos a realizar aportaciones complementarias a sus cotizaciones para así incrementar sus bases de cotización en función de su capacidad de ahorro. Además, también recuerda que en datos generales, durante el 2020 más de 7.000 autónomos dejaron de percibir una prestación o pensión contributiva de la Seguridad Social, siendo 1.970.727 el número total de prestaciones emitidas.

Desde el departamento que dirige José Luis Escrivá llevan tiempo diseñando un nuevo modelo de cotización por ingresos reales para los autónomos con el objeto de que este modelo resulte más ajustado a la realidad cambiante de los trabajadores por cuenta propia. “Haremos un esquema progresivo en el tiempo para evitar que los desajustes no generen problemas de gestión administrativos a nadie”, aseguró el ministro en enero. También aclaró entonces que el empleo de este nuevo modelo ―que afectaría igualmente en el cómputo de las pensiones, pero en este caso serían los propios trabajadores los que pudieran intervenir directamente― no estará disponible “para el grueso de los autónomos” hasta dentro de un año.