El BBVA responsabiliza a Béjar, el directivo al que despidió, de gestionar la relación con Villarejo

El 14 de febrero se verán las caras en el juzgado número 10 de lo Social de Madrid Antonio Béjar, el único directivo que fue despedido de forma fulminante tras declarar por el caso Villarejo que salpica a BBVA. El banco le echó —sin indemnización ni derecho a pensión— por considerarle responsable de gestionar las relaciones con Cenyt, la firma del comisario jubilado José Manuel Villarejo según varias fuentes conocedoras del caso. El exdirectivo, exjefe de riesgos de BBVA y presidente de la Operación Chamartín, exige su readmisión y rechaza los cargos.

El contencioso del BBVA contra Béjar es un capítulo más del complejo caso sobre los pagos del banco al excomisario jubilado por espiar supuestamente a políticos, empresarios y periodistas incómodos para la entidad. El juicio para dilucidar la responsabilidad del BBVA en el caso Villarejo tardará meses en comenzar, pero antes se dilucidará el primer capítulo de esta historia.

La atribución que realiza el BBVA a Béjar como responsable de gestionar las relaciones con Cenyt ha resultado extraña en ámbitos jurídicos porque este directivo estaba situado en un cuarto nivel jerárquico en el organigrama del banco. Entre 2008 y 2014 fue responsable de Riesgos del BBVA España, es decir, tenía por encima al presidente de aquella época, Francisco González, el consejero delegado entonces, Ángel Cano y al responsable de BBVA España, Juan Asúa. Este directivo ha sido el coordinador del informe de investigación forense realizado por los despachos Garrigues, Uría —contratados para defender al BBVA—, y la auditora PwC, encargado por el propio banco. La entidad también acusa a Béjar de la destrucción de archivos informáticos.

Sin relación entre el despido y la declaración

Durante su declaración ante el juez, Béjar reconoció que el banco contrató a Cenyt a finales de 2009, a través del abogado y socio del comisario jubilado, Rafael Redondo, pero para realizar labores de localización de bienes de grandes morosos del BBVA, según explican fuentes conocedoras del testimonio del exdirectivo.

Fuentes del BBVA comentaron que la entidad “no prejuzga y actúa siempre siguiendo los procedimientos internos establecidos y en función de hechos contrastados. La desvinculación del Sr. Béjar del BBVA no tiene absolutamente nada que ver con lo que haya podido declarar”.

Los contratos con Cenyt, según la organización interna del BBVA, tuvieron que pasar por el departamento legal del banco para que los aprobaran y comprobaran que cumplían todas las exigencias legales. De este área solo ha salido del banco Eduardo Arbizu, el que fuera máximo responsable de Regulación y Control Interno del BBVA entre 2002 y 2018. Fue prejubilado el 31 de julio pasado, pero con todos sus derechos económicos, es decir, con indemnización y la pensión acumulada en la entidad.

Las facturas de Cenyt también fueron visadas por el departamento de Intervención, cuyos responsables, que dependían directamente del presidente Francisco González, continúan en el banco. Han sido imputados y no declararon ante el juez.

Según el currículo de Béjar, trabajó de 2008 a 2014 en Riesgos de España, pero el BBVA contrató a Villarejo del 2004 a 2017, es decir, lo hizo antes de que llegara este directivo y continuó con sus servicios después de que se marchara del cargo.

El expediente disciplinario contra Béjar se abrió el 26 de julio pasado, el mismo día que el exdirectivo acudió a declarar como imputado en la Audiencia Nacional ante el juez Manuel García Castellón. Al terminar su declaración, la Fiscalía Anticorrupción pidió su ingreso en prisión eludible con fianza de 500.000 euros. El juez pospuso su decisión a la espera de su siguiente declaración, fijada para el 29 de julio; tras declarar aquel día, la Fiscalía retiró los cargos y Béjar quedó en libertad.

Fuentes conocedoras del sumario judicial recuerdan que el mismo 26 de julio, mientras estaba declarando en la Audiencia, Carlos Casas, responsable de Talento y Cultura del BBVA, comunicó a Béjar que se le había abierto el expediente disciplinario. Fuentes del BBVA comentaron que “cualquier expediente sancionador es el resultado de semanas previas de trabajo”.

Colaborar con la justicia

Al mediodía, tras salir Béjar de los juzgados, un teletipo de la agencia Efe aseguró que había comenzado a colaborar con la justicia aportando datos, cifras, fechas y nombres de personas que podrían haber conocido la contratación de Villarejo para el BBVA. Horas después de que se conociera esa información, Béjar recibió otra llamada de Juan Asúa, responsable de las empresas participadas por el banco, entre las que figuraba Distrito Castellana Norte (DCN), conocido como la Operación Chamartín. Asúa le informó de que la dirección del banco había decidido prescindir de sus servicios. El relevo se comunicó a la CNMV a las 22 horas de aquel día.

Después de estos acontecimientos, el viernes 29 de julio, Béjar volvió a declarar para colaborar con la Fiscalía Anticorrupción. Al terminar su intervención, el juez admitió la petición de la fiscalía, y el BBVA fue imputado como persona jurídica en la pieza separada del caso Villarejo, que investiga los pagos del banco al excomisario.

Aunque solo se ha despedido a Béjar, el BBVA realizó un intenso procedimiento interno de investigación a dos directivos más relacionados con el departamento de Riesgos y el de Contabilidad, pero finalmente no se les abrió expediente sancionador.