Uno de cada cuatro autónomos perderá más de 30.000 euros anuales en ingresos, según su patronal
El último barómetro de la ATA refleja la delicada situación de un colectivo en el que tres de cada cuatro trabajadores presenta alguna restricción en su actividad
El colectivo de trabajadores autónomos vive con especial incertidumbre la evolución sanitaria y económica derivada de la pandemia, y las perspectivas respecto a su supervivencia en el corto y medio plazo resultan dramáticas. Así se desprende de las conclusiones del VIII Barómetro de Autónomos Covid19 elaborado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), que el organismo presidido por Lorenzo Amor ha dado a conocer este lunes. Según se detalla en el documento, tres de cada cuatro autónomos tienen actualmente alguna restricción en el desempeño de su actividad, y el 19,3% ―620.000 de un total de 3.266.427 según el número de afiliados al RETA en octubre de 2020―, tienen sus negocios y/o actividades cerradas actualmente. Como consecuencia de esta situación, entre aquellos que no pueden trabajar, y quienes lo hacen con limitaciones, ATA estima que las pérdidas de este colectivo en el presente año serán de más de 60.000 millones de euros.
“Se avecina un desastre para autónomos, empresas y trabajadores si no se acompaña de un plan urgente de medidas económicas”, asegura Amor. El dirigente señala al Gobierno por su falta de “sensibilidad”, en referencia a la subida de las cuotas que se ha producido recientemente como consecuencia del alza de los tipos por cese de actividad y contingencias profesionales establecidos para el período 2019-2021. “No podemos hablar del futuro sin arreglar el presente”, ha añadido al tratar la delicada situación en la que se encuentran millones de familias afectadas por el aumento de los rebrotes y el endurecimiento de las restricciones. Y es que, según el barómetro de ATA ―compuesto a partir de las respuestas obtenidas a través de 2.040 cuestionarios realizados a trabajadores de distintos extractos representativos de comunidades autónomas y sectores―, el 84,9% de los autónomos asegura que la facturación de su negocio se ha reducido con respecto a 2019, siendo del 60% para la mitad de ellos. Solo el 9,7% declara haberse mantenido y un afortunado 3,2% ha logrado aumentar su recaudación.
En cuanto a la cuantía de esas pérdidas, casi un tercio (el 28,8%) las ha cuantificado en más de 30.000 euros, concentrándose este desgarro en los sectores más afectados por la pandemia: el sector de los eventos, ocio (infantil, nocturno, cultura y espectáculos) y el del comercio. “Se hace urgente establecer desde ya un plan de emergencia, y con vistas a unos meses muy complicados, que prorrogue las ayudas hasta el 31 de mayo de 2021, facilite la liquidez e impulse el consumo y la demanda con el fin de amortiguar la caída de la actividad y evitar el cierre de empresas y autónomos y por ende la destrucción de empleo”, incide Amor.
El salvavidas del ERTE
La dependencia de las ayudas públicas de un colectivo singularmente vulnerable ante un desajuste tan brutal como el que ha provocado el coronavirus se refleja en el número de autónomos que ha accedido a las distintas herramientas propuestas por el Gobierno para contener el golpe, especialmente, los ERTE y los créditos ICO. Tal y como indica el estudio de ATA, el 44,8% de autónomos que cuentan con trabajadores ha aplicado un ERTE o tiene previsto hacerlo para continuar con su actividad, mientras que el 23,4% ―casi una cuarta parte del total―, reconoce haberse acogido a un expediente de regulación temporal de empleo para toda su plantilla. Entre aquellos con trabajadores a su cargo y que no se han decantado por hacerlo para evitar los despidos se encuentran el 14,4%, lo que en números absolutos retrata que de 1,5 millones de autónomos con personal empleado, 200.000 han recortado su personal.
La falta de liquidez, otra de las hemorragias comunes por las que se desangra el gremio de trabajadores por cuenta propia, ha obligado a que cerca de la mitad del total (el 42,2%) se hayan visto obligados a solicitar financiación, ya sea por medio del ICO o de cualquier otra entidad privada. Sin embargo, el 8,9% declara haberla solicitado pero no haberla obtenido.
A pesar del esperanzador desarrollo de las vacunas, y de que incluso ya se haya presentado un calendario de vacunación que puede acelerar la salida del túnel vírico, el horizonte para muchos autónomos sigue oscurecido. Por ejemplo, entre aquellos que han realizado un ERTE y se enfrentan a la imposibilidad de prescindir de algún empleado en el plazo de seis meses ―condición sine qua non para poder acogerse a este mecanismo―, el 66,6% ve muy complicado poder mantener a sus empleados. Una decisión que, para mayor dramatismo, no se plantean por falta de liquidez el 35,7% de los encuestados.
Con más de ocho meses de castigo económico y sanitario a la espalda, y con la bajada de persianas cada vez más presente, uno de cada diez autónomos (300.000 en total), cree que no le quedará más remedio que cerrar. De hecho, si se produjera un segundo confinamiento dos de cada tres no podrían soportarlo, y para el 11% supondría el cierre definitivo de su negocio.
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