La pandemia hace caer la tasa de emancipación de los jóvenes al 17,3%, el mínimo en casi dos décadas

La pandemia ha agravado la escasa capacidad de emancipación que ya arrastraban los jóvenes desde la última crisis económica de 2008, según el último informe del Observatorio de la Emancipación presentado este jueves por el Consejo de la Juventud de España (CJE). Pese a que el segundo semestre de 2019 ya fue traumático, el confinamiento y el crecimiento del desempleo juvenil de los seis primeros meses de 2020 rebajaron la tasa a mínimos de principios de siglo: solo un 17,3% de los españoles de entre 16 y 29 años residió en ese periodo fuera de casa de sus padres o de un familiar. Hay que retroceder hasta 2002 para encontrar un porcentaje más bajo, y el futuro no pinta halagüeño: “Sin un empleo de calidad, no va a ser posible llegar a las tasas esperadas”, ha comentado Elena Ruiz, presidenta del CJE, quien ha añadido que en 2021 los datos serán “mucho más sangrantes”.

Adrià Junyent, vicepresidente del Consejo, ha relacionado la escasa emancipación con la precariedad laboral de la población menor de 30 años. “Los jóvenes hemos sufrido más los ERTE —un 29,6%, frente al 24% del resto de la población— con la pérdida de salario que eso supone”. Peor aún es la tasa de empleo, donde solo uno de cada tres de los españoles de entre 16 y 29 años tiene trabajo, y se reduce hasta el 18,2% entre los 16 y 24. Además, el paro juvenil es el doble que entre el resto de la población, del 30%. “Hemos sufrido la mayor subida del paro este año [frente a otros tramos de edad], 4,8 puntos porcentuales más”, ha añadido Junyent.

Las mujeres continúan siendo mucho más proclives a independizarse: el 20,8% de ellas lo hace, frente al 14% de los hombres. Sin embargo, este año el número de mujeres emancipadas ha descendido ligeramente más que los hombres, debido a que se han visto más perjudicadas por la pandemia. “Han ido más a los ERTE, tienen más tasa de inactividad y concentran mayor jornada parcial”, ha detallado el politólogo del CJE.

La crisis también ha golpeado con más fuerza a la población que solamente tiene estudios primarios, debido a su precariedad laboral. En ese colectivo la emancipación ha caído 2,3 puntos porcentuales, hasta el 23%, entre enero y junio de 2020. Los inmigrantes son los siguientes más afectados. El 34,6% viven de forma independiente, 3,4 puntos menos que en 2019.

Por otra parte, Joffre López, autor del estudio, sociólogo y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha destacado la irónica situación que se ha dado este año, en el que se ha producido un abaratamiento del mercado inmobiliario que no ha podido ser aprovechado. “Para la gente joven, aunque los precios hayan bajado, las posibilidades de emanciparse son incluso más reducidas que el año pasado”.

De esta forma, en el alquiler los precios parten de los 900 euros de media, una hipoteca media los 600 euros y un piso compartido los 269 euros. Pero con un salario medio de 973 euros entre los jóvenes españoles, el alquiler representaría el 93% de su salario neto, “por encima del 30% razonable [que establecen diversos organismos]”, ha apuntado López. Una hipoteca supondría el 56% y compartir un 27,7%. En el caso de la hipoteca, además, habría que sumar la entrada y los impuestos, “el equivalente a tres años enteros de salario”.

En comparación con años anteriores, la emancipación tocó mínimos en 1997 —con un 15%— y máximos del 26% en 2008. Desde entonces, la cifra ha ido a la baja hasta este año, cuando el descenso se ha acentuado por la situación sanitaria, que ha derivado en la caída más profunda de la emancipación desde 1988 (1,3 puntos menos desde el 18,7% de 2019). Por Comunidades, País Vasco es la región donde más jóvenes han vuelto a vivir con sus padres en el primer semestre del año (tres puntos menos en la tasa de emancipación), seguida de Extremadura (2,5 puntos menos) y Asturias (2,1 puntos menos).