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Francia cobrará este año la ‘tasa Google’ a las plataformas digitales

París asegura seguir trabajando a favor de una “solución internacional”

El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire
El ministro francés de Economía, Bruno Le MairePOOL (Reuters)
Silvia Ayuso

Amazon, Google y las demás grandes plataformas digitales que operan en Francia tendrán que pasar por caja. El terremoto político que ha supuesto la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones estadounidenses no ha desviado los planes de París que, a falta de un acuerdo de tasación internacional, este miércoles ha confirmado su intención de cobrar en 2020 su propia tasa Google a los gigantes de Internet, a pesar de las amenazas de sanciones emitidas por el todavía presidente republicano Donald Trump.

“Las empresas sujetas a la tasa (Google) han recibido una notificación de liquidación para los pagos a cuenta de 2020” y deberán pagar el saldo final “a comienzos de 2021”, dijo una fuente ministerial a la prensa.

Si bien la decisión no es nueva —el ministro de Economía, Bruno Le Maire, ya había anunciado en octubre que Francia volvería a cobrar el impuesto digital que aprobó en 2019, ante la falta de un acuerdo en el seno de la OCDE—, la confirmación del paso, a pesar del brusco viraje político en Estados Unidos, supone un punto de presión más en una cuestión, la tasación de los gigantes digitales, en la que Francia no está sola: también países como España presionan por este impuesto y la propia UE respalda la idea. El anuncio se produce además en un momento de fuerte tensión en Francia por el poder —real o percibido— de gigantes como Amazon en tiempos de pandemia. De hecho, numerosos políticos, comerciantes y activistas se movilizaron días atrás fuertemente contra la plataforma de Jeff Bezos, a la que acusaron de lucrarse con el cierre de tiendas “no esenciales” durante el segundo confinamiento nacional galo.

La Asamblea Nacional francesa aprobó en el verano de 2019 un gravamen de cerca del 3% del volumen de negocios de las compañías tecnológicas en el país que obtengan ingresos anuales de al menos 750 millones de euros (unos 830 millones de dólares). A finales del año pasado, esas compañías debieron por tanto hacer un primer pago. Pero el siguiente cobro fue congelado —y no suspendido, como ha recordado reiteradas veces Le Maire— el pasado enero durante el foro de Davos, como un gesto conciliatorio hacia Washington para dar espacio a que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pudiera negociar, hasta finales de año, las bases de un nuevo modelo fiscal global, algo que la institución con sede en París reconoció en octubre que no lograría antes de mediados de 2021.

El anuncio estadounidense en junio de que rompía las negociaciones en la OCDE y amenazaba a Reino Unido, Francia, Italia y España con represalias —en el caso galo, las sanciones podrían ser de hasta 1.300 millones de dólares en productos franceses— si estos países seguían adelante con sus propias tasas fue calificado por Le Maire como una “provocación”.

París, que siempre ha dicho que si se alcanza un acuerdo en la OCDE está dispuesto a devolver lo que haya cobrado de más con su propio impuesto, ha asegurado este miércoles que “sigue movilizado para encontrar una solución internacional para que las empresas digitales paguen su justa parte de impuestos, como las otras empresas”.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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