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La actividad económica se resiente de nuevo en Europa ante el avance de la segunda ola del virus

Los indicadores adelantados apuntan a un “riesgo de doble recesión” en el Viejo Continente, aunque la recaída sería menor que en primavera

Ignacio Fariza
Varias personas, frente a la torre Eiffel, una de las grandes atracciones turísticas de París.
Varias personas, frente a la torre Eiffel, una de las grandes atracciones turísticas de París.CHARLES PLATIAU (Reuters)

La segunda ola de contagios de la covid-19 y el regreso de las restricciones a la movilidad en diversas partes de Europa —aunque mucho menos severas que en primavera— ya dejan su huella en la economía y, muy particularmente, en el sector servicios. En octubre, el PMI compuesto de la eurozona —uno de los indicadores que los inversores miran con más atención para tratar de atisbar los patrones económicos del futuro próximo— entró en zona de contracción al pasar de 50,4 a 49,4 puntos, su mínimo en cuatro meses, según las cifras publicadas este viernes por la consultora IHS Markit. “La zona euro se enfrenta a un mayor riesgo de caer en una doble recesión, puesto que una segunda oleada de infecciones del virus provocó la renovada caída de la actividad en octubre”, advierte el economista jefe de la firma, Chris Williamson.

La actividad del sector terciario, el más expuesto al contacto físico —y, por tanto, también el más golpeado por la nueva hornada de restricciones en varios países de la Unión— cayó hasta mínimos de cinco meses (46,2 puntos frente a los 48 de septiembre, cuando volvió a entrar en negativo). Esa cifra apunta a un cuarto trimestre más complicado de lo inicialmente previsto. Y el periodo final del año no solamente es clave para el cierre de 2020, sino también para encarrilar el inicio de un 2021 señalado por todos como el primer ejercicio de recuperación económica tras el manotazo del virus sobre la economía.

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Las manufacturas, en cambio, mantienen el patrón de resistencia que exhiben desde el comienzo de la pandemia, logrando incluso mejorar la marca de septiembre: 54,4 puntos, frente a los 53,7 del mes anterior. Es su mejor lectura en más de dos años y confirma que las economías más dependientes de la industria están capeando mucho mejor el temporal que aquellas que, como España y el resto del arco mediterráneo, descansan sobre el turismo y los servicios, las actividades por definición más afectadas por la pandemia. Esa brecha marca claramente una recuperación a dos velocidades: Alemania y los países del este están saliendo mucho mejor del atolladero que sus pares del sur.

La divergencia, alerta Williamson, “es aún más pronunciada entre países” que entre sectores: mientras la economía alemana se está viendo impulsada por la pujanza del sector manufacturero, “el resto de la región se ha hundido en una desaceleración cada vez mayor”. Pese a retroceder ligeramente por la presión a la baja de los servicios, el indicador compuesto de IHS Markit para Alemania apenas bajó dos décimas (del 54,7 de septiembre al 54,5 de octubre) y se mantuvo claramente en terreno positivo gracias a la resistencia del sector secundario.

Presión renovada sobre el empleo

El debilitamiento de la actividad del sector privado en la zona euro provocó nuevos recortes de empleo en el bloque, ampliando así a ocho meses consecutivos el ajuste de las plantillas. El ritmo de pérdida de empleo se siguió moderando frente al nivel récord registrado el pasado mes de abril, pero sigue siendo —descontando los meses que van desde el estallido de la pandemia— el peor dato en este rubro desde mediados de 2013, en plena crisis de deuda en el sur de Europa. “Las pérdidas de empleo han afectado tanto a la industria como a los servicios, aunque en este último sector la caída ha sido mayor”, apuntan los técnicos de IHS Markit.

El recorte de empleo es una constante todos los países europeos analizados, pero la firma muestra su esperanza en que el mercado de trabajo esté “acercándose a la estabilización”. Los planes de mantenimiento del empleo con dinero público, como los ERTE en el caso español, han ayudado en gran medida a amortiguar el golpe de la crisis en clave laboral.

Más presión para el BCE

La segunda ola, parece, asestará un golpe notablemente menor al sufrido en el segundo trimestre del año: la nueva recesión de la eurozona, de producirse, será —en palabras de Williamson, “modesta, mucho más leve que la observada durante el segundo trimestre”. Pero la mera perspectiva de una recaída ejercerá una mayor presión para que el Banco Central Europeo (BCE) “inyecte más estímulo y para que los Gobiernos nacionales ayuden a amortiguar el impacto de las medidas de contención del covid-19”. El panel de expertos de Bloomberg también apunta en esa misma dirección: el Eurobanco, dicen, estaría preparando una nueva ronda de estímulos para contener los riesgos del frenazo en esta secuencia final de 2020.

Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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