El miedo a que México pierda su grado de inversión se reaviva en la economía
Bank of America espera que el país baje su calificación crediticia en 2021
A partir de que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, presentó al Congreso de México su propuesta de presupuesto para el próximo año, regresaron las conversaciones entre analistas y observadores de la economía sobre el riesgo de que México pierda su grado de inversión, la calificación con la que tres agencias crediticias certifican que el país no corre de riesgo de incumplir en el pago de su deuda. Incluso, un banco de inversión informó a sus clientes en una breve nota el 9 de septiembre que esperaba que el país perdiera el grado de inversión en 2021. Las alarmas se volvieron a encender ante una preocupación que viene de lejos.
En 2018, la agencia Fitch Ratings cambió su perspectiva para el país de estable a negativa, argumentando que el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, representaba un deterioro en la balanza de riesgos, ya que sus políticas traerían más incertidumbre. En lo que va del 2020, tanto Fitch como Standard & Poors y Moody’s procedieron a bajarle la calificación, y no solo la perspectiva, al país. La metodología de las agencias varía entre ellas, así como las calificaciones que utilizan. Sin embargo, todas dividen sus calificaciones en “grado de inversión” versus “basura”. Entre las tres calificadoras, solo Fitch coloca a México un escalón encima de la calificación “basura”. S&P lo coloca dos escalones arriba y Moody’s tres; ambas empresas, sin embargo, ven al país en perspectiva negativa.
“Hemos recortado la calificación de México dos veces desde mediados de 2019, una vez impulsados por mayores riesgos de Pemex y la reversión de las reformas estructurales que esperábamos que impulsaran el crecimiento, y nuevamente en respuesta a la pandemia, que llevó a una fuerte recesión que agravó estos riesgos de crecimiento y condujo a un aumento del coeficiente de endeudamiento”, explica Charles Seville, analista de deuda soberana para México de Fitch. Las pérdidas multimillonarias de Pemex, su alto nivel de deuda y la insistencia del Gobierno de seguir invirtiendo en la empresa en lugar de reducir sus costos y su tamaño, llevaron a que la petrolera misma perdiera su grado de inversión, primero en 2019 y después este año. “Lo más probable es que, para que haya un recorte, tengamos que perder la confianza en la coherencia del marco de políticas, no ver una recuperación en la economía o ver intervenciones de política microeconómica más dañinas”, agrega Seville.
Un recorte en la calificación crediticia implicaría un incremento en el costo de financiamiento para el Gobierno mexicano. Es decir, si México perdiera su grado de inversión, pagaría más intereses en su deuda. Las empresas mexicanas que emiten bonos en el mercado internacional también se verían afectadas y pagarían tasas más altas. El banco JP Morgan estima que 8.900 millones de dólares en bonos corporativos están en riesgo de ver sus costos de financiamiento incrementar si el bono soberano sufre un recorte a su calificación.
Expertos como el economista en jefe para México del Bank of America Carlos Capistrán esperan que México pierda el grado de inversión crediticia tan temprano como el próximo año. El banco informó del riesgo a sus clientes en una nota informativa reciente. “Cuando tu deuda como porcentaje de tu producción aumenta más del 50%, ya empiezan a ver y a revisar tu calificación, a ver qué está pasando”, dice Capistrán en videollamada, “y justamente México acaba de pasar ese umbral. El año pasado, en diciembre, la deuda estaba en 45% y en junio ya estaba en 60%, como ha pasado en otros países por el efecto de la pandemia”.
A pesar de que uno de los compromisos del presidente López Obrador es no incrementar la deuda, las necesidades de financiamiento del Gobierno siguen siendo grandes y la producción del país se desplomó por la pandemia, por lo que es imposible contener un déficit. Mucha deuda mexicana está en dólares, por lo que una depreciación del tipo de cambio también incrementa el nivel de deuda. A pesar de los esfuerzos de la Administración, hay factores que están fuera de su control. En el presupuesto entregado al Congreso este mes, el secretario Herrera estima una caída de la economía este año del 8% y un crecimiento en 2021 de 4,6%.
“El presupuesto es muy optimista, siguen metiendo dinero a Pemex y Pemex sigue perdiendo dinero. Entonces, a pesar de las buenas intenciones, parece que ya estamos en una tendencia”, opina Capistrán. Su pronóstico para este 2020 es que el producto interno bruto mexicano se contraiga en un 10% y que el año que viene el país pudiera crecer un 2%.
“Como no vemos mucho crecimiento en México, y tenemos muchas necesidades de financiamiento, creemos que va a seguir creciendo esa deuda y en algún momento, quizás el próximo año, nos van a seguir recortando la calificación de México, hasta que eventualmente pierda su grado de inversión", dice Capistrán. “Es como si las calificaciones fueran de 0 a 10,” agrega, “y dijeras que México tiene 10 de calificación. Y lo que estamos hablando es que la va a perder y se va a ir a 8. Bueno, pues a lo mejor no es el fin del mundo pero teníamos 10, éramos como el alumnito estrella. Y ahora eso lo puedes perder”.
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