Suenan campanas de boda en la banca
El BCE espera que por fin despeguen las integraciones entre entidades financieras de distintos países, pero los expertos recelan de que las operaciones sean rentables
Las fusiones bancarias vuelven a estar de actualidad. La covid-19 es en parte culpable, aunque el sector ya arrastraba la falta de rentabilidad como su mayor problema. Menores márgenes por los bajos tipos de interés y la lenta digestión del boom del ladrillo de la pasada crisis colocaban a estas entidades en lo que los expertos califican de zombis: unos bajos beneficios en relación con sus recursos propios, algo que se extiende por otros sectores económicos como las telecomunicaciones o las aerolíneas. La pandemia ha venido a agravar esta situación. Con ella el crecimiento económico se ha desplomado y, por tanto, hay menos negocio crediticio y la amenaza de una mayor morosidad que, de momento, se oculta tras los avales públicos a muchas empresas.
En el BCE están a favor de que se produzcan fusiones entre bancos. Operaciones tanto trasnacionales entre distintos bancos europeos como en los propios países. Para el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, las fusiones son una necesidad ineludible y recientemente se atrevió a pronosticar este tipo de operaciones en las próximas semanas o meses. El objetivo es reducir la baja rentabilidad de la banca europea para que sea menos vulnerable al entorno económico. También la presidenta de este organismo, Christine Lagarde, se manifestó en este sentido deseando más operaciones entre bancos.
Entre las entidades españolas reina la cautela en sus declaraciones públicas. Los analistas de Goldman Sachs explicaban recientemente en un informe que las fusiones bancarias están en la mente de los supervisores y no tanto entre los directivos del sector. En España, únicamente Ana Botín, presidenta de Banco Santander, se mostraba partidaria de este proceso de concentración a escala transfronteriza después del espaldarazo del acuerdo económico en la Unión Europea para hacer frente a la pandemia.
El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, también espera fusiones transfronterizas que, en su opinión, son necesarias para que la Unión Bancaria Europea sea una realidad y empiece a funcionar. Unas concentraciones que, según Roldán, están lejos de crear una situación de oligopolio en el mercado bancario, que sigue mostrando una fuerte competencia entre entidades.
Nuria Álvarez, analista de bancos de la firma Renta 4, explica que “el BCE parece que está dispuesto a ser más flexible precisamente para que puedan darse dichas fusiones. Antes, una condición era que la entidad resultante de una fusión debía tener una ratio de capital al menos igual de alta que la mayor de las dos entidades fusionadas, y ahora ese requisito lo ha relajado y no es necesario”.
Unos menores requisitos de capital que buscan alentar estas operaciones que el pasado año se vieron frustradas. Fueron los casos de Deutsche Bank con Commerzbank en Alemania y de Unicaja y Liberbank en España, más allá de la lucha de egos que se produce en estos procesos de fusión, donde casi siempre una entidad es absorbida.
Un informe de UBS apunta que en España solo Bankinter tiene una rentabilidad superior al coste de su capital. Considera que de media en las entidades de la zona euro el ROTE (rentabilidad sobre capital tangible) se situará en el 4% y para que se eleve hasta el 10% es necesario recortar sus costes en un 25%, 47.000 millones de euros.
Las fusiones podrían ser un buen elemento para este recorte de gastos. Ignacio Cantos, socio director de inversiones de Atl Capital, ve muy difíciles las fusiones trasnacionales dentro de Europa, pese a que en estos casos no se producen solapamientos. “Se enfrentan los egos, culturas diferentes y la forma de hacer banca es distinta. Tanto a los bancos españoles en Europa como a los europeos en España no les ha ido demasiado bien por esa forma diferente de la banca en cada país”. Eso sí, el experto ve más posibilidades en las fusiones dentro de España porque “es la forma más rápida de mantener o elevar la rentabilidad de las entidades financieras con el cierre de sucursales y la reducción de puestos de trabajo”, explica.
Costes
Unos menores costes por la vía de las fusiones que no terminan de convencer a Nuria Álvarez. “El entorno de tipos no te asegura que la entidad resultante vaya a ganar en rentabilidad, por muy complementarias que puedan ser las entidades desde un punto de vista geográfico. Hay que asumir de todos modos los costes de reestructuración”. Y añade: “Luego tenemos la financiación de la propia operación, ya que resulta complicado ver que hoy por hoy una entidad vaya a consumir capital para comprar otra, y por tanto eso nos hace pensar que sería más lógico que la operación se financie con un canje de acciones. Con unas cotizaciones muy castigadas, no parece el mejor momento para realizar ampliaciones de capital”.
Se conoce la ratio ROE como rentabilidad financiera, y es la que mide la relación entre beneficio atribuido a la banca y sus recursos propios. Desde Goldman Sachs califican a las empresas de zombis si tienen un ROE inferior al 7% durante más de la mitad del tiempo tomando como periodo 10 años. “Hay varias industrias en Europa (bancos, telecomunicaciones, aerolíneas) que pueden necesitar consolidarse para ser más rentables y dar mayores rendimientos a los inversores (es decir, salir de la categoría de zombis)”, avisan en este banco de inversión.
Quinielas de fusiones
Pese a que las operaciones transnacionales tienen la ventaja de no solapar redes de sucursales ni clientes, pocos analistas se atreven a hacer quinielas. En el caso de España, Goldman Sachs cree que Unicaja es uno de los claros candidatos a una fusión. Nuria Álvarez, de Renta 4, explica que desde el punto de vista de complementariedad, “los negocios de BBVA y Bankia encajan. A Liberbank también la vemos como un candidato a la concentración”. Barclays cree que las entidades españolas podrían iniciar contactos antes del próximo otoño y considera que en las combinaciones que hay ahora mismo sobre la mesa tendrían unos costes de 1.800 millones de euros. Cifra que según los expertos de esta entidad podría ser fácilmente asumible si luego las sinergias de la operación generan más ventajas por el ahorro de costes.
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