El debate sobre el fondo de recuperación avanza hacia un endurecimiento de las condiciones
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ofrece recortes en las ayudas y mayores controles para convencer a los países más austeros
La cumbre europea para aprobar el fondo de recuperación frente a la crisis económica provocada por la covid-19 remontó el vuelo el sábado hacia un posible acuerdo después del patinazo de la primera jornada del viernes, cuando algunas delegaciones temieron el descalabro de la ruptura de las negociaciones. Las conversaciones han avanzado, con nuevos pasos hacia las posiciones de los llamados frugales, pero no han concluido. Tras una última sesión, en cena de trabajo, la reunión se ha dado por concluida a las 11:30 de la noche y se ha convocado su reanudación para el domingo a mediodía. Será así la tercera jornada de una cumbre de tal trascendencia que fuentes diplomáticas la comparan con la del nacimiento del euro en mayo de 1998. Ahora, como entonces, el resultado aspira a ser histórico, aunque aún no se sabe si será para bien o para mal.
La jornada del sábado arrancó con una nueva propuesta del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, fruto de numerosos conciliábulos durante la noche anterior. Y el nuevo proyecto, con recorte de subsidios y vigilancia reforzada de las ayudas, fue acogido positivamente por la mayoría de las delegaciones, aunque también subrayaron que todavía quedaban muchas aristas por pulir. A última hora de la tarde, España parecía resignada a un cierto endurecimiento del control de las ayudas, pero rechazaba tajantemente el derecho de veto propuesto por el primer ministro holandés, Mark Rutte.
La segunda propuesta de Michel en poco más de una semana continúa la tendencia a la baja en las cifras y al alza en el control de los desembolsos para intentar esquivar la amenaza de veto de Rutte.
El liberal holandés, al frente de los llamados frugales —los Países Bajos, Suecia, Austria y Dinamarca— ha aceptado a regañadientes que la UE se endeude por primera vez de manera masiva y que esos ingresos se destinen en parte a subsidios para paliar los daños económicos causados por la covid-19. Pero a cambio este grupo pelea desde hace días, y con especial énfasis durante la cumbre, por reducir todo lo posible la ambición del histórico proyecto.
España: “Enorme dificultad” para el acuerdo
La negociación es intensa. España e Italia tratan de lograr una cantidad de subsidios que se acerque lo máximo posible a la cifra inicial defendida por Alemania y Francia de 500.000 millones, pero cada hora que pasa parece más difícil evitar las concesiones ante la resistencia en especial del holandés. Fuentes españolas admiten la enorme dificultad de resistir el embate de los llamados frugales, pero confían en que el resultado sea aceptable sobre todo gracias al margen que da el hecho de que la propuesta inicial de la Comisión Europea, respaldada por los cuatro grandes países del euro —Alemania, Francia, Italia y España— y varios aliados más, era tan voluminosa que permite margen de negociación.
Michel ha aceptado alguna de las reclamaciones de Rutte para intentar lograr la unanimidad de los 27. La nueva rebanada de Michel asciende a 50.000 millones menos de subsidios procedentes del fondo europeo de recuperación, aunque mantiene su dotación total de 750.000 millones al aumentar en otro tanto el volumen de créditos disponibles. El tijeretazo anterior se lo llevó el presupuesto de la UE para 2021-2027, que bajó del 1,1 billones de euros propuesto por la Comisión Europea a 1,074 billones.
Los cambios introducidos durante la mañana del sábado han dejado el fondo con un 60% de subsidios (450.000 millones) y un 40% de préstamos (300.00 millones), frente al 66% y 33%, respectivamente, propuesto inicialmente por la Comisión Europea.
El presidente del Consejo también se ha hecho eco de la petición más polémica del primer ministro holandés: un derecho de veto para frenar el desembolso de las ayudas si algún país tiene duda sobre el cumplimiento de las reformas financiadas con los subsidios comunitarios. Charles Michel no va tan lejos como desea La Haya, porque el resto de las delegaciones lo considera inaceptable, dado que podría inutilizar el propio fondo. Pero Michel introduce una especie de freno de emergencia que permitiría a cualquier capital frenar el flujo de subvenciones hasta que una sesión del Consejo Europeo, es decir, de los 27 primeros ministros, diese la luz verde.
Menos aportación al presupuesto de la UE
Michel también ofrece a los llamados frugales unos multimillonarios cheques para reducir su aportación al presupuesto común entre 2021 y 2027. La concesión, de la que también se beneficiaría Alemania, suma 46.000 millones de euros durante el próximo período presupuestario, una factura abonada por el resto de socios, incluidos los más golpeados por la pandemia. Fuentes españolas admitían que en este punto de la negociación constantemente se hacían cálculos para ver cuál sería el resultado final para evitar que el impacto del fondo, restados los cheques, fuera mucho menor de lo esperado. España no quería ningún tipo de cheque pero todo indica que tendrá que aceptar algunos muy cuantiosos.
La oferta de Michel fue interpretada por la delegación holandesa como “un paso importante en la buena dirección”. España, según fuentes diplomáticas, la acogió con mucha más cautela y advirtió de que “en ningún caso se aceptará que la decisión final se tome por unanimidad”. Pero España no se cerró en banda y prefiere esperar a ver el conjunto de un potencial acuerdo. La propuesta del freno de emergencia, en todo caso, ganó fuerza a lo largo del día, aunque con importantes matizaciones para evitar que se convierta en un obstáculo insalvable para la gestión del fondo.
La oferta de Michel sirvió, al menos, para evitar un peligroso final abrupto de una cumbre que todas las delegaciones consideran muy importante para salvar la integridad del mercado interior europeo e, incluso, la competitividad de Europa en una escena global cambiante e inestable.
La táctica de Michel del primer día, que intentó abordar de entrada los tres asuntos más polémicos —volumen del fondo, gobernanza para los desembolsos y descuentos para los contribuyentes netos—, no cosechó resultados y fue criticada por algunas delegaciones. Tras el bloqueo del viernes, el presidente del Consejo arrancó la segunda jornada con una reunión restringida con la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro italiano, Giuseppe Conte; y el primer ministro holandés, Mark Rutte. La cita, a la que también asistió la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, retomó el pulso de la cumbre y encauzó las negociaciones hacia unos contactos bilaterales y multilaterales que se repitieron durante todo el sábado.
Fuentes francesas atribuyeron a Macron el giro de la negociación, al haber insistido a Michel que abordara todo el conjunto de temas de manera global (Marco financiero plurianual y fondo de recuperación) en lugar de centrarse en solo tres polémicas. La nueva estrategia pareció dar resultado y tras un plenario durante la mañana para presentar la nueva propuesta, los múltiples contactos desbrozaban una posible senda hacia el acuerdo.
Geometría variable en las negociaciones
Michel multiplicó los contactos, con geometría variable a lo largo del día. Sánchez participó en varias de esas reuniones y, según fuentes de la delegación española, el presidente del Gobierno “ha mantenido multitud de [encuentros] bilaterales”. El Italiano Conte, en una intervención grabada a media tarde para su página de Facebook, admitía que la negociación estaba siendo “más complicada de lo previsto” y señalaba a los italianos que el gran problema era Holanda pero también otros frugales. Sánchez se mantuvo en absoluto silencio durante las dos jornadas, después de una breve intervención antes de empezar la cumbre el viernes. Por el contrario, Rutte y la delegación holandesa multiplicaban sus intervenciones en prensa o redes sociales para tratar de utilizarlas como mecanismo negociador.
La mayoría de las delegaciones confía en lograr un acuerdo, pero no descarta nuevos contratiempos en una negociación que, además de compleja técnicamente, supone el mayor salto presupuestario de la UE en toda su historia, tanto por la envergadura del plan como por su modelo de financiación a partir de deuda comunitaria avalada por los Estados.
El plan avanza hacia una rebaja del fondo, que ya ha perdido una de sus principales novedades: una partida de 26.000 millones de euros para la recapitalización de empresas en los países con escaso margen presupuestario, como es el caso de Italia o España. Por el camino también se ha quedado buena parte los recursos destinados a potenciar los planes de inversión de la Comisión Europea, como Horizon (centrado en investigación) o InvestEU.
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