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Las tres opciones de una cumbre histórica: un fracaso abriría la puerta a una nueva cita en septiembre

Los jefes de Estado y de Gobierno podrían desde retomar en breve las negociaciones hasta aparcarlas hasta después de verano en función del desenlace

La canciller alemana, Angela Merkel, conversa con Emmanuel Macron y Charles Michel, este viernes en Bruselas.Foto: ATLAS | Vídeo: STEPHANIE LECOCQ / AP
Lluís Pellicer

Los líderes de la UE se reunieron de nuevo este viernes en Bruselas sin saber cuándo saldrán del edificio del Consejo Europeo. Algunas delegaciones no descartaban incluso seguir negociando hasta el domingo. Nadie, sin embargo, tenía la certeza de si los jefes de Estado y de Gobierno volverán a sus capitales con un acuerdo bajo el brazo o con los bolsillos vacíos. El primer ministro holandés, Mark Rutte, vio el vaso medio vacío y dijo que las posibilidades de que salieran con un pacto estaban por debajo del 50%. Incluso la canciller alemana, Angela Merkel, veía todavía lejos el acuerdo. Ante la cumbre iniciada ayer se abren tres posibilidades.

La mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno, no obstante, acudían con la intención de pactar el Presupuesto de la UE y el fondo de recuperación. Esa es la primera opción. Fuentes diplomáticas afirmaban que el interrogante estaba en el margen con el que llegaba Rutte para renunciar a la suerte de veto que se reservaba para realizar desembolsos del fondo de recuperación sin recibir un varapalo de su parlamento a la vuelta. Si cedía, todavía había alguna oportunidad. “Nunca se sabe, todavía es posible”.

Si los líderes fracasan en la consecución de un acuerdo, el escenario más probable es el de otra cumbre. La cuestión es cuándo. Y nadie parece tener la respuesta definitiva. Fuentes comunitarias explican que dependerá del transcurso de la actual. “Pueden darse dos escenarios: que en efecto solo un país esté bloqueando el acuerdo o bien que varios países pongan sobre la mesa multitud de exigencias y líneas rojas y acabe convirtiéndose en un barullo”, explican fuentes comunitarias. Además, también está por ver si quedarían pendientes solo cuestiones técnicas y menores o bien otras de mayor calado.

Los líderes podrían convocar una cumbre en cuestión de días si solo queda una capital por convencer o son cuestiones que creen que pueden ser resueltas. Esta sería la segunda posibilidad. Un bloqueo más serio y con asuntos de mayor rango requeriría de más contactos a nivel bilateral entre el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y los países miembros y necesitaría entre una y dos semanas. Si la cumbre resulta ser un caos, fuentes diplomáticas no descartan incluso aplazarla hasta finales de agosto o septiembre. Y esa sería la tercera opción.

Hasta ahora, los Países Bajos no han tenido demasiada prisa en alcanzar un acuerdo, mientras que España e Italia quieren cerrarlo rápidamente para que sea aprobado por el Parlamento Europeo y la Comisión pueda lanzar su emisión de deuda y poner en marcha los planes y los desembolsos de inmediato.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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