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América Latina busca la manera de salir a flote de la crisis económica

Los pronósticos que auguran una recesión histórica, la caída de las exportaciones o la destrucción de empleos ponen a la región contra las cuerdas

Vidriera de un restaurante de comida china en Lima, Perú, el 11 de julio.
Vidriera de un restaurante de comida china en Lima, Perú, el 11 de julio.Rodrigo Abd (AP)

En estos meses de pandemia, Héctor Bárcena se gastó todos sus ahorros. Este peluquero mexicano de 28 años aún debe el pago del alquiler de los meses en que su negocio ha estado cerrado. Su segunda hija nació en abril, lo cual incrementó sus gastos. Bárcena, como muchos latinoamericanos, alquila también un lugar donde vivir y su único activo es su auto, el cual puso a la venta para cubrir lo mínimo en los próximos meses. “Aquí decimos que los bienes son para remediar los males, entonces, es la opción para salir adelante”, dice al teléfono desde el Estado de México, la entidad que rodea a la capital. Suspira, y sigue: “Será difícil para mi familia pero no hay de otra”.

Millones de personas en toda América Latina están buscando la manera de mantenerse a flote y sobrevivir la crisis económica causada por la covid-19. Algunos migraron sus negocios o empleos a internet, otros los dejaron para comercializar mascarillas o gel antibacterial. Muchos dependen totalmente de las remesas que envían sus familias del extranjero, mientras hay quienes cayeron ya en la indigencia. En un lugar donde impera la informalidad, es difícil conocer con certeza cuántos empleos se han perdido ya, pero la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que van 47 millones en lo que va del año. La región es la que más horas de trabajo remunerado ha perdido en el mundo.

Hacia una recesión histórica

Los pronósticos son muy duros de digerir. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el Producto Interno Bruto (PIB), la medida más precisa de la economía, se contraerá en 9,3% este año, la peor recesión en América Latina desde que se tiene registro. Es probable que este no sea el último pronóstico. Cada mes que pasa sin que se encuentre un tratamiento efectivo o una vacuna para el síndrome respiratorio agudo grave ocasionado por este nuevo tipo de coronavirus, empeoran las proyecciones a futuro. En mayo, la región se convirtió en el epicentro de los contagios de la covid-19 y su tasa de mortalidad escaló hasta ocupar los lugares más altos.

A pesar de esto, los países de la región están experimentando con una reapertura gradual o parcial de la actividad económica, pero hay sectores, como el manufacturero o la industria del entretenimiento, que requieren una proximidad humana en espacios cerrados, por lo que no podrán reinstalarse por completo hasta no controlar este virus. En el mundo, los sectores más afectados han sido el automotriz, los servicios comerciales, como las peluquerías y restaurantes, y profesionales, como los call centers; los hoteles, la energía y las ventas minoristas. Hay sectores que, por el contrario, han mantenido un desempeño relativamente bueno como el del gas, electricidad, los bancos, seguros y los servicios en línea.

La producción manufacturera ha bajado tanto en países de la región, que amenaza con alargar la recuperación económica. Argentina, Brasil y México, las economías con industrias más competitivas en la región, están sufriendo bajas. Cifras de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) muestran una caída del 30,8% en la producción manufacturera en México entre marzo y mayo, mientras que en Brasil, la producción en mayo se hundió en un 12% en el mismo periodo. En Argentina, la actividad manufacturera se desplomó un 19,2% entre febrero y marzo, y hoy no se ha recuperado.

Resisten las remesas

Las economías de la región comparten ciertos rasgos, entre ellos, su dependencia de las exportaciones y las remesas que envían a sus familiares los latinoamericanos que viven en el exterior. Las exportaciones van a caer por lo menos un 15% en la región, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El golpe lo sentirán más fuertes los países del sur, los cuales se especializan en exportar materias primas cuyos precios cayeron por la falta de demanda.

Las remesas, el dinero enviado por trabajadores en el extranjero a sus familiares en América Latina, cayeron, pero no en todos lados. La mayoría de estos recursos vienen de familiares en Estados Unidos, país que ha visto el desempleo subir al 13,3% en junio con respecto al 4,4% que registraba en marzo. Durante abril, las remesas a Guatemala disminuyeron el 20%, mientras que a El Salvador cayeron un 40%. Los países centroamericanos son los que más se benefician de estos flujos.

En México, sin embargo, las remesas han mostrado una sorpresiva inmunidad a la crisis por la pandemia. El banco central reportó que en mayo, el último mes del que se tienen datos, ingresaron a México 3.379 millones de dólares en remesas familiares, un crecimiento del 3% respecto al mismo mes el año pasado. A esto hay que agregarle que en estos meses, la moneda mexicana se depreció en valor contra el dólar, lo cual beneficia a las familias que reciben dólares del exterior. De acuerdo con el economista del BBVA Juan José Li Ng, las remesas incrementaron, en términos reales, un 24%. Esto equivale a 14.500 millones de pesos en recursos adicionales en mayo para los hogares en México.

“Pese a las difíciles condiciones económicas en Estados Unidos, de donde proviene alrededor de 95% de las remesas a México, el incremento observado durante el mes de mayo se explica por el efecto del ‘Día de las madres'”, escribe Li Ng. “Este dinero adicional se envía generalmente a un familiar o conocido que es madre: muchas veces es a la misma madre de la persona que envía el dinero, pero también lo reciben las abuelas, tías, hermanas, suegras, entre otras. Este recurso generalmente es un presente para la madre para que se compre algún regalo o solvente algunos gastos, o para cubrir los costos de algún evento especial por esta celebración”.

Salen capitales… y regresan

El peso mexicano ha perdido el 20% de su valor frente al dólar desde el 20 de febrero, día en que los mercados empezaron a reaccionar agresivamente a la pandemia. En el mismo periodo, el real brasileño ha caído 23% y el peso colombiano un 10%. Esto se debe, no tanto a la desconfianza que tienen los inversores en los países individuales, sino a la incertidumbre de la pandemia en sí. Fue una reacción temprana a sacar sus inversiones de esos países para invertirlos en activos considerados más seguros, menos riesgosos, como son los bonos del gobierno estadounidense. Estas son las llamadas “fugas de capitales”, temidas por todo gobierno de países emergentes en todo el mundo.

El FMI asegura que inversores sacaron ya unos 100.000 millones de dólares de países emergentes, una cantidad aún mayor a los flujos vistos en 2008 con la crisis financiera global. Pero hay señales de que esto puede estar cambiando. De acuerdo a analistas del banco de inversión JPMorgan la salida del capital financiero se ha desacelerado y, en mayo, ya hubo entradas de capital extranjero a países emergentes. En América Latina, varios países han podido emitir bonos en los mercados internacionales bajo condiciones relativamente buenas. Chile, Guatemala, México, Colombia, Paraguay, Perú y Panamá recaudaron fondos vendiendo bonos soberanos. Estos fondos son, para los gobiernos, una inyección de vida en momentos de mucha necesidad.

Mientras los gobiernos experimentan con programas de asistencia para los más vulnerables, los latinoamericanos se han visto forzados a adaptarse como pueden a su nueva realidad y los que más han sufrido son los países del Caribe, ya que el turismo, uno de los sectores más impactadnos a nivel mundial, representa del 50 al 90 porciento de su PIB. Estos países están acostumbrados a recibir entre 12.000 y 20.000 turistas en sus islas al día como parte de las paradas que hacen los cruceros que salen de Cancún, en México. Desde Febrero, las islas no han recibido ni un solo crucero. De acuerdo con el FMI, Aruba y Belize serán las más afectadas, con una contracción económica este año de 14% y 12%, respectivamente.

Las secuelas de la crisis

“Lo que más me preocupa de lo que está pasando es el impacto social de largo plazo,” dice Germán Ríos, profesor en Economía y director del Observatorio de América Latina en IE University en Madrid.

Ríos invita a hacer un ejercicio de economía: “Supongamos que en 15 días descubrimos la vacuna para la covid, nos vacunamos todos y se acabó. Supongamos que eso hace que las economías reboten muy rápidamente. Sin embargo, ¿cómo haces con las cicatrices? ¿Con toda la gente que se quedó sin empleo que pasó de la clase media a la pobreza, que de repente se hicieron obsoletos porque ahora el que sobrevive es aquel que tiene cierto conocimiento de temas digitales y online? Ese es para mí el tema más importante en América Latina”. El FMI estima que la recuperación de la región será moderada, de un 3,7% en 2021.

Ríos dice que América Latina es reconocida por su innovación en programas de atención social, razón por la que, en comparación con otros países emergentes, ha logrado en las últimas décadas reducir la pobreza. Estos avances están en riesgo ahora mismo y los Gobiernos deben aprovechar ese conocimiento captado en sus esfuerzos por reducir la brecha de ingresos para no dejar caer a una gran parte de su población durante la pandemia.

“El rebote puede ser rápido y vigoroso, el problema viene con las secuelas y yo creo que la secuela más importante va a ser desempleo y pobreza y cómo vamos a tratar esos temas en términos de política pública”, dice Ríos.

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