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España se suma a la veintena de países europeos que ya tienen renta mínima

Las ayudas van desde los 200 euros que se perciben en Polonia a los 2.000 de Luxemburgo

Hugo Gutiérrez
Decenas de personas esperan para recibir una ayuda alimentaria, este viernes en Madrid.
Decenas de personas esperan para recibir una ayuda alimentaria, este viernes en Madrid.Eduardo Parra - Europa Press (Europa Press)

El ingreso mínimo vital es ya una realidad. El Gobierno dio el visto bueno definitivo este viernes a la que será una red de apoyo de último recurso para quienes no lleguen a unos umbrales mínimos de renta. En España ya existía este tipo de ayuda, pero había tantos modelos como comunidades autónomas. Y algo parecido ocurre en Europa, donde más de una veintena de países ya tienen su programa. “Es difícil hablar de un modelo común”, asegura la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) en su estudio sobre las rentas mínimas. Las diferencias, explica, son notables en el alcance relativo de los programas y en la selección de modelos unificados o diversificados, así como su nivel de descentralización.

Pablo Iglesias, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros celebrado este viernes. En vídeo, el vicepresidente segundo del Gobierno presenta la aprobación del ingreso mínimo vital.

Cada renta mínima se puede trocear por sus diferentes características. Una de las patas fundamentales es la determinación de las cuantías. En España no hay una cantidad fija y dependerá de cada familia (se contemplan hasta 14 tipos de hogar). La más baja, para hogar de un adulto, será de 461,5 euros al mes. Esto es, 5.538 euros anuales, el equivalente a la pensión no contributiva. En Francia y Países Bajos la cuantía se determina en función del salario mínimo interprofesional (SMI). En Italia se determina en función del umbral de pobreza relativo. Mientras que países como Alemania, Finlandia, Luxemburgo, Portugal o Reino Unido se fija según otras prestaciones, explica el estudio de la Airef.

La siguiente característica clave, en relación con la anterior, es el volumen de la cuantía. Es decir, lo abultada o exigua que puede llegar a ser la renta. Por ejemplo, las ayudas van de los 200 euros como máximo que se perciben en Polonia a los 2.000 de Luxemburgo. Aquí entra en juego la premisa principal de que no sea un factor disuasorio en la búsqueda de empleo. En este apartado, para que la comparación entre países sea equiparable, no se pueden enfrentar los valores absolutos. Según la Airef, es fundamental evaluar la brecha entre las cuantías y las rentas del resto de la población.

“La distancia entre el salario mínimo y la cuantía de la renta mínima es amplia en todos los países. Parece pesar más el objetivo de preservar los incentivos laborales ampliando la brecha entre la cuantía y la remuneración más baja que el de ofrecer una protección suficiente”, zanja la Airef. La cuantía más generosa entre las rentas mínimas comparada con el SMI es la de Luxemburgo, que alcanza un 70% del SMI. “En la mayoría de los países, sin embargo, la prestación no llega a la mitad del salario mínimo”, completa la Airef. En el caso de España, la cuantía mínima (461,5 euros) es un 41,6% del SMI en el país.

En el acceso al ingreso mínimo vital, también se encuentran algunas diferencias entre países. En España, basta con ser mayor de 23 años y nacional o extranjero con residencia durante el último año en el país. En Alemania, la edad es a partir de los 18, con un requisito similar sobre la nacionalidad. En Luxemburgo se exige cinco años de residencia y tener más de 18 años.

Sobre la firma

Hugo Gutiérrez
Es periodista de la sección de Economía, especializado en banca. Antes escribió sobre turismo, distribución y gran consumo. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS tras pasar por el diario gaditano Europa Sur. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, Máster de periodismo de EL PAÍS y Especialista en información económica de la UIMP.

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