Francia apuesta por los coches limpios para salvar su industria del automóvil
El presidente Macron anuncia un plan de 8.000 millones de euros y fija el objetivo de fabricar un millón de vehículos eléctricos o híbridos para 2025
El futuro de la industria del automóvil pasa por su capacidad de adaptarse a unos estándares cada vez más ecológicos. Lo ha venido diciendo con insistencia el Gobierno francés desde hace tiempo y lo ha repetido este martes, al anunciar un plan de ayudas “masivas” a esta industria clave de la economía gala por más de 8.000 millones de euros. Estas comprenden desde un aumento de las ayudas e incentivos para adquirir un coche “limpio” a convertir a Francia en el principal fabricante europeo de estos vehículos: en cinco años, el sector automovilístico galo debería poder fabricar al menos un millón de coches eléctricos e híbridos anuales, dijo el presidente galo, Emmanuel Macron.
“Se puede reconciliar un objetivo ecológico con uno económico”, afirmó el mandatario al presentar su proyecto, tras realizar una visita a la planta de la empresa Valéo en Étaples, en el noroeste del país. No fue una elección al azar. Allí se fabrica el alterno-arranque de 48 voltios, una pieza clave en “los vehículos eléctricos e híbridos de mañana”, había adelantado el Elíseo. Y por ahí pasa, confirmó este martes Macron, el futuro del “histórico” plan de salvamento del sector automovilístico francés, que genera 400.000 empleos directos y 900.000 si se incluyen los servicios relacionados, y representa casi el 16% del volumen de negocios de la industria gala.
“Tenemos que hacer de Francia la primera nación en producción de vehículos limpios en Europa”, reclamó el presidente. Para ello, el Estado aportará “algo más de 8.000 millones de euros en ayudas al sector”, explicó.
Un apoyo que no será gratuito, subrayó. En “contrapartida”, dijo Macron, los grandes constructores del país han aceptado una serie de “compromisos fuertes” en la línea promulgada por el Gobierno de reforzar la soberanía industrial y apostar por la ecología. Según Macron, la industria automovilística se ha comprometido a “relocalizar la producción de valor añadido en Francia”, así como a “consolidar y mantener la totalidad de la producción industrial en nuestras plantas”.
De hecho, adelantó el presidente, que antes de desplazarse hasta Étaples celebró una larga reunión en el Elíseo con los principales representantes de la industria automovilística, el gigante PSA (Peugeot, Citroën, Opel) ha aceptado ya “aumentar fuertemente la producción de vehículos eléctricos e híbridos en Francia”. Si en 2019 aún no producía ninguno en territorio nacional, hasta 2022 espera poder fabricar hasta 450.000 unidades, lo que implica una inversión de más de 350 millones de euros en varias de sus plantas en territorio francés. Según Macron, el gigante también relocalizará a su planta en Sochaux, en el noreste del país, la producción de su modelo Peugeot 3.008 eléctrico.
En esa reunión, Macron también arrancó similares compromisos a Renault, compañía en entredicho desde que se conocieran los planes —por ahora no confirmados oficialmente— de que en su plan de ahorro de hasta 2.000 millones de euros que debe anunciar este viernes se incluye el cierre de varias plantas en Francia. “Renault se ha comprometido a triplicar hasta 2022 la producción de vehículos eléctricos y a cuadruplicarla hasta 2024”, con un objetivo de hasta 240.000 vehículos de este tipo, dijo el mandatario. Además, el gigante francés ha tomado la decisión de desarrollar el nuevo motor eléctrico de la Alianza (con Nissan y Mitsubishi) en la planta francesa de Cléon que “inicialmente tenía previsto hacer en Asia”. Finalmente, Renault también se unirá al programa europeo de baterías eléctricas que impulsa Francia con Alemania y en la que ya participa su gran rival PSA, y Saft, filial de Total, concluyó Macron.
Además de las ayudas para la reconversión ecológica de esta industria, que incluirán también ayudas por hasta mil millones de euros para la “modernización” del sector, el Gobierno francés prevé impulsar las ventas de vehículos, que sufrieron una caída de ventas de 89% en abril que han dejado un stock de hasta 500.000 unidades en los concesionarios. Para ello, Macron anunció un aumento de las primas para la compra de un vehículo 100% eléctrico, que de 6.000 euros pasarán a 7.000 a partir del 1 de junio. Para las flotas profesionales (que según Le Monde suponen más del 50% del mercado), las empresas que adquieran un coche eléctrico recibirán un bono de 5.000 euros (hasta ahora era de 3.000) para unidades que cuesten un máximo de 60.000 euros.
A estas primas se añadirá una nueva de 2.000 euros para la compra de vehículos híbridos recargables de un valor menor a 50.000 euros. Algo que según Le Monde beneficia especialmente a los nuevos modelos de Renault Captur y Mégane y los de PSA Peugeot 3008, 508 y Citroën C5 Aircross.
Para completar los incentivos al paso al coche eléctrico, el Gobierno adelantará sus planes en un año y se compromete a instalar hasta 100.000 puntos de recarga en todo el país hasta 2021.
Los hogares más modestos también recibirán un aliciente económico para renovar su coche: la prima de conversión aumentará a 3.000 euros para la compra de un vehículo térmico y hasta 5.000 para la adquisición de uno eléctrico.
El Gobierno fuerza a Renault al diálogo social para su rescate
El Gobierno francés todavía no ha firmado el cheque por 5.000 millones de euros para rescatar a Renault y no lo hará hasta que el gigante automotor le dé garantías de que está dispuesto a implicarse en un “diálogo social” para negociar su fuerte reestructuración, que según ha adelantado la prensa prevé el cierre de varias plantas en Francia. El diario Le Figaro asegura incluso que el plan de ahorro por 2.000 millones de euros que el gigante galo anunciará el viernes incluye la supresión de 5.000 puestos de trabajo hasta 2024. Según ha adelantado el presidente Emmanuel Macron, su ministro de Economía, Bruno Le Maire, que le acompañó este martes en la presentación del plan del automóvil, presidirá a partir del lunes una “mesa redonda con Renault, todos los industriales y subcontratas concernidos, los sindicatos y los responsables políticos también concernidos para, a través del diálogo, encontrar las soluciones que permitan estar a la altura de la ambición industrial que nos damos colectivamente”. El mandatario espera que “todos los empleados (de las plantas) de Maubeuge y Douai puedan tener todas las garantías sobre su futuro”. "El préstamo de 5.000 millones de euros del Estado no concluirá antes de que esas discusiones finalicen y dependerá del desenlace de las mismas”, dijo Macron.
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