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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Esperando a 2021

El debate económico al inicio de la Comisión de Reconstrucción en el Congreso es el mismo que en la campaña electoral de hace un año

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una videoconferencia con el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, el pasado 20 de abril.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una videoconferencia con el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, el pasado 20 de abril.Moncloa (Europa Press)

El escenario de 2020 cada vez es menos incierto. China entró antes en confinamiento y salió hace dos meses. Su recuperación está siendo muy lenta. La ocupación hotelera está en el 30%; en enero estaba en el 65%. El pasado puente de mayo el número de viajeros por avión fue un 40% inferior al mismo puente en 2019. En abril, las ventas de coches en China aumentaron un 3% anual por registro de ventas retenidas. En la primera quincena de mayo, las ventas han caído un 20% anual. En abril, EE UU destruyó 22 millones de empleos. El peor dato anterior fue en septiembre de 1945, al acabar la guerra, y se destruyeron dos millones de puestos de trabajos. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha advertido de que la caída del PIB será mayor de lo previsto y que la recuperación será lenta, como en China, y pide un nuevo plan de estímulo fiscal.

En Europa, tras los datos de crecimiento y empleo del primer trimestre y tras conocer los de abril, las previsiones empeoran y anticipan una recuperación lenta. En el último Eurogrupo, la Comisión Europea se comprometió a presentar un plan de inversión pública, pero ni está ni se le espera. El fondo SURE para financiar el seguro por desempleo de los países, tampoco. Y el BCE deberá, en su próxima reunión, ampliar el programa de compras de deuda extraordinario con el Tribunal Constitucional alemán cuestionándolo.

En España, en la segunda quincena de marzo la tasa de paro repuntó hasta niveles próximos al 17%. Y en abril estuvo próxima al 20% con un millón menos de afiliados a la Seguridad Social. Los ERTE han evitado el cierre de cientos de miles de empresas y han impedido que la tasa de paro superase el 30%. Pero las cuentas públicas no podrán soportar una medida tan costosa mucho tiempo. La Autoridad Fiscal (Airef) estima en su escenario adverso, ya el más probable, un déficit público del 14% del PIB y una deuda pública próxima al 120%. España no tenía tanto endeudamiento público desde principios del siglo pasado, en 1900, tras perder Cuba y Filipinas.

En este escenario, ¿cuál es el debate económico al inicio de la Comisión de Reconstrucción en el Congreso? El mismo que en la campaña electoral de hace un año. PSOE y Unidas Podemos dicen que aumentar el déficit público 10 puntos del PIB no es suficiente y siguen incrementando el gasto. El PP promete bajar los impuestos y aumentar el gasto, o sea más déficit. Vox bajar los impuestos más que el PP y pagar todos los salarios de todos los trabajadores este trimestre. Eso supondría otros 150.000 millones de desembolso público y el déficit estaría próximo al 30% del PIB. El PNV quiere más dinero para el cupo vasco, o sea más déficit. Y los partidos catalanes siguen priorizando la independencia.

Solo Ciudadanos, tras la salida de Albert Ribera, da algún indicio de vida inteligente. En una entrevista en este periódico, Luis Garicano dijo: “No es momento de bajadas de impuestos”. Todos tropezamos dos veces con la misma piedra, pero conviene no enamorarse de ella.

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