Funcas prevé que el PIB no se recupere hasta 2023
El servicio de estudio de las cajas de ahorros considera que habrá una pérdida estructural de producción y empleo
El rebote de la actividad no será tan fuerte como para que esta se recupere en un solo año. De hecho, Funcas prevé que la economía española no recobre los niveles previos a la crisis del coronavirus hasta 2023. Según las previsiones del servicio de estudios de las cajas de ahorros publicadas este jueves, en 2020 el producto interior bruto retrocederá un 7%. Y en 2021 habrá un crecimiento muy robusto pero insuficiente para compensar todo lo perdido: un 5,4%.
Se tardará unos tres años en volver al punto de partida previo al Gran Confinamiento. Y esto implica que algunos sectores sufrirán un daño estructural en la producción y el empleo. “La pérdida de cerca de 100.000 empresas en marzo (un 7,4% del total) muestra que este es uno de los principales riesgos para el país”, subraya el documento.
De acuerdo con las estimaciones de Funcas, en 2020 se perderán unos 900.000 puestos de trabajo. Y si se añaden los trabajadores afectados por ERTE, la pérdida de empleo alcanzará los 2,3 millones. El desempleo se disparará hasta el 18,8% –el 24,4% si se contabilizasen los empleados en ERTE–. Al año siguiente, la tasa descenderá hasta el 17,1%, todavía unas cotas muy elevadas y que revelan que la salida de esta crisis no será rápida.
La deuda pública subirá en unos 20 puntos en dos años hasta el 115% del PIB, calcula el servicio de estudios. Este año el déficit se descontrolará hasta los 118.000 millones, el 10% del PIB, los mismos niveles que se marcaron en la anterior crisis de deuda. Los ingresos se hundirán en 2020 en unos 56.600 millones de euros. Y los gastos escalarán en 28.800 millones. Para el siguiente ejercicio, el desfase de las cuentas públicas bajará hasta el 6,4% del PIB, lejos del 3% que exige el Pacto de Estabilidad Europeo.
Todas estas hipótesis se basan en que el Banco Central Europeo consigue domeñar las primas de riesgo y en que la recesión no acaba arrastrando al sector financiero y dando otro cariz a la crisis. “El reciente repunte de las primas de riesgo muestra que será necesaria una acción aún más vigorosa del BCE”, sostiene el informe del think tank. Y añade que la recuperación dependerá en buena medida de la duración de la pandemia y de las medidas aprobadas para limitar el cierre de empresas y las pérdidas de puestos de trabajo. “Si las políticas no resultaran efectivas para mantener el potencial productivo y la prima de riesgo se disparara, el escenario sería peor de lo esperado. La economía podría contraerse hasta un 12,5% y el paro alcanzar el 24%”, subraya Funcas.
Por ramas de actividad, en el escenario principal de Funcas la hostelería acabaría el año con un 20% menos de PIB que en 2019. La construcción y la industria manufacturera, en torno a un 5%. Únicamente mantendrían un nivel similar la agricultura, las industrias extractivas y energéticas, y la administración pública, sanidad y educación. “Hay que señalar que, solo los sectores más directamente afectados por los cierres –comercio minorista, alojamientos, restaurantes, actividades culturales y deportivas y servicios personales– representan casi el 15% del PIB, y además ejercen un efecto de arrastre, equivalente al 6% del PIB, sobre el resto de sectores económicos”, destaca la nota. El consumo de los hogares, la inversión y las exportaciones también acusarán con fuerza el golpe. Y el ahorro, pronostica Funcas, podría tocar el 14% de la renta disponible de los hogares, una tasa récord que se produciría debido a la elevada incertidumbre y que no se dio ni siquiera en medio de la anterior crisis financiera.
A juicio de Funcas, la respuesta del Gobierno ante la crisis va en la misma dirección que en el resto de países. Sin embargo, hay diferencias significativas. España está destinando menos recursos al impulso fiscal, sobre todo si se compara con los anglosajones. Aunque las garantías de crédito y los aplazamientos de impuestos y cotizaciones desplegados en España alcanzan un nivel elevado, también “se sitúan en la franja inferior del ranking”, recalca el servicio de estudios. E incide en que las ayudas a pymes y autónomos consisten fundamentalmente en avales y créditos blandos, pero no inyecciones directas de tesorería como se ha hecho en otros países.
Funcas recuerda que “el mercado laboral español se caracteriza por una elevada proporción de asalariados con contratos de corta duración, que no suelen acceder a los ERTE”. Y señala: “En otros países como Alemania los dispositivos de empleo amparan a estos colectivos vulnerables, reduciendo el riesgo de paro de larga duración”. Además, el informe alerta sobre los cuellos de botella que se están produciendo en la tramitación de los ERTE y los avales, y para agilizar esas ayudas pide una reasignación de puestos de funcionarios igual que se ha hecho en la sanidad.
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