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El éxito de la vajilla portuguesa que usan Buckingham Palace e Ikea

Vista Alegre atrae a artistas consagrados para que diseñen su menaje y emite bonos en España para financiar los planes de crecimiento

Horno del Museo de Vista Alegre en Portugal. 
Horno del Museo de Vista Alegre en Portugal. Sérgio Nogueira (Alamy)

¿Qué tienen en común Buckingham Palace, La Zarzuela y la Casa Blanca? Que en sus salones todos comen con vajillas Vista Alegre. ¿Qué tienen en común el plato de Vhils de 3.900 euros y el de Ikea de un euro? Que ambos los fabrica Vista Alegre.

Vista Alegre Atlantis, el grupo portugués de cerámica para el hogar, ha cerrado el mejor semestre de su historia. “Vivimos buenos tiempos, pero no siempre fue así”, explica su director general, Nuno Miguel Marques (Oporto, 1975). “Hace 10 años, cuando compramos Vista Alegre, arrastraba pérdidas de 64 millones de euros. Estaba en quiebra, no por pérdida de calidad de sus vajillas, sino por el cambio de los hábitos sociales. Las listas de boda, donde nunca faltaba la vajilla Vista Alegre, pasaron a mejor vida”.

El grupo Visabeira se aventuró a comprar la moribunda Vista Alegre, con sede en Ílhavo (Aveiro), y la no menos problemática fábrica de Bordallo Pinheiro en Caldas da Rainha (Leiria). “Ambas tenían una calidad intachable y fuerte renombre, pero les faltaba dinamismo comercial e innovación en el diseño de sus productos. Eran empresas perdidas en el tiempo. Nuestra estrategia pasaba por mantener la calidad innovando en el diseño y saliendo de la vajilla de mesa para extendernos al cristal y el vidrio, a la decoración y el regalo para el hogar. Y llegar a la hostelería en los canales de venta”, prosigue.

Uno de los diseños de Vista Alegre.
Uno de los diseños de Vista Alegre.

Semestre récord

El primer semestre del año fue el mejor de los 195 años de historia de Vista Alegre, con 57,4 millones de euros en ventas (un 37% más), un resultado de explotación o Ebitda de 11,5 millones (65% más). “Somos la sexta empresa mundial en el sector por volumen de negocio y la primera por Ebitda”, señala Marques. “Hace 10 años vendíamos al exterior el 30%, hoy más del 75% de la producción. Con una inversión de 50 millones en los últimos dos años, nuestra estrategia ha ido dirigida a no depender ni de un mercado ni de una línea de producto para defendernos mejor de las cíclicas crisis económicas. Es un sector difícil, como bien saben en España con la experiencia de Lladró”.

Jóvenes artistas son becados durante seis meses para visitar las seis fábricas del grupo y explotar su ingenio. “Solo les exigimos creatividad”, señala Marques. De su inspiración, de los propios diseñadores de la casa y de los consagrados salen las nuevas colecciones de Vista Alegre. “Hoy somos creadores de tendencia. En 2018 recibimos 30 premios internacionales de diseño. Nos vienen a visitar otras empresas para ver por dónde va a ir la moda en el próximo año”. ¿Por dónde? “En diseños no le voy a decir, pero sí es evidente que reina el color desde hace unos años. Antes los platos eran siempre blancos, ahora casi nunca; también duran menos las modas”, detalla Marques.

Tras conocer las técnicas antiguas de la fábrica de Caldas da Rainha, el artista urbano Vhils acaba de diseñar su plato Quimera, una tirada limitada de 135 piezas por 3.900 euros cada una. En el otro extremo, la fábrica de Ria Stone sirve a Ikea platos por céntimos cada pieza. Unos y otros tienen garantizada la venta antes de producirse. “En 2014 Ikea abrió un concurso internacional al que concurrieron decenas de empresas. Ganamos nosotros gracias a un proceso productivo totalmente disruptivo. En general, los productos de loza hay que hornearlos dos veces, nosotros conseguimos hacerlos en uno solo con un cambio en las materias primas. En Ria Stone el ciclo completo, desde la recepción de material a su embalaje, es de 14 horas; en la competencia es de tres días y medio”.

Especialización

Ikea ha ampliado el contrato con Vista Alegre hasta 2026 y también su producción, de los 30 millones de platos anuales a los 48 millones, por un valor de 250 millones de euros. “No temo una contaminación entre la gama de lujo y la gama low cost”, se anticipa Marques. “Cada una de nuestras seis fábricas está especializada en un producto; lo que sí hay es una positiva contaminación de sinergias de una fábrica a otra. La radical transformación productiva de Ria Stone, por ejemplo, sirvió para que se mejoraran las otras fábricas, pero estas también aportaron su experiencia a la más nueva”.

Vista Alegre cuenta con 52 tiendas en el mundo, más 80 espacios de venta en grandes almacenes de cinco países y, próximamente, su presencia en los duty free de los aeropuertos. “Pero no vamos a masificar las marcas en ningún caso”, advierte Marques.

El pasado mes Vista Alegre Atlantis presentó en el Mercado Alternativo de Renta Fija de la Bolsa española (MARF) una emisión de bonos por valor de 45 millones de euros (al 4,4% de interés a cinco años), que fue cubierta por 21 grandes inversores, un 66% entre fondos españoles y el resto portugueses. Otros cinco millones de euros se han colocado entre inversores institucionales.

Con la emisión, Vista Alegre se libra de hipotecas sobre fábricas, marcas y equipamientos y facilita además su crecimiento sostenible, aunque el director general de la compañía desmiente que sea por la vía de adquisiciones: “Nuestro futuro pasa por una ampliación de los segmentos; extendernos a otras partes del hogar. La fábrica de Bordallo Pinheiro, por ejemplo, ya colabora con Zara Home. En mercados, queremos crecer en América y en Asia, y también en la venta a través de Internet, pues solo es un 1% de nuestra facturación. Hemos hecho mucho, pero aún tenemos más por hacer, siempre creando tendencia, pero sin perder nuestra historia”, resume Marques.

Las siete vidas del gato de Bordalo

En una plaza de Londres hay gatos gigantes con los pelos de punta y caracoles del tamaño de un perro. Son dos piezas salidas de la fábrica de Caldas da Rainha, fruto de la creatividad del gran ceramista, dibujante y mordaz caricaturista del siglo XIX Rafael Bordalo Pinheiro (Lisboa, 1846-1905). El Grupo Visabeira rescató la fábrica de la quiebra el mismo año que a Vista Alegre. Aunque a efectos económicos la operación no hizo temblar a Wall Street (costó 48,5 millones de euros), el rescate de la cerámica Bordalo Pinheiro sí que es capital para el arte y el patrimonio de Portugal.

La fábrica de Caldas da Rainha fue fundada en 1884 y, pese a guardar todos los moldes de las creaciones naturalistas de Bordalo, iba languideciendo año tras año. Su recuperación es parte de la estrategia de Vista Alegre de abrirse al extranjero con cerámica moderna de lujo, pero también con la loza tradicional y, por otra parte, plenamente actual por sus diseños basados en la flora y fauna. El pasado mes de abril fue inaugurada la reforma de la fábrica original, con un coste de nueve millones de euros. Con ella se ha aumentado la capacidad productiva un 60% y la plantilla un 37%, al pasar de 100 a 270 empleados que fabrican diariamente 10.000 piezas de media, el 50% para el extranjero.

La recuperación de la marca Bordalo Pinheiro va unida a la expansión de tiendas monomarcas en París, Madrid, Ciudad del Cabo y Lisboa, donde la vecina plaza de Londres se adorna con las cerámicas gigantes más representativas del artista.

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